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Cristina Alcaraz, en su despacho de la UMA.
Una centinela contra los ‘hackers’

Una centinela contra los ‘hackers’

Cristina Alcaraz, doctora en Ingeniería Informática, lleva tres años estudiando los peligros de la vulnerabilidad de las redes de informática con las que operan sectores industriales claves en cualquier país

J. J. Buiza

Domingo, 7 de diciembre 2014, 02:03

En 2010, los sistemas informáticos de decenas de plantas industriales de Irán, incluidas sus centrales nucleares, fueron objeto de un ataque masivo perpetrado por el denominado virus Stuxnet. Mucho se ha escrito desde entonces sobre aquello, desde que fue una ofensiva deliberada de Estados Unidos e Israel para sabotear el programa nuclear iraní hasta que estuvo a punto de provocar el estallido de una bomba atómica.

En cualquier caso, ese incidente reveló los peligros de la vulnerabilidad de las redes de informática con las que operan sectores industriales claves en cualquier país, una problemática que la doctora Cristina Alcaraz Tello lleva tres años estudiando. «Las redes de energía son muy sensibles a las amenazas a nivel lógico y matemático, ya sea a ataques deliberados o a fallos en el sistema», explica esta ingeniera informática jerezana de 35 años, graduada por la Universidad de Málaga.

Ella es una de las investigadoras contratadas por la UMA a través del programa U-Mobility, que en los últimos dos años le ha permitido trabajar desde el prestigioso Royal Holloway, una de las escuelas que conforman la Universidad de Londres. El objetivo de su proyecto: mejorar el control y la capacidad de respuesta de las redes inteligentes de energía bajo el supuesto de una presencia intrusiva.

Cristina Alcaraz destaca la importancia de evitar, prevenir o responder rápido frente a un ataque o un fallo en unos sistemas donde hay un déficit alarmante de seguridad. «Hay muchos incidentes y se dan pocas soluciones», explica desde el Edificio de I+D Ada Byron de la UMA, donde prepara la última fase de su proyecto de tres años, que la ha sumergido en un maremágnum de simulaciones y cálculos matemáticos para buscar la mejor estrategia posible.

Precisamente, esta joven investigadora cita la «complejidad matemática» de su propuesta como la principal novedad respecto a los actuales sistemas de seguridad. «Se trata de identificar cuál es la mejor solución que se puede adaptar a según qué red y según que fallo o ataque, pero sin que la empresa tenga que cambiar todo su sistema de protección», apunta. En este sentido, lo último sería la creación de un programa o un software que se adaptara fácilmente a la red, reduciendo al mínimo la inversión.

En estos dos años, Cristina ha creado informáticamente su propia smart grid (red eléctrica inteligente) para experimentar y realizar simulaciones de ataques. En el Royal Holloway tuvo la oportunidad de trabajar con el matemático Stephen D. Wolthusen, uno de los mayores expertos en la materia. De vuelta a Málaga, su tutor es Javier López, director del Departamento de Lenguajes y Ciencias de la Computación y que ha sido, junto con el catedrático José María Troya, uno de sus grandes valedores como investigadora.

Gracias a sus contactos tuvo la oportunidad de trabajar entre 2011 y 2012 en el NIST, el Instituto Nacional de Normas y Tecnología de Estados Unidos, con sede en Washington y que cuenta con algunos de los mejores científicos e ingenieros del país. Para el futuro, Cristina confía en poder enseñar y seguir investigando, y no le importaría que fuera en esta misma área, que define como «muy bonita», aunque también «muy complicada a nivel matemático».

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