Sayalonga, parada obligada entre el mar y la sierra de Almijara
Un camposanto octogonal o el callejón más angosto de la Axarquía son algunas de sus curiosidades
Se asienta, con un casco urbano ligeramente alargado, sobre una loma que parece querer desafiar el sosiego natural del valle agrícola del río Turvilla. Tan ... sólo han pasado unos días desde que la campaña del níspero ha finalizado, pero este pueblo de la Axarquía no sólo vive de esta fruta de origen exótico. Sayalonga es también uno de esos pocos pueblos que son de parada obligada en el tránsito que hay entre el Mediterráneo y la abrupta sierra de Almijara.
Cierto es que no es tan conocido como su vecino al norte, Cómpeta, que recuerda al vino más tradicional de la Axarquía, pero no le faltan atributos para ser un destino idóneo para los que buscan descansar sin renunciar a las visitas de interés. No en vano, uno de los mejores reclamos que tiene hoy esta villa, situada en la carretera que va de Algarrobo a Cómpeta y Árchez, es el trazado laberíntico de su casco antiguo, que delata que tuvo un pasado andalusí.
Hoy, sus calles, actualizadas a los tiempos que corren, cuenta con rincones tan ornamentados como el entorno del antiguo Ayuntamiento y otros lugares que sorprenden por su angostura. Es el caso del callejón conocido como La Alcuza, que con 56 centímetros de anchura, tiene el curioso récord de ser el más estrecho de toda la comarca.

Un paseo por su cuidado casco urbano conduce inexorablemente hasta su peculiar Cementerio Redondo, un camposanto que se construyó durante el siglo XIX y que, en realidad, tiene una forma octogonal.
Según algunos estudios realizados, podría tener relación con la masonería. Desde su interior, llama la atención la disposición del recinto funerario. E incluso se ve la torre de la iglesia, que, curiosamente también tiene ocho lados, lo cual podría no ser casual.
Se puede afirmar que no hay en todo el país ningún recinto funerario que tenga esa peculiaridad, lo que lo convierte en una verdadera joya de la arquitectura anónima decimonónica.
Durante muchos años se ha creído que la disposición del camposanto no era casual. De hecho, se consideraba que los nichos se habían colocado de tal forma que no se pudieran dar la espalda unos a otros. Pero, no es más que una de las tantas creencias populares que se cuentan sobre esta construcción axárquica. Entre las leyendas también se cuenta allí la del Niño Gitano.
En el mismo casco urbano, se puede visitar la iglesia de Santa Catalina, levantada originalmente en el XVI sobre una anterior mezquita. Conserva todavía hoy algunos rasgos mudéjares. Entre sus elementos más originales está su llamativa torre octogonal. En su interior, destaca especialmente la talla de la Virgen del Rosario, que data del Siglo XVIII de la escuela granadina.
Junto a este templo, se puede ver la ermita de San Cayetano, que alberga en su interior la imagen del santo que le da nombre, una imagen del XVIII de gran valor escultórico.
En el casco urbano también merece la pena visitar el Museo Morisco, que cuenta con interesantes vestigios históricos, una colección de pinturas de Adolfo Córdoba y una biblioteca donada por Manuel Fernández Mota.

También merece la pena visitar la Fuente del Cid, que fue construida originalmente en el antiguo Al-Ándalus. Pese a su nombre, no tiene ningún vínculo con la historia de Rui Díaz de Vivar sino más bien con un rey moro. En 1571 aparece nombrada con otra denominación, Daynicar.
A poca distancia del pueblo, se puede practicar el enoturismo en las prestigiosas Bodegas Bentomiz, donde los holandeses Clara y Andrè no sólo elaboran vinos de gran calidad con materia prima de la zona sino también ofrecen una gran experiencia para los sentidos con su proyecto de enoturismo.
Mucho más lejos, en el extremo del término municipal, se encuentra la tranquila aldea de Corumbela, incluida en la Ruta del Mudéjar por contar con uno de los pocos alminares de la provincia.
SAYALONGA
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Qué visitar Cementerio Redondo. Este recinto funerario octogonal es el más conocido de la Axarquía. En él no sólo hay que fijarse en su peculiar forma sino también en los distintos símbolos que lo relacionan con la masonería. Dónde: Acceso por la calle Morales. Iglesia de Santa Catalina Parroquia. Es el principal edificio religioso del pueblo. Junto a ella se encuentra la ermita de San Cayetano. Dónde: Plaza de la Constitución. Museo Morisco. Exposición permanente de arqueología y etnografía del municipio de Sayalonga. Dónde: Plaza García Lorca. Callejón de la Alcuza. Esta calle, con tan sólo 56 centímetros de anchura, es la más angosta de la Axarquía y probablemente también de Málaga. Dónde: Acceso por la plaza de la Constitución. Fuente del Cid. Emblemático manantial situado en la zona sur del pueblo. Dónde: Acceso por calle Piaggine. Bodegas Bentomiz. En la carretera que va hacia Cómpeta se encuentra esta bodega visitable, que propone una gran experiencia gastronómica. Dónde: En la Finca El Almendro.
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Dónde comer Mesón Morisco. Chuletones de vaca rubia gallega madurada, chuletas de cordero, costillas de cerdo o secretos ibéricos son algunas de las opciones para los más carnívoros en este restaurante, que precisamente se ha especializado en su elaboración, ya sea a la piedra o a la barbacoa. Además, cuentan con una carta muy variada, en la que sobresalen el salmón a la naranja, el bacalao confitado al pisto, la carrillada al vino, huevos rotos con salchichón de Málaga o incluso pizzas y hamburguesas. A ello hay que unir opciones para veganos y celíacos. El restaurante, situado en la plaza principal, tiene una confortable terraza para disfrutar de sus tentadores comidas.
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Dónde hospedarse El Molino. A un paso del casco urbano de Sayalonga, junto al cauce del río Turvilla (también llamado Algarrobo o Sayalonga), hay un complejo compuesto por dos grandes casas independiente, aunque se pueden alquilar conjuntamente. Por un lado, está propiamente El Molino, con 34 plazas, y, por otro, El Balcón del Río, con 32. Ambos inmuebles cuentan con amplias zonas exteriores, en las que se incluyen desde una piscina hasta una barbacoa o incluso una cancha de baloncesto. Aunque hoy la vivienda tiene un aspecto aparentemente moderno, es un enclave con mucha historia. De hecho, hay datos que confirman que allí hubo un molino morisco en el siglo XVI, que tras las rebeliones acontecidas en esa centuria, fue parcialmente quemado. Dónde: Junto al río Turvilla. 29752 Sayalonga. Teléfonos: 952 535 040/675 075 591. Web: alojamientoruralelmolino.es
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