A partir de julio 2022, todos los coches de nueva fabricación tendrán que llevar de serie ocho ADAS (Advanced Driver Assistance Systems), según la regulación aprobada por el Parlamento Europeo en mayo de 2019. ¿Qué son? Sistemas de seguridad y ayuda a la conducción con los que se espera evitar hasta 25.000 muertes y más de 140.000 heridos graves en Europa en los próximos 18 años. Estos sistemas forman parte del programa 'Vision Cero' que busca reducir a cero en el año 2050 las muertes ocurridas por accidente dentro de la Unión Europea .
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Aunque el objetivo es ir incorporando más sistemas ADAS en los años venideros, los ocho primeros que tendrán que traer de fábrica los coches de nueva homologación a partir de julio de este año son los siguientes:
Conecta el Control de Crucero Adaptativo (ACC) con el sistema de Reconocimiento de Señales de Tráfico para ayudar a los conductores a respetar siempre los límites de velocidad en cada tramo. No solo avisa al conductor a través del panel de instrumentación del vehículo, sino que limita automáticamente la velocidad. Esta es la principal diferencia respecto al 'limitador' que solo emite un sonido cuando el conductor supera la velocidad fijada previamente.
Para su funcionamiento, el vehículo utiliza las cámaras, radares y el GPS en combinación con un mapa digital y adapta de manera automática la velocidad máxima de un vehículo a las limitaciones vigentes en cada tramo de la carretera, al no dejar que el conductor acelere más allá de lo permitido.
A través de las imágenes que proyecta en una pantalla una cámara instalada en la parte trasera del coche, ayuda a maniobrar marcha atrás y facilita el estacionamiento, junto con los sensores laterales y posteriores del vehículo. Las más completas incluyen también en la imagen unas líneas auxiliares de guía en distintos colores que marcan la trayectoria, orientando sobre la dirección adecuada que debe tomarse en sintonía con los puntos de giro del volante. Si el conductor no reacciona a este aviso visual, el coche emite una señal sonora progresiva, antes de que el sistema actúe sobre los frenos.
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La cámara trasera se activa de manera automática cuanto el conductor mete la marcha atrás o conectando el sistema al pulsar un botón en el interior. Una de sus principales ventajas es que detecta elementos que quedan en un ángulo muerto en los espejos y permite reaccionar más rápido ante un objeto en movimiento.
Este sistema avisa al conductor de que está perdiendo la trayectoria del coche y se está saliendo del carril, ya sea en una autopista, autovía o carretera. Para ello utiliza cámaras o sensores que detectan las líneas que delimitan el carril y la posición del coche dentro de ellas. Si el vehículo, sin activar el intermitente, se aproxima a una línea de delimitación, el sistema activa la alerta para avisar al conductor mediante señales luminosas, acústicas o hápticas (vibración sobre el volante o el asiento) y, si dispone de mantenimiento de carril, le ayuda a volver al carril actuando sobre la dirección o los frenos.
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La DGT calcula que del 20 al 30% de los accidentes de tráfico se relacionan de uno u otro modo con la fatiga. Este sistema emite una señal luminosa en el cuadro de la instrumentación (se enciende una taza de café) que avisa al conductor de que ha superado el tiempo de conducción sin detenerse, normalmente dos horas. A este le acompaña otro mensaje que le indica que debe realizar una parada para descansar.
El sistema de detección de fatiga utiliza diversas tecnologías: una cámara de reconocimiento facial monitoriza el exceso de parpadeo o la dirección de la mirada, si no fija la atención en la dirección debida; o la posición de la cabeza y expresiones de cansancio. Puede contar con sensores en el volante para analizar la presión sobre este, las excesivas correcciones en la dirección y su brusquedad.
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Es un asistente desarrollado con el fin de acortar al máximo la distancia de frenado y está asociado al ABS y al Control de Estabilidad. Asegura que la frenada se realice con la intensidad necesaria para detener el coche reduciendo al máximo la distancia. Cuando percibe una situación de peligro, por ejemplo una colisión inminente, el asistente entra en funcionamiento aplicando la máxima intensidad de frenado de manera autónoma. Esta situación de emergencia las identifica, a partir de las reacciones del conductor, cuando supera el umbral marcado al pisar el pedal de freno, el momento inicial y el final de la frenada.
La DGT aclara que a lo obliga la Unión Europea en 2022 es a la preinstalación de un sistema en todos los coches nuevos para facilitar la posterior implementación de un alcoholímetro con bloqueo. Su instalación dependerá de la legislación de cada país. Este sistema no solo permite conocer al conductor su grado de alcoholemia y si está en condiciones plenas para conducir, sino que también le impide arrancar el coche si supera la tasa máxima de alcohol establecida. Se encuentra conectado al encendido del vehículo, de forma que si, el conductor no realiza el control soplando sobre su alcoholímetro, o al hacerlo supera la tasa establecida, no podrá arrancar. Además, para impedir fraudes, incorpora tecnologías de reconocimiento de huellas dactilares, pupila, detección facial o fotografías digitales.
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El objetivo: recopilar información, tanto del vehículo como de sus ocupantes, registrando y almacenando los datos para conocer en caso de accidente lo que ha ocurrido antes, durante y después del siniestro. La información recopilada es anónima. La DGT señala que no sirve para dirimir la culpabilidad en un accidente, pero sí para analizar las causas e incentivar a mejorar la conducción. Registra más de 15 variables: velocidad del vehículo, frenada, revoluciones motor, fuerza del impacto frontal y lateral, movimientos de dirección, posición acelerador, funcionamiento de sistemas de seguridad como los airbags, cinturones o determinados asistentes, principalmente. Además de parámetros como el día o la hora.
Con esta tecnología, que desde 2014 la UE hizo obligatoria para las plazas delanteras, se garantiza que los ocupantes de las plazas traseras también lleven puestos sus cinturones de seguridad. Este sistema determina si una plaza está ocupada, mediante un sensor de carga, y comprueba, mediante otro sensor situado en la hebilla del cinturón, que está bien cerrado. Emite igualmente un aviso cuando alguno de los pasajeros se lo quita estando aún el coche en marcha.
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