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Los aficionados del Unicaja están de enhorabuena no sólo porque su equipo es el líder de la Liga ACB, sino porque están asistiendo al punto ... perfecto de madurez de un grupo de jugadores como hacía tiempo no se veía en Málaga. Se podría destacar a casi cualquiera de los profesionales que dirige Ibon Navarro, pero entre ellos sobresale la figura de Kendrick Perry, el líder espiritual de este Unicaja campeón.
El estadounidense es el extranjero más especial que ha pasado por Málaga en las últimas temporadas y un auténtico ídolo para los aficionados. Su camiseta es la que más vende el club junto con la de Alberto Díaz y no es por casualidad. Se trata de un tipo abierto, extrovertido, buen compañero y un gran jugador. Este domingo lideró la gran victoria contra el Barcelona firmando un final de partido brillante y logrando 22 puntos.
Más allá de su calidad como jugador, que por eso se le contrató, el de Florida ha conectado como pocos con el público. Tiene un canal de Youtube, se abre a entrevistas con los aficionados en las redes sociales, participa en todo tipo de iniciativas y si no las hay él las promueve. La fiesta de Halloween es un buen ejemplo. Se trata del agitador del vestuario, el que anima a los compañeros a disfrazarse. El base se presentó en el Carpena con un peculiar disfraz retro de jugador de baloncesto, peluca a lo 'afro' incluida. Perry llevaba puesta la equipación de los protagonistas de la película 'Semi Pro', que en España se tradujo como 'Un equipo de pelotas', una comedia en la que un cantante ha usado las ganancias de su gran éxito 'Love Me Sexy', para comprar un equipo de baloncesto de la American Basketball Association llamado los Tropicales de Flint. De esa forma se convirtió en el dueño, principal entrenador y ala-pivot titular del peor equipo de la liga. Como muestra la foto, a Perry no le faltaba un detalle...
Pero lo mejor de Perry este domingo no estuvo en el disfraz y casi ni en los 22 puntos que le metió al Barcelona. Al final del partido, él y sus compañeros, por cierto salió con otro disfraz, salieron a repartir caramelos y saludar a los aficionados. Después de varios minutos, todos los jugadores se habían marchado, pero el base seguía ahí saludando a los aficionados que se habían quedado y haciéndose fotos una hora después del final del encuentro. Por eso lo suyo no es ningún disfraz, es un tipo absolutamente diferente. El motor emocional del Unicaja.
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