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La Litiasis renal es la tercera enfermedad más frecuente de las vías urinarias y afecta a un 10% de la población. Francisco Blanco Reina, jefe del Servicio de Urología de HM Hospitales en Málaga explica que es más frecuente en varones con profesiones sedentarias. «Lo mejor para prevenirla es beber más de 2 litros de agua».
-¿Qué son las piedras en el riñón y cómo se forman?
-Una piedra es una masa sólida que se forma en el riñón a base de condensación y cristalización de sales minerales. Al principio es una matriz, algo muy pequeñito que normalmente se elimina de forma espontánea. Pero a veces esa matriz se queda fija en una zona del riñón y va creciendo. Se da sobre todo en personas que beben poco y por eso se acumulan muchos minerales y sales. La cristaluria que sale muchas veces en los análisis de orina es una orina densa que está formando piedrecitas, arenilla, como decimos coloquialmente, pero de ahí a la piedra grande va un paso.
-¿Son frecuentes?
-Sí. La litiasis es la tercera enfermedad más frecuente de las vías urinarias después de las infecciones y la patología prostática, y afecta a un 10% de la población. Es mucho más habitual en varones con profesiones sedentarias, en climas áridos y en personas que toman poca agua.
-¿Lo primero para prevenirla sería beber agua? ¿Cuánta?
Si. Hay que beber unos dos litros y medio. Además de verduras, ensaladas y fruta, que también tienen una parte importante de agua.
-¿Cuáles son los síntomas de tener una piedra en el riñón?
-La piedra provoca dolor porque causa una uropatía obstructiva al intentar salir. Es como si a una manguera le ponemos un tapón, pero el grifo sigue abierto, porque el riñón sigue produciendo orina. Si no sale bien esa orina aumenta la presión y al final sufre el riñón. A veces sufre y se dilata tanto que se rompe en alguna zona más débil y sale la orina por fuera. Eso es un cuadro más complicado y hay que actuar rápido.
El síntoma inicial es el dolor en la zona lumbar, en la zona renal. Hay mujeres que han dado a luz que dicen que es peor que el de un parto. Y, típicamente, si la piedra va bajando por el uréter hacia la vejiga, el dolor se irradia hacia el abdomen, zona inguinal o hasta la zona genital del mismo lado.
-Ante ese tipo de dolor ¿Cómo hay que actuar?
-Ante un dolor normalmente todo el mundo tiene paracetamol o algo similar. Pero es un dolor que va a más. Pueden aparecer náuseas, vómitos, a veces hipotensión arterial, mareo. Incluso puede haber sangre en la orina o escozor al orinar. En los casos más graves, fiebre, que nos indica una infección o una pielonefritis obstructiva y en los casos más graves puede desembocar en una sepsis urología. El cólico nefrítico hay que mirarlo con mucho cuidado. Ante ese dolor que no responde a un analgésico ir urgencias. Lo primero es aliviar el dolor y luego se busca la causa.
-¿Qué técnicas se utilizan para expulsar las piedras?
-El primer escalón es la prevención y para eso hay que tomar mucha agua, evitar el sedentarismo, la sal y las proteínas de las carnes rojas, del pescado y de las aves. No conviene abusar de frutos secos, ni de chocolate. Y de algunos cereales, tampoco. Lo más sano es la dieta mediterránea. El dolor se trata inicialmente con pastillas y si no son suficientes, tratamiento intramuscular o intravenoso. A veces el dolor es tan severo, que hay que derivar esa vía urinaria de forma urgente. Una opción es emplear un catéter muy fino que con anestesia local se pincha por la espalda hasta el riñón y reconduce la orina al exterior. Otra opción sería meter un catéter interno, a través de la uretra que llegue del riñón a la vejiga para salvar el obstáculo, que es la piedra, y luego realizar el tratamiento para quitar la piedra.
-¿Son tratamientos dolorosos?
- Normalmente no, porque se hacen con anestesia o con sedación profunda. Si es una piedra pequeñita y expulsable se trata con pastillas y si vemos que es grande y que no va a salir, directamente se va a quirófano. Hace más de 30 años se empleaba la litotricia extracorpórea con ondas de choque, lo que todo el mundo conocía como 'la bañera'. Te tienden en una camilla, te ponen un aparato pegado a donde tienes la piedra y se dan muchos golpes, miles de golpes: entre 3.000 y 5.000 golpes en cada sesión para que se rompa y se pueda expulsar. Luego vinieron técnicas más modernas: Hay un material endoscópico que nos permite meternos por donde sale la orina hasta el riñón. Así se puede localizar la piedra, fragmentarla y expulsar esos fragmentos. Es la que más se utiliza.
-¿Qué porcentaje de pacientes necesitan una intervención ?
-Entre el 70 y el 80% de las litiasis son expulsables y aproximadamente un 20% de los cólicos nefríticos se tienen que operar.
-¿Es una intervención relativamente sencilla?
-El uréter es muy agradecido o muy desagradecido. Yo siempre explicaba a los residentes que en el uréter o triunfas a la primera o si en algún mal movimiento o en algún problema que haya empieza a sangrar, ya no ves. Entonces ya se acabó, hay que dejarlo hasta que sea una piedra más compleja, o que sean enfermos que vienen con una sepsis de inicio, una fiebre alta, problemas en la analítica…
- ¿La sepsis se debe a que a raíz de la piedra se produce una infección generalizada?
-A raíz de que la piedra no sale bien la orina se acumula en el riñón, aumenta esa presión y de no salir esa orina estancada se puede infectar. Empieza con una pielonefritis obstructiva, se infecta el riñón y si esa infección va más, a veces la orina que sacamos de un riñón es pus prácticamente. Y si esa infección y ese pus pasa a la sangre provoca una sepsis urológica, que es un deterioro generalizado muy serio.
-¿Cuáles son los signos de alarma?
-En los crónicos nefríticos con fiebre de más de 38 a pesar de tomar un paracetamol o un nolotil hay que a urgencias.
-¿Se confunde a veces en urgencias ese dolor con otras patologías?
-Se puede hacer un TAC, que nos dice con exactitud el tamaño de la piedra y a qué altura está o si no hay piedra y podemos descartar la urología como causa.
-¿Lo más importante para evitar las piedras en el riñón ?
-Una vida sana en general, una dieta mediterránea y sobre todo, sobre todo beber mucha agua, por lo menos los dos litros y medio.
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