Auténtico olor a tigre: cómo cazar este animal con un perfume de Calvin Klein

Después de dos años de batidas con perros y elefantes, y de búsquedas con planeadores para peinar las zonas verdes más impenetrables, todas infructuosas, las autoridades de la zona han decidido cambiar drásticamente de táctica. Han empezado por hacer un importante pedido a la casa de modas estadounidense con el que piensan atraer fatalmente a T1, el lacónico nombre con el que han bautizado al fiero ejemplar. «Se nos ha dicho que la colonia puede funcionar como un buen cebo para la tigresa, así que la rociaremos en los árboles y el suelo del área en el que creemos que se encuentra y veremos qué sucede», cuenta Sunil Limaye, un funcionario de Vida Silvestre.

¿Dónde está el truco? En una feromona llamada civetona, que se obtiene de las glándulas aromáticas de un mamífero parecido al gato llamado civeta, y que a menudo se utiliza en la elaboración de perfumes, como es el caso de 'Obsession'. Al parecer, en un experimento efectuado en el zoológico del Bronx, en Nueva York, los jaguares encontraron ese aroma irresistible. Hay más. Según contó el biólogo Miguel Ordenana a la revista 'Scientific American', hace tres años se empleó con éxito la misma colonia, rociada en trampas y jaulas, para atrapar a un leopardo en el estado indio de Karnataka.

En los alrededores de Pandharkawada, los residentes tienen otra 'obsession': que retiren de la circulación cuanto antes a T1. El miedo se ha apoderado de las más de 5.000 personas que viven en una veintena de aldeas de la zona desde que el pasado agosto tres vecinos fueran mortalmente atacados. Anteriormente, podrían haber sido otras diez las víctimas de la tigresa. Al objeto de prevenir nuevas tragedias, el Gobierno de Maharashtra recomienda insistentemente a granjeros y ganaderos que regresen temprano de los campos y bosques y que se desplacen en grupos.

Por su parte, los activistas defensores de animales del país han emprendido una campaña para «salvar» a la tigresa y azuzan las redes sociales para ganar adeptos a la causa de T1. Sostienen que los oficiales forestales no tienen la experiencia necesaria para capturar a la felina viva y que terminarán disparándola. De suceder eso, la Corte Suprema de la India no interferirá, tal como adelantó el mes pasado. «No tenemos intención de matarla. Todo dependerá de las circunstancias. Si nos ataca, tendremos que disparar», ha dicho Ak Mishra, uno de los oficiales la cargo de la misión.

La cuenta atrás para embriagar a la tigresa ha comenzado. El «juego» se ha prolongado ya durante demasiado tiempo, dicen los funcionarios con los vaporizadores en alto.