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Momento de la salida del Señor de los Pasos desde San Lázaro. R. Rodríguez
La Cofradía del Rocío revitaliza el vía crucis oficial de la ciudad de Málaga

La Cofradía del Rocío revitaliza el vía crucis oficial de la ciudad de Málaga

La imagen del Señor de los Pasos preside por segunda vez este piadoso ejercicio, que fue seguido por cientos de devotos en su trayecto a la cima del Monte Calvario

Viernes, 1 de marzo 2024, 21:57

El barrio de la Victoria se inundó de un fervor especial este primer viernes del mes de marzo, tercero de cuaresma, con motivo de la celebración del vía crucis oficial de la ciudad de Málaga al Monte Calvario, ejercicio que hunde sus raíces en el siglo XV, vinculado a la espiritualidad de la Orden de los Mínimos, que erigió el convento de la Victoria, aunque, desde el lejano año 1706, la hoy conocida como Cofradía del Rocío –en su origen, llamada Hermandad de los Pasos de Jesús–, viene encargándose de su organización, al incluirlo entre sus fines fundacionales.

Desde entonces, el rezo de los misterios dolorosos de Cristo, desde la iglesia de San Lázaro hasta la cima del Monte Calvario por la vía dolorosa, donde se emplazan las cruces que señalan cada una de las estaciones, fue 'in crescendo' en popularidad, así como su prolongación en el tiempo, lo que hizo que el Ayuntamiento le otorgara en 1939 el título de 'vía crucis oficial de la ciudad de Málaga'. Sin embargo, desde las últimas décadas del siglo XX hasta la actualidad, el ejercicio fue perdiendo brío y, por tanto, el número de participantes apenas alcanzaba ya el medio centenar.

En consecuencia, viendo que el vía crucis languidecía y que podía peligrar su continuidad, la Cofradía del Rocío quiso darle un impulso el pasado año, adelantando la fecha de su celebración –con anterioridad se practicaba el Viernes de Dolores– y cambiando la imagen que habitualmente lo presidía. Así, desde 2023, el titular cristológico de la hermandad, el Señor de los Pasos, es la efigie que protagoniza el vía crucis oficial de la ciudad y no la pequeña Dolorosa que recibe culto en la parroquia de San Lázaro, que era la talla que subía al Monte Calvario.

Estos cambios, unido al empeño de la hermandad por querer revestir el ejercicio de la solemnidad que requiere, han supuesto un revulsivo que, si bien el año pasado sorprendió a propios y extraños al presentarse en la calle con un cortejo con empaque, nada que ver con los ejercicios anteriores, este viernes se produjo la confirmación de lo que ya se sabía: que la Cofradía del Rocío, que vive uno de los mejores momentos de su historia más reciente, va más allá del Martes Santo. Y es que la grandeza de esta cofradía de barrio, que sabe lo que se requiere en cada momento y no deja nada a la improvisación, le lleva a cuida hasta el más mínimo detalle de cualquier acto, culto o evento que se precie, como ha sido el caso del vía crucis de la ciudad, que ha pasado de ser una cita minoritaria y sin brillo, a uno de los cultos externos llamado a convertirse en imprescindible de la cuaresma en Málaga, si no lo es ya, en solo dos años.

En una cuidada puesta en escena, la comitiva echó a andar desde el templo de San Lázaro a las siete en punto de la tarde, la hora fijada por la cofradía. De fondo sonaba el 'Ave verum', canto gregoriano interpretado por el Grupo Vocal Graduale. Un largo cortejo de velas, formado por hermanos de la corporación, iba señalando el camino que tenía que recorrer el Señor de los Pasos. Al frente, la cruz parroquial, flanqueada por dos ciriales, y catorce monaguillos infantiles portando pequeñas cruces, representando las estaciones.

El Nazareno de los Pasos fue muy arropado por sus devotos. R. Rodríguez

La imagen del Nazareno de los Pasos, aún con la luz de la tarde, que se presentó algo fresca, se asomó a las 19.10 horas, después de salvar el dintel de San Lázaro. Una vez alzadas las andas, ya que las dimensiones de la puerta del templo obligaron a echarlas abajo para salir desde su interior, se rezó la primera estación. La lectura correspondió al presidente de la Agrupación de Cofradías, José Carlos Garín, quien se colocó detrás del Señor, junto al hermano mayor del Rocío, Javier Martín, y su junta de gobierno, todos con velas blancas. Y poco más tarde, con el jardín de los Monos de testigo, la capilla musical de la Banda de Música Virgen del Rocío se arrancaba con una primera pieza, 'Coral de la Pasión, según San Mateo', de Johann Sebastian Bach con arreglo del compositor Francisco Javier Criado, hermano de la cofradía victoriana.

El presidente de la Agrupación, José Carlos Garín, en la comitiva. R. Rodríguez

Como novedad, los celadores –mayordomos– eran los encargados de dar lectura a las estaciones, la primera, ante la cruz levantada a las puertas de San Lázaro. Y la segunda, en la calle Amargura, vía que conduce al Monte Calvario, donde llegó, en su segundo tramo, junto a los jardines de Alfonso XII, a las 19.30 horas.

El Señor lucía imponente, con la antigua túnica morada que le bordaran las Hermanas Adoratrices y enriqueciera Felicitación Gaviero, tocado con sus potencias de plata, diseño de Curro Claros, vestidor de la Novia de Málaga y asesor artístico de la hermandad, y realizadas por el orfebre Emilio Méndez, y alzado en sus sencillas andas de dos varales sobre un monte de lirios. El conjunto era iluminado por cuatro hurricanes dispuestos en las esquinas y cuatro faroles, que eran portados por hermanos. Y en el recuerdo, muchos nombres: Julio, Manuel, Alberto, Esteban, Eloy, Antonio, José y Rafael, hermanos de la cofradía que ya no están y que, de un modo u otro, extendieron la verdadera devoción al Nazareno de los Pasos y la Virgen del Rocío.

El titular de la Cofradía del Rocío a su paso por la calle Amargura, camino del Calvario. R. Rodríguez

El Nazareno de los Pasos, muy arropado por varios cientos de devotos, alcanzó la cima del Calvario a las 21.07 horas. La estampa que ofrecía la comitiva, con su camino de velas y la ciudad iluminada como fondo de la escena, evocaba tiempos pasados. En ese instante, con las puertas de la ermita abiertas de par en par y tras rezarse la última estación, los presentes entonaron el canto 'Sálvame Virgen María' y 'Salve Regina' para saludar a Santa María del Monte Calvario, un momento íntimo y emocionante entre dos cofradías que, según las investigaciones, fue una en su origen.

Finalizado el vía crucis de la ciudad, y una vez producido el cambio de turno de los portadores de las andas, el cortejo imprimió un ritmo más ágil para regresar a San Lázaro, donde tenía previsto llegar en torno a las 22.30 horas.

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