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Concha Velasco, ayer en el Teatro Cervantes. :: CARLOS MORET
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Concha Velasco: «Sigo pegando en un álbum lo que dicen de mí»

«Pienso retirarme de los escenarios con 'La vida por delante'», asegura la actriz, que actúa este fin de semana en el Cervantes

REGINA SOTORRÍO rsotorrio@diariosur.es

Lunes, 31 de mayo 2010, 23:40

Confiesa ser una mujer muy, pero que muy, coqueta. «Me miro en el espejo del ascensor y como me vea mal, me subo y me cambio de ropa», admite entre risas. A sus 70 años, a Concha Velasco le «gusta gustar». Lo que «no quiere decir que ande pidiendo guerra, ni muchísimo menos», aclara inmediatamente. Por eso sorprende aún más el personaje que ha elegido a conciencia para decir adiós a las tablas: «Una ex prostituta judía superviviente de Auschwitz».

Es Madame Rosa. Una señora sin joyas, sin glamour, con el pelo blanco, ropa barata... Así se la ve en la obra teatral 'Una vida por delante', dirigida por José María Pou, que este fin de semana se pone en escena en el Teatro Cervantes (las entradas están ya agotadas). «¿Estás segura de que quieres hacerlo?», le preguntó su representante. «Por encima de todo», respondió ella.

Velasco regresa a Málaga un mes después del éxito de su última visita con 'Rabia', la película triunfadora en la pasada edición del Festival de Málaga-Cine Español, que ayer se estrenó en los cines. Se declara encantada con las primeras críticas a la cinta de Sebastián Cordero, comentarios que guarda en casa junto con retazos de toda su trayectoria profesional. «Me sigo recortando y pegando en un álbum lo que dicen de mí. Como lo guardaba mi madre, yo ahora veo una buena crítica, la recorto y doy las gracias», asegura.

Está contenta con la señora Torres, su papel en el cine, y con Madame Rosa, su último personaje en el teatro. «Pienso retirarme de los escenarios con esta obra», asegura Velasco. Pero no será un 'hasta siempre'. Para cuando termine la gira de 'La vida por delante' -que aún tiene que llegar a Barcelona y Madrid-, la actriz tiene en mente un proyecto ilusionante: «No me gustaría hacer otra función de teatro sino recordar un poquito de cada una de las que he hecho hasta ahora». Muchos son los personajes que le han marcado, especialmente aquellas mujeres «que lo hicieron todo por amor», en todas sus vertientes: Santa Teresa, Eloísa ('Abelardo y Eloísa'), Olalla de 'Las cítaras colgadas de los árboles'... y muy especialmente Madame Rosa.

Tolerancia

«Hoy, que vivimos unos momentos que parece que estamos en el siglo XI, la comprensión, la tolerancia y la bondad de Madame Rosa me hacen reflexionar. Tenemos la costumbre de decir que no somos racistas, y no es verdad. Después de tanto escuchar el texto de 'La vida por delante', me voy dando cuenta de que yo no soy ni tan buena, ni tan bondadosa, ni tan tolerante como es Madame Rosa. Ojalá», afirma Velasco.

En la adaptación teatral de la novela 'La vie devant soi', de Romain Gary, Madame Rosa se gana precariamente la vida dando albergue temporal en su destrozada casa de París a los hijos no deseados de las prostitutas del barrio. Momo, un chico árabe interpretado por Rubén de Eguía, es el último niño que se queda con ella, no tiene a dónde ir. Con esa relación como fondo, la obra «habla de la soledad, de la vejez, de la eutanasia y de la comprensión que tiene Madame Rosa por las razas, las culturas, las religiones e incluso las costumbres».

Todo aderezado con el sentido del humor que aporta José María Pou -a quien pidió específicamente Velasco- a sus montajes. «El teatro tiene que ser ante todo entretenido, si no, no se llega a la emoción», afirma la actriz, que necesita la risa «como el aire». Aunque, en ocasiones, sea una «sonrisa helada».

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