Lo raro de lo extraño
Horizontes cercanos ·
Ya es extraño que no podamos salir a la calle, pero más raro es que en este tiempo de Semana Santa no haya nazarenos ni tronos en las calles / El improvisado y emocionante homenaje de la policía local a Medinaceli por su labor humanitaria / Las proyecciones de Antonio Pino en la fachada de una casa de la plaza de la VictoriaEl Domingo de Ramos más raro de la historia contemporánea es el de hoy. Las palmas y el bullicio infantil de los niños en las calles, estrenando algo por cierto para cumplir la tradición, han quedado confinados igualmente por este maldito bicho que nos está haciendo la puñeta a todos. La mañana luminosa que se presume en este día de gran fiesta para la civilización occidental y el cristianismo ha tornado en sombría y desilusionada, porque si estar encerrado es duro, mucho más lo es cuando hay celebraciones como la de hoy y ves que no hay nada excepcional en un gran día como debiera corresponder, y máxime con los niños como protagonistas.
La anormalidad ha tomado nuestras vidas. Lo normal hoy es lo anormal de ayer, pero el problema es que no sabemos qué término le tendremos que adjudicar al mañana. «Sólo hay un Domingo de Ramos más triste que si llueve a cántaros; un Domingo de Ramos con el coronavirus», decía ayer alguien en una de las múltiples redes sociales que también ampara, junto a mucho majarón suelto, gente que lo utiliza para reflexionar y comunicarse sin intención de manipular, defender o atacar, insultar o mentir… Lo malo es que 'reflexionar' está en franca desventaja con el resto.
Tiene que llegar una situación extrema como ésta para que valoremos lo que es salir a darse una vuelta por calle Larios o el Muelle 1, o tomarse unos churros en Casa Aranda o en el Café Madrid, o simplemente salir a correr por el paseo marítimo. Lo simple es lo maravilloso de la vida. La frase la reiteraba Enrique Martín, empresario de restauración, santo y seña del barrio de Martiricos, hermano mayor también de la Cofradía de Medinaceli, del que ya hemos hablado estas semanas en esta misma sección. El 'vecino', como le llamamos los más veteranos de SUR, siempre está en pensando hacer cosas para los demás, y de su impulso salen miles y miles de comidas repartidas entre la gente más necesitada de ayuda en estos tiempos de gravísima crisis. Su labor es incansable, y se parte el alma pidiendo para los demás. Se está quedando sin provisiones, especialmente le faltan huevos y algo de carne, pero nunca desespera, «porque al final siempre hay alguien que aparece cuando menos te lo esperas». Cómo será de espectacular su labor, que los policías locales malagueños acudieron a las puertas de uno de sus establecimientos, Bar Martiricos, para testimoniarle la gratitud de todos por lo que estaba haciendo en pro de los más débiles. No sólo hay muchas familias necesitadas en el distrito de Martiricos/La Palma Palmilla, también mucha gente mayor. Y ahí están 'los hombres de Enrique'. El empresario malagueño, emocionado, se hizo una fotografía con los policías que le dieron su aplauso en un momento muy especial para todos. Antes, los policías estuvieron en las puertas del Materno y del Civil homenajeando a los sanitarios, al igual que hicieron en Carlos Haya y en el Clínico. Las situaciones desesperantes suelen sacar en casi todos lo mejor de nuestros adentros, otra cosa es que haya por ahí cada uno que por dentro no tiene nada más que pobreza, al igual que por fuera. Igual estos tiempos también los ponen en fila y los señalan, que no vendría mal poner a cada uno en su sitio. Y es que hay 'lobbys' también intentando sacar rédito de las desgracias ajenas. Aquí hay de todo, como en la viña del Señor.
La pregunta del millón es qué va a pasar este verano en Málaga y en la Costa del Sol. Ahora mismo, en lo que se refiere a acontecimientos de masas, tipo Starlite, los conciertos en Sohail o Feria de Agosto, nada se ha dicho al respecto, pero no hay que ser muy lince para darnos cuenta de que muchos de ellos se van a ver muy alterados, sino suspendidos, por los acontecimientos que estamos viviendo. Nadie ha dicho nada, entre otras cosas porque con la que está cayendo, mientras haya enfermos y muertos y la pandemia no remita, todo lo demás queda en segundo lugar, aunque hay que tener en cuenta que tenemos que pensar en el futuro, porque lo que viene después puede ser la repera. Pero ni lo duden, nada va a ser igual en mucho tiempo en nuestras vidas, ni por asomo. Cambiarán nuestros hábitos, nuestra forma de relaciones sociales, nuestra vida diaria...
Estos tiempos hacen que surjan iniciativas tan ingeniosas como espectaculares. Como la de Antonio Pino, 'co-padre' de Peneque el Valiente, que vive en el barrio de la Victoria y que, como todos, está en su casa sin salir. Pino es un victoriano de pies a cabeza, aparte de un enamorado de la Virgen del Rocío, 'vecina' suya en San Lázaro (llegó a ser hermano mayor de la cofradía). Una tarde en el balcón, al salir a aplaudir se dio cuenta de que enfrente había un edificio con una pared esplendorosa color 'ocre Málaga' donde se podían emitir imágenes desde larga distancia, y se fabricó un proyector casero que está cumpliendo con sus funciones a la perfección. No sólo pone aventuras de Peneque, sino que también suele emitir mensajes de esperanza y ánimos para la vecindad y ahora que llega la Semana Santa se vuelca en proyecciones cofrades. Por ejemplo, el pasado sábado, día en el que se debía haber pronunciado el pregón de la Semana Santa de Málaga emitió el que diera en su día el actor malagueño Antonio Banderas, «con una excepcional acogida, porque la gente incluso aplaudía sus frases y partes de su intervención», señala Pino quien para el Martes Santo tiene prevista una 'programación especial' con la Virgen del Rocío como protagonista. Sin duda una gran idea que decenas de vecinos del barrio de la Victoria agradecen a la familia Pino, que mantiene en Canal Málaga y Youtube las aventuras de Peneque el Valiente, el títere más famoso de España.
Encaramos la Semana Santa más extraña de todos los tiempos, porque Málaga no concibe este tiempo sin tronos y nazarenos en las calles. Vivimos lo más raro dentro de lo extraño que es todo. Sean felices. Como cada uno pueda, si es que se puede, claro...
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