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HABLAR Y VIVIR

Maluma

Antonio Garrido

Domingo, 11 de diciembre 2016, 09:21

Juan Luis Londoño Arias, conocido como Malumba, es uno de los cantantes de música urbana más famosos del panorama latino. Estos días se ha desatado la polémica por la letra de una canción, 'Cuatro babys'. Los medios de comunicación no han parado de plantear el machismo que impregna el texto hasta el punto de pedir la retirada de la canción y otras medidas contra el cantante.

Puedo hacer un análisis formal sin contexto o comparando con otras canciones; por ejemplo, 'Chantaje', que interpreta con Shakira. La voz masculina reprocha a su amada que no lo quiera, que lo tiene en tensión y que no le da lo que necesita. Antes de seguir es obligado destacar un rasgo de la música urbana latina, quizás el más importante: la alta carga de erotismo, de sexo, común a casi todas las canciones.

La cantante le da la réplica. Ella no quiere hacerle daño pero es mudable y unas veces dice que sí y otras dice que no. Su enamorado reconoce: «Yo soy masoquista». La clave del texto es la libertad de ella que se va con quien quiere y cuando quiere, que lo seduce y que lo tiene en "lista de espera". El vídeo de presentación es muy intenso con los movimientos de cadera característicos de Shakira. Este dominio de la mujer, esta independencia, no es lo frecuente pero significativo porque muestra la posibilidad de ruptura del modelo que considero canónico.

La queja del amado tiene una tradición de siglos. Mi maestro Antonio García Berrio publicó un trabajo excepcional sobre el tema en el soneto del periodo áureo. La amada no corresponde a las quejas del pretendiente que se lamenta a un amigo, a un árbol, a un río y hasta a un perro. El erotismo, desde nuestra perspectiva, no existe. Es el amor cortés, es la tradición de Petrarca. Te amo con los ojos del alma. En la poesía de la tradición popular si hay más libertad, si hay más carnalidad. Esta diferencia de formas ha ido desapareciendo con el tiempo hasta que la barrera se ha eliminado.

De hecho, la forma de música urbana latina era más sutil pero cuando ha llegado la expansión y el éxito en los medios los contenidos se ha hecho más naturalista con el recurso al lenguaje coloquial y a lo que se definía como procaz.

El análisis del texto de la canción 'Cuatro babys' muestra sin ninguna duda que es una canción machista porque la "actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres" es más que explícita. Veamos las perlas del texto: El emisor parte de una situación de duda. No sabe por qué mujer decidirse ya que todas «Me tienen bien, de sexo me tienen bien». Son cuatro mujeres que «Siempre me dan lo que quiero. / Chingan cuando yo les digo. / Ninguna me pone pero». Queda claro el dominio absoluto.

El sentido coloquial de chingar tiene dos acepciones: molestar, fastidiar: «No me chingues. Estoy "chingao» y también emborracharse. El DRAE utiliza el término malsonante para definir la palabrfa como: «Practicar el coito con alguien». Nos encontramos con el registro estigmatizado del idioma.

Continúa con la distribución: «Dos son casadas. / Hay una soltera. / La otra medio psico / y si no la llamo se desespera». Los problemas sicológicos de la cuarta son una vuelta de tuerca en la actitud prepotente. A continuación pasa a lo particular. La primera se desespera «si se lo echo afuera». Es difícil imaginar una estructura más vulgar. La segunda le paga «pa que se lo hunda». La tercera le quita el estrés porque siempre «echamos tres». La cuarta es partidaria de los tríos. En muy poco texto se encadenan situaciones groseras y ordinarias en grado sumo.

Una parte clave de la canción es la que establece el arquetipo del emisor: La gorra lleva el emblema del club de los Lakers, uno de los más famosos de USA. Las gafas son Cartier y los zapatos de piel con ropa de aire italiano; de hecho se emplea la palabra «Giuseppe». También se nombra la marca de relojes Ulysse Nardin. Existe la palabra merdellón para definir a este tipo de manera de vestir y de hablar y comportarse.

La canción sigue en tono ascendente con referencias a colores, a culos y a comportamientos sexuales. Todas las críticas están justificadas pero siendo esto cierto también existe responsabilidad en los miles de receptores del mensaje. Siempre se puede recurrir al fácil expediente de la broma, del juego y hasta de la ironía. No vale. Es una vulgaridad y una grosería pero el nivel es el que es, lo diga el informe PISA o no lo diga; claro está que no comprender lo que se dice o se lee no tiene importancia y una cosa que se llama educación, tampoco.

Por cierto, la presentadora impresentable afirma que su programa «forma». No tengo palabras.

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