Una noche de copas termina en homicidio en Torremolinos

El responsable de un bar de copas de Torremolinos salió a tirar la basura al final de la noche. Eran las 2.20 horas de la madrugada. En la calle en la que estaban los contenedores, en zona de La Colina, se encontró a un hombre de unos 40 años tendido en el suelo con varios golpes en la cabeza. No respondía, así que llamó a emergencias; los médicos lo trasladaron de urgencia al Hospital Regional de Málaga en estado grave, donde falleció varios días después. Los agentes de la Policía Nacional que investigaban el suceso no pudieron siquiera entrevistarse con él, y se quedaron rodeados de interrogantes ante lo que parecía ser un accidente. Pero, gracias al tesón de los policías, las preguntas han sido respondidas una a una y el crimen ha quedado esclarecido con la detención, un mes después, de tres personas por un presunto delito de homicidio.

Los hechos se produjeron el pasado 18 de julio, momento desde el que la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Torremolinos se hizo cargo del caso. Las detenciones se han llevado a cabo tras una compleja investigación en la que se ha contado con el testimonio de dos testigos protegidos y se ha analizado el metraje de decenas de cámaras de seguridad. Este sábado, los tres arrestados -todos de entre 20 y 30 años de edad- fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción Número 1 de Torremolinos, cuyo titular los dejó en libertad con cargos. Además, se investiga a una cuarta implicada, pareja de uno de los detenidos, por un presunto delito de robo.

Según fuentes consultadas, el hombre presentaba un fuerte traumatismo craneoencefálico en la parte posterior de la cabeza, además de varias heridas en el rostro -uno en la frente, otro en el pómulo, bajo el ojo-. El análisis forense determinó que la causa de la muerte fue el golpe que la víctima presentaba en la nuca, lo que dejaba abiertas diferentes hipótesis sobre lo ocurrido, y ninguna de ellas se imponía sobre las demás.

La primera alternativa era que todo se tratase de un accidente. El hombre había consumido alcohol durante aquella noche, por lo que al salir del establecimiento podría haberse caído al suelo, sufriendo el golpe mortal. Las lesiones eran compatibles con esa posibilidad, pero los agentes decidieron ir más allá. Había elementos que no cuadraban en la escena, como que alguien se había llevado sus pertenencias. Además, testigos del establecimiento aseguraron que la víctima había estado bebiendo, pero su grado de embriaguez no era tan elevado.

Por ello comenzaron a analizar las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona, hasta que dieron con una ubicada en un edificio cercano en las que se apreciaba una discusión entre varias personas -una de ellas parecía ser el fallecido-. La localización de dos testigos, que conforme avanzó la investigación fueron catalogados como protegidos, fue clave en el proceso y permitió a los agentes de la UDEV ir conectando los puntos ciegos de la secuencia de los hechos.

Con toda la información recabada llegaron a una conclusión: el hombre salió del bar y se encontró con los jóvenes, que estaban bebiendo alcohol en la calle (cerca del cadáver había copas sin terminar abandonadas en el suelo). Por motivos que aún se investigan se inició una discusión que, presuntamente, terminó en una agresión por parte de los tres jóvenes hacia la víctima, que quedó malherida. Lo dejaron allí y no pidieron ayuda y, al parecer, dos de ellos volvieron a los pocos minutos para llevarse sus pertenencias. Sin embargo, los jóvenes aseguran que el hombre comenzó a insultarles al salir del bar y que después le lanzó piedras, lo que originó un enfrentamiento, pero que no hubo tal paliza, sino que la víctima sufrió una caída que le acabó provocando la muerte.

Uno de los detenidos es considerado el responsable del homicidio y del robo de sus pertenencias, mientras que los otros dos han sido arrestados como cooperantes del primer delito.