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Los caminos que unieron a Jon y a David en 2005 eran tan distintos que cualquiera hubiera negado que estaban destinados a encontrarse. Fue una noche en Granada, en un bar de copas. Donde se conocía la gente hasta la irrupción masiva de las aplicaciones. David trabajaba como profesor, y además hacía poco tiempo que vivía su sexualidad de forma plena. Para Jon la vida era muy diferente. Por aquellos años él ya había dejado su Inglaterra natal y vivía en Madrid. El encuentro se produjo en el marco de unas vacaciones, y de ahí en adelante estuvieron muchos años sin separarse el uno del otro.
Un tiempo después, consiguieron situar su vida en Málaga, donde David obtuvo su plaza fija. Jon, jefe de proyectos para una organización en Bruselas dedicada a la investigación en distintos ámbitos con fondos europeos, también pudo situar su residencia en la provincia. Y de ahí a la boda en 2012 un camino lógico. «Fue un evento multitudinario», cuentan ambos con una sonrisa.
Más de 300 personas celebraron el amor entre un malagueño y un británico. Para David supuso muchas cosas, aunque una de las más importantes fue la de entender que la relación con su padre había vuelto a ser la normal entre un progenitor y su hijo. «Sentí que estaba orgulloso de mí», relata. En el caso de Jon, su familia estaba ya 'acostumbrada'. «No soy la primera persona LGTBI de mi entorno», dice entre risas.
El matrimonio es la cara principal del derecho que se aprobó en España en 2005, pero no es la única. Con la boda puede venir un divorcio, y ésto fue lo que ocurrió entre David y Jon en 2017. Un tiempo breve, porque tras el punto y aparte se inició un nuevo capítulo en 2019 de una historia que de momento pervive fuerte. El segundo enlace fue más sencillo, más íntimo y, además, en Navidad. «Somos muy navideños, y lo que montamos fue una boda con aspecto de fiesta en casa para 30 personas. Aunque fueron celebraciones muy distintas, le tenemos un especial cariño a la segunda», reconocen.
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Y si con una boda puede venir un divorcio (y luego otra boda), el reconocimiento de los mismos derechos a las parejas LGTBI trajo consigo la capacidad de poder adoptar. «Nosotros teníamos claro que queríamos ser padres», cuenta la pareja mientras miran a Adam con cariño. El chaval, que acaba de cumplir cinco años este mes de mayo (aunque aparenta al menos uno más) llegó a las vidas de Jon y David cuando apenas contaba con unos pocos meses. Mientras juega con la pelota –es bastante bueno para la edad que tiene– sus padres (Papi y Daddy) cuentan que Adam ya les ha hecho algunas preguntas sobre sus orígenes y sobre su madre. «Creo que es importante hablar con él, sin ocultarle nada pero entendiendo la edad que tiene», apunta David.
De momento, Adam es tan feliz como cualquier niño de cinco años. «Estamos seguros de que será así siempre, o al menos lo intentaremos», señalan; aunque sin obviar que hay cosas que sí les preocupan. «Algo que hemos notado es que más allá de que sus padres sean gays o que sea adoptado, el hecho que más podría afectarle de cara al futuro es su color de piel. Por eso hay que reforzarle, aunque reconozco que yo, personalmente, no tolero ni un solo comentario (aunque sea en broma) sobre esta cuestión, se refieran a no a nuestro hijo. Y así he tenido que hacérselo ver a gente de mi entorno», reconoce David.
En lo que respecta a su situación como matrimonio LGTBI, ambos insisten en que no aprecian un trato diferente por la mayoría de las personas que les rodean. «Eso tiene mucho que ver con cómo ha evolucionado nuestro país», sostienen. Aun así, también es visible que en el caso de ellos, se trata de una familia más o menos 'convencional'. «Esta es nuestra familia, pero hay muchas otras que son igual de válidas», recalcan.
Precisamente, cada familia LGTBI puede elegir cómo vivir, y en eso se incluye el compromiso social que uno quiera tener. David y Jon, en este punto, lo tienen claro. El primero lleva muchos años –desde su juventud– militando en el PSOE, partido del que es portavoz en su pueblo, Alhaurín de la Torre (Málaga). Jon acaba de entrar en su ejecutiva local. «Desde que Adam llegó a nuestras vidas siento que necesito participar más y aportar algo a la sociedad», sentencia Jon. «Al final, en parte somos unos privilegiados. Tenemos un hijo maravilloso y estamos esperando ya al segundo», anuncian con una sonrisa de oreja a oreja.
Créditos
Fotografías: Javier García Cobos a.k.a. The A Prods
Maquillaje: Laura Donoso
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Ivia Ugalde, Josemi Benítez e Isabel Toledo
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