Arnaldo Sánchez Otegui
EL SITIO DE MI RECREO ·
El independentismo es una mentira con pasado. La historia de lo que no fue. Una trampa para que la democracia pase por caja. El mercadeo ... de los totalitarios que se presentan siempre como víctimas. Esta semana el Congreso de los Diputados aprobó los Presupuestos Generales del Estado para el 2023 presentado por el Gobierno. Todas las formaciones que han respaldado las cuentas públicas han conseguido multitud de cesiones a cambio de sus votos. Principalmente destacan las hechas al independentismo catalán y vasco &ndashERC y Bildu&ndash imprescindibles con sus dieciocho votos. Las enmiendas de ambas formaciones secesionistas han recibido dos mil quinientos millones de euros, incluidos los cientos de miles de euros que van para que el circo sea en euskera por ejemplo. Los ciento ochenta y siete diputados que apoyaron este presupuesto también allanaron el camino para eliminar el delito de sedición en España, el juguete de los jueces fascistas en palabras del catalán Rufián.
Lo peor de todo vino cuando Arnaldo Otegui explicó de forma sencilla nuestra realidad actual: «no hay gobierno de progreso en el Estado español si los que nos queremos marchar del mismo, y además somos de izquierdas, no sostenemos esa oportunidad. Sin vascos y catalanes independentistas de izquierdas no hay gobierno PSOE-Podemos». Una verdad que hace imposible el proyecto común de España.
Los ideales constitucionalistas han sido nuevamente traicionados por esta mayoría parlamentaria Frankenstein. Pedro Sánchez por mantenerse en el poder, prefiere la disolución de nuestro marco democrático de convivencia a construir un bloque constitucionalista democrático. Aplaudirá en el futuro a Junqueras y Otegui presidiendo sus respectivas comunidades autónomas y señalará al centro-derecha como responsable de semejante aberración en Occidente.
Arnaldo Sánchez Otegui será el futuro lehendakari gracias al PSOE. Como una sanguijuela, parasita la democracia española. Con sus mandíbulas totalitarias corta la piel de su presa hasta que sangra y con su ventosa posterior succiona mientras aplaude su socio preferente, el Gobierno de España.
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