Alhaurín de la Torre, entre la metrópolis y el Valle del Guadalhorce

Ahora que acaba el verano y las temperaturas comienzan a suavizarse, puede ser un buen momento para descubrir sus senderos. Aunque pueda parecer que se empieza la casa por el tejado, no es mala opción la de empezar una visita a Alhaurín de la Torre subiendo por su sierra.

Así, entre sus rutas más famosas está la que asciende hasta el Monte Jabalcuza, desde la urbanización Los Manantiales, por un sendero que atenúa el desnivel que hay que afrontar con la umbría de los pinos y un trazado zigzagueante en sus primeros tramos. Con esta ruta, que converge con la subida al cercano pico de Las Palomas y con la penúltima y la última de la Gran Senda de Málaga, se puede tener una amplia perspectiva de lo que es el territorio de esta localidad, conocida anteriormente como Alhaurinejo, por ser más pequeño que su vecino y hermano El Grande, al que hoy supera claramente en población y en desarrollo urbanístico.

No es ni mucho menos la única opción posible para disfrutar del senderismo en su territorio. Otra ruta de subida a la sierra es la que ofrece el conocido como Sendero de los Presidiarios, una ruta que asciende por la zona de Jarapalos, muy cerca ya del territorio de Alhaurín El Grande, y que culmina en un enclave con privilegiadas vistas tanto del interior como de la costa. Muy cerca del punto de inicio de esa ruta, se puede hacer el camino del Arboretum, que lleva hasta un valioso jardín botánico. A estos itinerarios hay que unir la red de Caminos Saludables de Alhaurín de la Torre, que incluye seis trazados que permiten descubrir los principales hitos de interés de esta localidad.

Además, durante las cuatro últimas décadas se han ido multiplicando los habitantes de esta localidad hasta convertirlos en una verdadera ciudad. Gracias a ello, hoy en día cuenta también con numerosos espacios verdes, entre los que sobresalen dos muy concretos.

Por un lado, en uno de los extremos de su núcleo urbano se puede visitar la Finca El Portón, que fue cedida al Ayuntamiento por la familia Robinson. Allí, además de ver un cuidado jardín, se puede asistir a un interesante calendario de actividades culturales, ya que cuenta con su propio auditorio.

Por otra parte, sobresale en el centro del pueblo el Parque Municipal, donde se reúnen, en torno a una cascada de agua y un estanque, varias especies botánicas singulares, como ficus, palmeras, rosales o árboles del paraíso. Mucho más exótico es el Jardín Oriental del Bienquerido, una zona verde de inspiración japonesa que está situado entre las urbanizaciones de Cortijos del Sol y El Lagar.

En lo que se refiere a su patrimonio religioso, sobresale especialmente la iglesia de San Sebastián, situada cerca de la plaza principal del pueblo. Fue levantada originalmente a principios del XVII, aunque un terremoto obligó a reconstruirla dos siglos más tarde. En la misma centuria se levantó la ermita del Alamillo, donde se venera tanto a San Francisco de Paula como a la Virgen de la Esperanza.

Como construcción civil, la más importante es la que se puede ver todavía hoy en la pedanía de Peñón de Zapata, un acueducto del siglo XVIII, el de la Fuente del Rey, que durante años ha formado parte de la estructura de algunos hogares de esta barriada.