La hija del mar
Vuelta al mundo. Laura Decker, de 14 años, recala en Lanzarote. Mientras el Atlántico se calma, ella estudia por orden judicial
ITXASO ELORDUY
Domingo, 5 de septiembre 2010, 03:51
El 'Guppy', un barco colorado con motivos infantiles, refleja sólo en parte el espíritu de su capitana, una intrépida holandesa de 14 años que ... quiere pasar a la historia como la navegante más joven en dar la vuelta al mundo. El récord lo tiene bien amarrado desde el pasado 15 de mayo la australiana Jessica Watson, de 17. Pero la niña de los mares del Norte se lo quiere arrebatar.
Tras las primeras etapas concluidas con éxito, Laura Decker acaba de arribar a Lanzarote con su velero de 11 metros de eslora. El primer trayecto de la circunnavegación puso a prueba tanto a esta marinera menuda como a su inseparable barco, un Jeanneau Gin Fizz 38 con vocación oceánica, que respondió tal y como Laura esperaba. Desde su Holanda natal y superados los problemas legales que le llevaron a retrasar durante un año su ansiado viaje, el 5 de agosto se lanzó al Atlántico y llegó a Lisboa. Se puso un poco pachucha, pero siguió hasta alcanzar el Estrecho de Gibraltar para poner después rumbo a las islas Canarias.
Lanzarote ha acogido con discreción a la pequeña, que espera en su velero a que las aguas del Atlántico se serenen y, de paso, la visita de su padre y director de la aventura. Pero no está de brazos cruzados. Debe estudiar tal y como han ordenado los jueces. En junio, la Corte de la ciudad holandesa de Middelburg devolvió la custodia a Dick Decker, maestro e impulsor del reto, tras confirmar que su hija había realizado un curso de Primeros Auxilios y que estaba recibiendo el entrenamiento físico y emocional necesario para acometer el heroico proyecto. Un año antes había prohibido a la niña realizar este arriesgado viaje. El tribunal puso como requisito que la cría siguiera un curso escolar durante el tiempo que durara la campaña.
Laura estudia con la worldschool. Esta peculiar escuela, que ha atendido a otros jóvenes navegantes, provee a la adolescente del material necesario para continuar su formación a distancia. Mientras permanece en la isla, aprovecha también para pasear alrededor del precioso puerto deportivo Marina Rubicón, situado en Playa Blanca, al sur de Lanzarote, o entrenar en pequeñas embarcaciones de la escuela del fondeadero.
La suya reposa. Un optimista gran pez animado, de vivos colores, preside su 'Guppy'. Se trata de un velero estable y protector, ideado por su padre con el fin de conducirla a buen puerto tras un inolvidable viaje de dos años de duración. La vivienda flotante, provista de 450 litros de agua potable y 150 de combustible, está preparada a conciencia, según aseguran expertos en navegación, para realizar una vuelta al mundo en solitario.
Nació en un barco
Los hombres y mujeres del mar son seres duros, preparados para esperar pacientemente cuando las condiciones meteorológicas así lo requieren. Laura Decker, que nació y se crió en un barco, tiene esta lección muy bien aprendida. Por eso espera con paciencia a que los temibles huracanes del Atlántico se esfumen. El 'Guppy' enarbola rebelde una bandera pirata, símbolo de la asociación que ella apoya, centrada en la protección de la vida marina: Sea Shepherd Conservation Society.
Laura, que sólo se amedrenta ante los temibles Cabos de Hornos y Buena Esperanza, que espera esquivar para huir de su maléfica fuerza, tiene previsto hacer escalas en Panamá, Islas Galápagos, Polinesia Francesa y Australia, antes de volver a tierra firme.
Se dice que la vocación es un impulso temprano hacia un determinado proyecto vital. Laura Decker nació un 20 de septiembre de hace 14 años en Nueva Zelanda, mientras sus padres navegaban alrededor del planeta. También tiene la nacionalidad holandesa y alemana, como su madre. Vivió los cuatro primeros años de su vida a bordo de un barco, y comenzó a los diez a navegar en solitario. En 2009, zarpó del puerto de Maurik, en Holanda, y llegó hasta Lowestoff, en Gran Bretaña.
Ha aprendido a cocinar, a sobrevivir en adversas condiciones con la ayuda de los vientos y las estrellas que acompañan el buen rumbo de los marinos solitarios, y ha luchado como si de un adulto se tratara por conseguir su intrépido objetivo. Pero el reloj no para: tendrá que volver a casa antes de que se cumplan dos años de su partida para poner fin al récord de la australiana Watson. De momento, Dekker tiene firmado un contrato exclusivo para que la filme una productora holandesa y proyecta escribir un libro de la aventura.
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