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La aceleración de la desescalada en el narcotráfico es un hecho. Tras el parón del confinamiento, no hay día sin una redada, una persecución o un alijo en la playa a plena luz del día. El domingo, sin ir más lejos, los bañistas de la playa de El Cable, en Marbella, asistieron a un abordaje en directo: la patrullera de la Guardia Civil interceptó un yate de lujo cargado con más de 3.000 kilos de hachís.
La maniobra, que tuvo lugar en torno a las seis y media de la tarde, fue filmada con sus teléfonos móviles por varios bañistas, que captaron cómo la lancha rápida del Servicio Marítimo de la Benemérita escoltaba hacia el puerto de la Bajadilla al moderno yate, de más de 20 metros de eslora.
Los investigadores del Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON Sur) de la Guardia Civil detectaron que se podía estar usando una embarcación recreativa para alijar, y no se equivocaban. Se trata de un método extendido en el narcotráfico para pasar inadvertidos, sobre todo en periodo estival, cuando crece exponencialmente el tráfico marítimo.
Tras interceptar la embarcación, los agentes confirmaron sus sospechas y detuvieron a los tres tripulantes que iban a bordo. El yate fue escoltado hasta el puerto, donde quedó intervenido, al igual que los fardos, que arrojaron un peso aproximado de 3.000 kilos.
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