Cerro Patarra, el vértice geodésico que está entre viñas moscatel
A pesar de tener menos de 500 metros sobre el nivel del mar, es uno de los mejores miradores de la Axarquía
Podría ser una más de esas cumbres discretas que hay en la Axarquía, pero ésta no debe pasar desapercibida. Cerro Patarra tiene una particularidad, está situada entre viñas moscatel. No es que estén en sus alrededores. Junto al propio vértice geodésico hay un puñado de cepas de la variedad moscatel.
Aunque no impresiona su altura, con poco más de 485 metros sobre el nivel del mar, esta pequeña colina, ubicada en el término municipal de Almáchar, es uno de los mejores balcones naturales de la comarca. Es un auténtico mirador panorámico de 360 grados, de modo que abarca desde las sierras de Tejeda y Almijara hasta una buena parte del litoral axárquico o los Montes de Málaga.
Cerro Patarra es un punto de paso clave en la etapa 3 de la Gran Senda de la Axarquía (GR-242), la que une El Borge con Moclinejo. De hecho, es uno de los hitos más reconocibles del trazado: una colina elevada junto a viñas en pendiente, desde la que se domina con claridad el entramado de lomas, lagares, paseros y pueblos blancos que articulan esta zona del interior malagueño. La mencionada ruta pasa a los pies del mismo cerro, aunque un cartel avisa de una breve, pero intensa subida para llegar hasta el vértice geodésico. Además, hasta el Patarra se puede llegar también a través del sendero local SL-A 65, que parte desde Almáchar y lleva hasta allí a través de un recorrido circular entre viñedos moscatel.
En cualquier caso, el acceso se hace por un recorrido relativamente cómodo, con pendientes livianas, que como las que aguardan en la vereda de la Cuesta del Olivar, donde aparecen los grandes protagonistas agrícolas del entorno: viñas de moscatel de Alejandría en laderas que se antojan verticales, olivos, almendros y pequeñas parcelas donde aún perduran los paseros tradicionales. Desde el mencionado carril, aguarda la breve ascensión final hasta el vértice geodésico, situado a 489 metros sobre el nivel del mar.
Interés histórico
Aunque hoy el visitante solo encuentra un vértice geodésico rodeado de lomas cultivadas, el cerro Patarra pudo tener un papel relevante mucho antes de convertirse en uno de los hitos de la Ruta de la Pasa Moscatel. Su posición dominante y la amplitud visual han llevado a algunos investigadores a plantear que aquí, o en un punto muy próximo, pudo existir una atalaya medieval, posiblemente vinculada a la red defensiva nazarí que articulaba la Axarquía. La llamada «atalaya de Hacamon», documentada en estudios recientes, se situaba en este entorno y habría servido para vigilar movimientos enemigos y comunicar señales entre los núcleos moriscos del interior y los pasos que descendían hacia la vega de Vélez. Así se desprende del pormenorizado trabajo de investigación titulado 'El sistema de vigilancia en época nazarí: las atalayas de la Axarquía de Málaga', de David Ortega López.
Aunque no quedan restos visibles, la lógica defensiva coincide plenamente con lo que se contempla desde la cima: una visión abierta hacia las sierras, los valles interiores y la costa.
360 grados de vistas
Las panorámicas del Patarra son su gran argumento. Hacia el norte y noreste, se eleva el perfil completo de las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, con La Maroma (pico Tejeda) como referencia dominante. Hacia el sur, la mirada desciende entre lomas para abrazar los pueblos de Almáchar, El Borge y Comares, que aparece casi flotando sobre la peña en la que se asienta. En días claros, se distinguen también las vegas de Vélez-Málaga, parte de Torre del Mar e incluso alineaciones más lejanas del interior.Pero si algo distingue a esta cima frente a otros miradores de la comarca es su carácter agrícola. El vértice geodésico no se levanta sobre roca desnuda ni entre pinos, sino en el corazón mismo de los viñedos moscatel. Aquí las cepas trepan hasta el último metro, recordando que la Axarquía es una tierra en la que el paisaje natural y el trabajo humano llevan siglos entrelazándose. Esa imagen -el hito geodésico asomando entre hileras de vid-resume mejor que ninguna otra la personalidad del cerro Patarra: un mirador humilde, pero imprescindible, para entender la comarca desde dentro.
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