«He salido de milagro. Estuve corriendo en la cabina como un ratón en una rueda»

Antonio Martín, de 46 años de edad, vecino de Alhaurín el Grande, estaba con la hormigonera el pasado viernes en una parcela de Ojén. Al dar marcha atrás el terreno cedió y el camión quedó ligeramente inclinado hacia el precipicio. Al día siguiente trataron de enderezarlo utilizando una grúa. Colocaron unas cintas y cables para sostener el vehículo. Toda la operación estaba siendo grabada por varios vecinos de la zona.

Como el camión ya estaba casi derecho, Antonio se metió en la cabina para ponerlo en movimiento. Pero justo en ese momento, el terreno volvió a ceder, se rompieron los cables y el camión cayó rodando por el terraplén con él dentro. Antonio explica que el vehículo dio cinco o seis vueltas. «Entonces yo traté de separarme del volante, me puse en pie y empecé a correr dentro de la cabina buscando los huecos. Como esos ratones que están siempre corriendo dentro de una rueda«. Aunque llevaba las ventanas abiertas no se inundó la cabina de tierra porque el terreno estaba repleto de broza.

El peso del camión hizo que se detuviera a 60 metros, «pero el barranco tiene siete kilómetros«, advierte Antonio. Fue una suerte que se frenara por que, en caso contrario, no podría contarlo. »Ha sido un milagro. He vuelto a nacer«, comenta. Fue él mismo el que pudo salir por un hueco de la ventana.

El domingo descansó, pero al día siguiente ya estaba de nuevo trabajando. «La empresa me dijo que me tomara unos días, pero yo estoy bien. Son cosas que pasan en el trabajo«, manifiesta, como si rodar dentro de una hormigonera barranco abajo fuera lo habitual en su profesión.