Smells like grunge spirit

El nombre ya es toda una declaración de intenciones. El nuevo bar preferido de los amantes malagueños del grunge ha sido bautizado así por el himno de Alice in Chains: 'Rooster'. Está ubicado en el número 16 de la calle Juan de Padilla, donde hasta hace muy poco tiempo se encontraba el Seven. El sitio, en realidad, es estratégico: más que cerca del Velvet y del DrunkOrama, dos bares hermanos y los que hoy en día constituyen paradas prioritarias de la ruta nocturna alternativa malagueña. La inauguración estaba programada para las 00.00 horas de anoche, pero como todo buen evento social con rock de por medio, la apertura se retrasó algo menos de una hora, aunque los potenciales adeptos del Rooster esperaron pacientemente frente a la puerta.

Sonaba Smells like teen spirit y justo en el pequeño hall que da la bienvenida luce, en un tamaño considerable, la mítica ilustración de portada del 'Nevermind' de Nirvana. Unos pasos más y ya es posible observar, tocar y oler la madera barnizada y envejecida que viste las paredes del local. Y de ella cuelgan cuadros con "las bandas más representativas del sonido de la costa oeste estadounidense", como apunta Juan Diego Altamirano, responsable del bar. Esas y muchas más serán las que pongan banda sonora al Rooster: Soundgarden, Pearl Jam, Smashing Pumpkins, Foo Fighters, Sonic Youth, Pixies, Nirvana, Alice in Chains, Faith No More, Red Hot Chili Peppers, Queens of the Stone Age, Rage Against the Machine Grupos del sonido Seattle o influenciados por él que Alberto Jiménez (programador de Velvet) y Juan Diego Altamirano (junto a otras posibles incorporaciones) serán los encargados de pinchar.

Para Altamirano, el público objetivo del Rooster es "gente de entre 35 y 45 años que echa de menos el rock de la década de los 90". Él mismo se incluye en ese círculo. La música, el ambiente, la decoración y la programación de actividades son las claves del bar. Sobre esto último, cuenta el gerente que habrá "música en directo, proyecciones de cine, vídeos y documentales (todo siempre relacionado con la música, como puede ser la película 'Alta Fidelidad' o '20.000 Days on Earth', el documental de Nick Cave) y presentaciones de distintos productos culturales". "No solamente cuenta la música: queremos crear un ambiente", asegura. Además, en un par de semanas también se podrá 'picotear' algo. El equipo del Rooster apuesta por los hot dogs, "rollo americano" y ya precocinados para que no haya ningún problema con la normativa que prohíbe cocinar en el bar. Y algo de suma importancia: los precios, que según Altamirano son "muy baratos". La caña costará 1'5 euros hasta las dos de la madrugada, cuando pasarán a valer 2. Las copas rondarán entre los 4 y los 6 euros, dependiendo de la marca.

Juan Diego, buen conocedor de la noche alternativa malagueña (también es gerente de Velvet), opina que ésta "ha mejorado durante los últimos diez años". "A finales de los ochenta y principios de los noventa sí había muchos bares alternativos, lo que pasa es que durante los últimos veinte años la tendencia ha sido la contraria", cuenta. "Parece que ahora hay otro repunte y creo que Rooster rellena un hueco que faltaba porque Velvet, con el cambio de ubicación y la llegada de muchísima más gente, se ha vuelto un poco más comercial, y Drunk' o'Rama también se ha suavizado un poco, por lo que hacía falta un local que fuese exclusivamente de este género", concluye, refiriéndose nuevamente al grunge.

Un pequeño espacio con elegantes silloncitos y una mesa para conversar y beber a su alrededor es la antesala de los baños. Sin papel higiénico. Como todo buen bar de rock que se precie.