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El embajador de Venezuela, Julián Isaías Rodríguez Díaz. :: J-L
Marbella

Julián Isaías Rodríguez Díaz, embajador de la República Bolivariana de Venezuela: «El petróleo fue una bendición, pero nos impidió fijarnos en el turismo»

El diplomático afirma que el modelo de la Costa del Sol puede servir de ejemplo para desarrollar esta industria en su país

NIEVES CASTRO

Lunes, 6 de septiembre 2010, 11:09

De maneras sencillas y trato amable. Así se muestra el embajador de Venezuela en España, Julián Isaías Rodríguez Díaz, quien invitado por la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental ha visitado la zona para reunirse con agentes turísticos y establecer las bases de futuros acuerdos. Este devoto de la poesía de Federico García Lorca afirma sin rubor que el petróleo ha sido para su país una bendición, pero al mismo tiempo una pesada losa que les ha impedido ver más allá y desarrollar otros segmentos como el turístico, sobre el que ahora posan sus ojos. El diplomático asegura que el modelo de la Costa del Sol puede servir de ejemplo para sentar las bases del sector en Venezuela.

-¿Cuáles son los objetivos de la visita?

-Hemos iniciado unas conversaciones con la Mancomunidad a fin de aprovechar la experiencia turística de la Costa del Sol y en la medida de lo posible construir unas empresas mixtas que permitan establecer acuerdos de largo alcance. La idea es que el dinero que produzca nuestro petróleo sirva al desarrollo turístico no solamente en Venezuela sino en los países del Alba -ocho territorios que agrupan a 78 millones de habitantes en América Latina-.

-¿Qué bases sustentarán tan ambicioso proyecto?

-En principio, una escuela de formación de hostelería y un intercambio de experiencias que nos sirvan de ejemplo para no caer en los errores en los que pudo incurrir el desarrollo de la Costa del Sol.

- A su juicio, ¿cuáles son esos errores?

-Por ejemplo, la excesiva inversión en turismo residencial que provoca un cambio de alojamiento, pero no un verdadero desarrollo turístico. Nos interesa alentar pequeñas y medianas empresas y no grandes consorcios turísticos transnacionales.

-Usted habla de intercambio. Venezuela quiere aprender del modelo turístico de la Costa del Sol, pero la Costa ¿qué puede aprender?

-En todo intercambio siempre se aprende, pero la experiencia la tienen ustedes.

- ¿Qué pasos se darán ahora?

-De momento, el Ministerio de Turismo venezolano nos ha dado instrucciones para que cerremos con la Mancomunidad la visita de una delegación de esta zona a Venezuela.

- ¿Cuáles son los atractivos que puede utilizar su país para atraer al visitante?

-Venezuela tiene nieve perpetua, desierto, selva y todo el mar Caribe. Tiene música, mitos, leyendas y un conjunto de 16 islas plenamente vírgenes para ser desarrolladas.

-Teniendo todos esos reclamos es complicado comprender por qué el sector se encuentra en pañales.

-El petróleo ha sido para nosotros una bendición y una maldición. Nos da de comer, eleva nuestro Producto Interior Bruto, nos convierte en referencia mundial desde el punto de vista energético e incluso nos da personalidad para establecer una política internacional, pero eso ha hecho que no nos fijemos en el petróleo blanco, es decir, el turismo.

- ¿Piensa que existe una imagen distorsionada en el exterior sobre lo que ocurre en Venezuela y que ello puede perjudicar el desarrollo del sector?

-No. En España ciertos medios han creado esa imagen distorsionada, que ha calado sólo en algunas capas, a cuenta por ejemplo de la figura de la inseguridad, que es totalmente distinta a la que puede haber en Colombia o Méjico; o de la libertad de expresión.

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