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Nieves Castro
Martes, 22 de diciembre 2015, 23:57
Seamos sinceros. En todas las familias existe un cuñado al que nadie aguanta, un primo capillita y otro anticlerical o hermanos que en fútbol y en política profesan en partidos contrarios. Sentar en la misma mesa a personas con sensibilidades tan distintas siempre es complicado. Para crear un buen ambiente en la cena de Nochebuena nada mejor que sorprender a los comensales con toques originales que les dibujen una sonrisa. Aquí te traemos la visión excéntrica de la publicista Cristina de Lope, directora de comunicación de Ibermaison, una empresa de arquitectura, diseño moderno y arte, ubicada en Madrid, Marbella e Ibiza. Esta creativa te enseña cómo montar seis mesas que darán mucho de qué hablar.
Mesa de cine años 50: el espíritu 'Mad Men'
El estilo puro y sofisticado asociado a la estética de 'Mad Men', la serie de culto ambientada en una agencia de publicidad de finales de los años 50, que ha trascendido al universo del interiorismo y de la moda, inspira esta primera propuesta. Para recrear este ambiente en tu cena de Navidad nada mejor que apostar por manteles individuales, copas de diferentes tamaños, platos de colores más bien oscuros, cubiertos brillantes en plata o dorados y unos simples candelabros. En este caso el glamour no está realmente en la mesa, sino en cómo uno se viste para estar en esa fiesta. La clave no es un mesa excesiva, sino ropa excesiva, afirma la creativa.
Para marcar la diferencia, De Lope propone colocar encima del plato una claqueta con el nombre del comensal. Sin duda, un elemento barato y que podrás encontrar fácilmente. Si queremos añadir además un toque un poco más recargado y salir de la simplicidad de los 50, la creativa sugiere adornar la mesa con rollos de película antigua a modo de guirnaldas e, incluso, usar las propias carcasas para hacer un centro que termine coronado con una vela.
Mesa vintage. Una oportunidad para el hule
Bienvenido/a al mundo del mercadillo. Vale todo y no vale nada. Para hacer una fantástica mesa vintage hay que haberse recorrido las almonedas y los puestecillos callejeros en busca de elementos que no tengan nada que ver el uno con el otro. Sólo hay que tener un par de premisas en cuenta: esta tendencia decorativa tiene debilidad por los tonos pastel y por el reciclaje. Así que antes de montar la mesa no está de más repasar altillos y trasteros para dar segundas oportunidades a elementos que tengamos en casa.
De Lope propone azulejos como bajo platos, pequeñas cajas para meter la cristalería y un mantel de hule. Para que sea una mesa muy vintage hay que poner hule, si no, por favor, solamente un mantel blanco o color arena, porque si no cualquier cosa que vayas a colocar no va a ir con la decoración, señala la publicista.
Para marcar los sitios de los comensales, la directora creativa de Ibermaison apuesta por diferentes marcos pequeños que simulen ser antiguo y poner dentro el nombre o la foto de la persona.
Mesa clásica: literatura para la velada
Una buena mesa clásica es rimbombante y está llena de muchos elementos. Optaremos por un mantel largo hasta el suelo, porque en este tipo de decoraciones uno corto es pecado. Y claro, servilletas en tela y nunca en papel. Debemos poner todas las copas, platos y cubiertos que vayamos a utilizar. Además el plato del pan, que en una decoración tan soberbia no debe faltar jamás.
El centro de mesa debe incluir elementos que tengan que ver con el campo, pero de una manera muy sofisticada. Quedan prohibidos, por tanto, los centros con bolas de Navidad y velas. Tanto si optamos por uno o dos centros, dependiendo de la longitud de la mesa, el tamaño no debe interrumpir la visión de los comensales.
De Lope propone introducir libros antiguos para sorprender. Encuadernaciones que sirvan de pedestales a los candelabros y que tengan peso para la familia, de modo que, incluso, puedan servir para introducir conversaciones y que al terminar la cena los comensales puedan ojearlos. Un libro en una mesa queda muy efectista y no desentona en este tipo de decoración clásica porque forma parte de esa vida tranquila ligada a la cultura, afirma la publicista.
La mesa creativa-infantil: Lego toma posiciones
Pon un mantel blanco, tira la caja de lego encima de la mesa y da rienda suelta a tu imaginación. Aunque no lo creas las piezas de la popular empresa danesa te permitirán hacer muchos elementos para servir una cena de verdad: platos del pan, centros de mesa o los bajo platos. Si optas por este último elemento, ten la precaución de hacer solamente el cuadrado para marcar el espacio donde va el plato y evitar la pérdida de estabilidad del que pongas encima.
En el montaje pueden ayudar los niños y a los mayores que han vivido en la generación Lego les encantará. Es fundamental dejar piezas tiradas por encima de la mesa para que durante la cena, además de conversación, pueda haber creatividad, aconseja De Lope.
En este tipo de mesas infantiles no existen reglas y puedes optar por otros detalles como utilizar los calcetines de Papá Noel para meter dentro los cubiertos, un detalle que a los más pequeños de la casa les volverá locos.
Mesa de arquitectura y arte moderno: platos de museo
Es la mesa más complicada de montar porque desgraciadamente es la más cara. Aquí lo importante es la procedencia de la vajilla. Encima de la mesa todo debe ser muy minimalista y muy blanco, con bajo platos preferentemente en plata y la vajilla arquitectónica, a base de piezas adquiridas en museos. Todos los museos del mundo venden platos con la imagen de un determinado pintor o arquitecto. Al utilizarlos en la mesa consigues aunar diseño y arte para dar ese toque especial, explica De Lope. Ni hace falta tener la vajilla completa ni que todos los platos sean iguales. Estas pequeñas piezas de museo pueden servir para presentar sólo los entrantes.
En este tipo de presentaciones es importante no levantar la altura de la mesa para dar una sensación muy lineal, por lo que las copas pueden ser sustituidas por un juego de vasos. Para crear un efecto divertido puedes jugar con sillas de diferentes marcas, colores y materiales.
La mesa de la abuela: el homenaje a la familia
En las mesas de las abuelas no hay orden, lo que sí hay es familia. Así que para recrear una mesa de este tipo es importante apostar por varios manteles y si son de diferente color, mejor. No hay cosa más bonita que esas mesas donde no cabía la gente y había manteles de todos los colores porque se iban uniendo mesas y tableros. Lo que indica que aquellas cenas estaban siempre abiertas a gente inesperada. Viva esa experiencia de unión que había entonces, reivindica la publicista. En este homenaje a las mesas de antaño es importante incluir algún elemento de barro, ya sea en la vajilla o con vasos para el vino.
De Lope pone la nota diferencial con dos botellas de anís del mono a modo de candelabros. Aunque todos sabemos que la clásica botella acabará antes o después sirviendo de instrumento para entonar villancicos.
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