Kravic toca su techo reboteador

a le tocaba a Dejan Kravic, uno más de los integrantes de la plantilla del Unicaja que no tiene claro su futuro (acaba contrato) cara a la próxima campaña. Necesitaba reivindicarse con una buena actuación tras ir a menos alarmantemente en su rendimiento después tras algunas buenas actuaciones firmadas nada más ponerse a mitad de curso la camiseta del del cuadro malagueño, a donde llegó como fichaje de emergencia tras la grave lesión de Michael Eric. El pívot balcánico igualó ante el Bitci Baskonia el sábado su techo reboteador en la Liga Endesa, con 15 capturas.

Fueron las mismas que lograra en la segunda actuación con el Hereda San Pablo Burgos, en la campaña 2020-21, en un 92-60 al Herbalife Gran Canaria en el Colliseum, pero con la salvedad de que entonces jugó 24:16 minutos, frente a los 28:04 del pasado fin de semana. En aquel choque se fue a los 29 puntos de valoración pero hubo nueve rebotes defensivos y seis ofensivos. Por contra, lo singular el sábado fue que lograra más rechaces en ataque, ocho, por siete bajo su tablero.

La explicación tiene relación con el sinfín de tiros desperdiciados por el Unicaja bajo la zona ante el Baskonia, en especial en la segunda parte del encuentro (cuando capturó diez de los quince rebotes), que generaron más rechaces en ataque de lo común. También Oliver se fue a los doce rebotes (pero sólo tres en ataque), por encima de su promedio con el Unicaja.

Y es que venidos a menos Brizuela y Jaime Fernández en relación a su aportación en el primer tiempo, el Unicaja jugó mucho con Kravic, que sorprendentemente dejó en mínimos la presencia de Guerrero en la pista (11:52 minutos). Curiosamente, el pívot nacionalizado serbio, aunque bosnio de nacimiento, había recibido una impresionante bronca de su entrenador, Ibon Navarro, en la primera mitad por un error defensivo.

Lo cierto es que Kravic tuvo un excelente debut (en la jornada decimoctava) de 'cajista' ,en la paliza en la pista del Urbas Fuenlabrada (53-73), con 9 puntos, 7 rebotes, 3 tapones y 20 créditos de valoración, o aquel 'doble-doble' (12 puntos y 10 rebotes) en el 91-75 al Surne Bilbao poco después. Pero de aquel Kravic al visto después, al menos hasta el choque contra el Baskonia, media un abismo.

Kravic fue incorporado por su experiencia en la Liga ACB (una campaña en el Monbus Obradoiro, la 2019-20, y otra y media con el Hereda San Pablo Burgos), su capacidad de aportar puntos en ataque, sus opciones reboteadoras e, incluso, una buena lectura de juego, pero en ataque se le estaba viendo realmente poco, en parte también por la tendencia habitual de su equipo de meter pocos balones por dentro. De hecho, promedia con el cuadro malagueño solamente 6,9 puntos (en 20 minutos en juego de media), frente a los 13,2 en Santiago, y 10,7 y 8,7 en cada una de las dos campañas en Burgos, sin grandes diferencias en cuanto a su peso en la rotación en cada momento. Cabe recordar que su techo está en los 24 puntos sumados en la pista del Joventut cuando actuaba en las filas del Obradoiro (3 de noviembre de 2019).

En las últimas semanas Guerrero había tenido más protagonismo que Kravic en la rotación de los pívots por parte de Ibon Navarro, y pese a que definitivamente Nzosa se ha acostumbrado a actuar en el puesto de 'cuatro'. A sus 31 años (cumplirá 32 el 9 de septiembre), el futuro del balcánico está por definir, incluso si continuase en otro conjunto de la Liga Endesa si abandona Málaga.

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