«Una vez que te colocas la máscara de esgrima, te transformas»
Rosibel Vindel Profesora de esgrima y actriz. Imparte clases en Algeciras y prepara una nueva obra teatral con Sanchís Sinisterra
SANDRA BALVIN SANDRA BALVÍN
Domingo, 13 de febrero 2011, 02:24
Rosibel Vindel se maneja a la perfección entre espadas, floretes y sables. Obtuvo el tercer lugar en asaltos por equipos en el Absoluto de Espada Femenina de Andalucía en 2010 y es profesora de esta modalidad en sus vertientes deportiva y teatral. Compagina esta actividad con su carrera de actriz y periodista. Empezó a practicar esgrima en Honduras, su país natal y la retomó años después, a raíz de sus estudios de arte dramático, tras finalizar la carrera de Periodismo. Ha logrado hacer un hueco en su agenda como profesora -que se reparte entre clubes de Marbella y las escuelas municipales de Estepona, la Escuela de Artes Escénicas de Málaga, diversos colegios privados, San Roque y La Línea - para impartir clases en Cai-Club en Algeciras. Aborda la disciplina de una manera sencilla, pero con la profundidad necesaria para llevarla tan lejos como los alumnos, niños y adultos, estén dispuestos a llegar.
- Es su segunda clase en Cai-Club. ¿Cuesta poner en marcha el proyecto?
- Los inicios siempre son complicados, sobre todo cuando es un deporte que no es muy conocido, pero tampoco es desconocido para la gente.Todos, tanto hombres como mujeres, hemos jugado alguna vez con las espaditas. El proyecto surgió cuando coincidí con el responsable de Cai-Club, José Antonio Mérida, en un instituto en Sotogrande el que hacemos exhibiciones él de artes marciales y yo de esgrima. Me planteó la idea de colaborar y, ¿por qué no?.
- ¿Está al alcance de todos?
- Como todo arte, requiere paciencia, tiempo y disciplina. Los niños a partir de cinco años pueden hacer esgrima, y los adultos también, incluso a partir de los sesenta. Te ayuda a coordinar, a tener agilidad mental, a controlar el carácter ya asumir las derrotas. Te ayuda, sobre todo, a tener actitud. Todo es empezar y una vez que sentimos una espada en nuestras manos, nos atrapa; quizá porque todos hemos tenido ascendientes que han tenido que luchar para que nosotros podamos haber llegado a esta época.
- La actitud es muy importante en actividades como esgrima y artes marciales. ¿Cuál es el contenido de esa palabra para usted?
Se dice de la esgrima y, en general, del arte de la espada, que tiene la elegancia del ballet, la agresividad de las artes marciales y la inteligencia del ajedrez. Tiene elegancia porque de cintura para arriba tienes que tener destreza con las manos, pero de cintura para abajo tienes que tener plomo. Se trata de saber estar en la tierra y al mismo tiempo saber saltar y asustar al adversario. El adversario es la persona que te ayuda, el compañero con el que trabajas. Hay mucho trabajo en pareja, pero la esgrima no deja de ser individualista. En ambos casos hay que tener actitud. Una vez que te colocas la máscara, te transformas. Es ahí cuando dices: «vamos a ver qué sale». Pero, cuidado, también hay que usar la técnica, paso a paso.
- ¿Esa actitud es extrapolable a todos los ámbitos de la vida?
- A todos. Estoy intentando desarrollar una obra de teatro que se llama 'Las dobles fintas'. Fintar en el deporte es simular, igual que en fútbol haces como que vas para un lado, pero vas para otro. En esgrima puedes simular que vas en una línea y luego cambiar. La obra usa la nomenclatura de la esgrima para hablar de las relaciones humanas. Nunca sabemos qué es lo qué se nos está diciendo realmente con las palabras y qué con el cuerpo porque hay dos lenguajes, el corporal y el verbal. La obra todavía se está desarrollando. Le he pasado textos y libros de esgrima al dramaturgo José Sanchís Sinisterra, al que tuve como maestro en escritura creativa. Hace poco estuvimos con 'Hamlet' en diferentes castillos, con el actor Carlos Santos, en la compañía italiana Roma Teatro.
- ¿Ayuda a canalizar la agresividad?
- Te ayuda a canalizar algo que todos tenemos, en mayor o menor medida, de una forma más inteligente y metódica. No se empieza con las espadas deportivas directamente, sino de gomaespuma. También entran en juego el honor, el valor y la fuerza. Son energías y cada una tiene su momento en la esgrima. La espada tiene su propia energía. Hay que hacerse a la espada y la espada tiene que hacerse a ti. Al principio todos empezamos defendiéndonos, nunca atacando. Hay una energía que fluye entre la espada y tú, y luego con un adversario, es lo que se llama 'el lenguaje de la espada'.
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