Dos años de cárcel para el británico que se fugó tras un atropello mortal en San Pedro

Todo ocurrió el 9 de mayo de 2016. Sobre las 19.50 horas el procesado conducía el Bentley por el bulevar en dirección Málaga, habiendo ingerido previamente tal cantidad de alcohol y de cocaína que le impedía circular con normalidad y constituía un grave riesgo para el resto de los usuarios de la vía. Así se refleja en la sentencia, en la que se precisa que, menospreciando las más elementales normas de circulación, aceleró bruscamente y el coche alcanzó una velocidad de 75 kilómetros por hora, cuando circulaba por una zona que tenía el límite en 40, al ser una vía urbana.

En ese mismo momento, la víctima comenzó a cruzar el bulevar por el paso de peatones. Frenó el Mercedes que precedía al coche del británico, pero este, debido a su estado de embriaguez, la influencia de las drogas y la velocidad a la que circulaba, no pudo detener su Bentley a tiempo, golpeándola violentamente con la parte delantera del vehículo.

Se trataba de Bella Fátima Dorado Para, una cocinera boliviana de 40 años que acababa de salir de trabajar. Volvía a casa con su marido y la hija de ambos, que entonces tenía 12 meses. Fátima, que ya había recorrido la mitad del paso de peatones, salió despedida más de 30 metros tras ser golpeada por el Bentley.

Los servicios médicos no tardaron en llegar, alertados por los numerosos viandantes que se encontraban en la zona en el momento de los hechos. Fátima fue atendida en el lugar de forma inmediata y trasladada hasta el Hospital Costa del Sol por las graves lesiones que presentaba. Allí acabó falleciendo debido al traumatismo craneoencefálico que sufrió por el atropello.

Pese a lo ocurrido, en la sentencia se explica que Capper no detuvo su vehículo y se marchó a toda velocidad. Sin embargo, fue localizado y detenido por agentes de la Policía Local de Marbella en un centro comercial cercano, situado ya en el término municipal de Estepona. Tras su arresto, el británico fue sometido a la prueba de alcoholemia, arrojando un resultado de 0,69 miligramos de alcohol por litro de aire expirado.

Por todo ello, el británico, que ha estado representado por el abogado Jorge Hoz, ha sido condenado como responsable de los delitos de homicidio imprudente y contra la seguridad vial. Además, el juez considera que se dan las circunstancias atenuantes de reparación del daño y de arrepentimiento.

En la sentencia se explica que Capper abonó solo unos días después de los hechos 10.000 euros par sufragar los gastos de expatriación y sepelio del cadáver de Fátima y que, además, ha venido pagando desde el mes de junio 1.100 euros mensuales a los familiares. Asimismo, consignó 300.000 euros para garantizar de forma efectiva las responsabilidades civiles de estos hechos.

En la resolución judicial también se recoge que el británico abonó con carácter previo las cantidades solicitadas por las partes acusadoras en concepto de responsabilidad civil. Las acusaciones han renunciado a acciones civiles y penales, «llegando a otorgar el perdón al acusado por su arrepentimiento con los hechos acaecidos».

El juez, además de la pena de cárcel, le condena a no poder conducir vehículos a motor durante dos años. El magistrado también le suspende la pena privativa de libertad, con la condición, entre otros aspectos, de que no vuelva a delinquir durante tres años y que haga un curso de educación vial.

Condena

Esta no es la primera condena que se cierne sobre el británico. La Sección Segunda de la Audiencia Provincial condenó en mayo del año pasado a Capper y su amigo Porter por introducir contra su voluntad a la joven letona Agnese Klavina en un vehículo la madrugada del 6 de septiembre de 2014 en la puerta de la discoteca Aqwa Mist, en Marbella. Es la última imagen que hay de la chica, que lleva en paradero desconocido desde entonces.

Pese a ello, la Justicia no consideró probado que los procesados la secuestraran, como sostenían la Fiscalía y la acusación particular. El tribunal entendió que los hechos eran constitutivos de un delito de coacciones, por el que impuso una pena de dos años de cárcel a Westley Capper, en calidad de autor, mientras que sobre Craig Porter recayó una condena de seis meses menos un día de prisión como cómplice del delito.