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José María Losantos llegó a Ronda en 1999 y fundó con su mujer, Gema Alonso, la Bodega Doña Felisa. Natural de Miranda de Ebro, lleva ... la cultura del vino en el ADN y está convencido de que el el viñedo es riqueza. Presidente desde 2016 del Consejo Regulador de la D.O. Málaga, Vinos de Málaga y Sierras de Málaga, fue de los promotores de la Ruta del Vino de Ronda (hoy, de Ronda y Málaga) y es miembro fundador de la asociación empresarial 'Ronda 2030', que promueve la dinamización económica y el turismo de calidad en la ciudad del Tajo y su comarca.
-Están ampliando la bodega. El vino en Ronda demuestra tener futuro.
-Sí, necesitábamos más producción. Teníamos mercado para incrementarla y no podíamos hacerlo en Chinchilla, así que compramos una finca cerca de Acinipo y empezamos a plantar. En tres años hemos plantado 21 hectáreas que, sumadas a las que ya teníamos, nos llevan a gestionar 50 hectáreas de viñedo. En medio de todo esto llegó la pandemia, pero retomamos en febrero y esperamos terminar la obra este año.
-En Doña Felisa han hecho también una apuesta fuerte por el enoturismo.
-Siempre hemos creído que Ronda es una marca que vende, sea lo que sea lo que vendas, con la condición de que sea bueno. El enoturismo no representa tanto en la facturación de la bodega como en la percepción y en la fidelización del cliente, así que había que hacerlo bien. Transformamos cuatro estancias del edificio en suites y preparamos comedores en el exterior y en el interior de la bodega para hacer catas. Trazamos un protocolo y no hemos parado de subir en visitantes.
-¿Van a ampliar también esa parte?
-No vamos a ir al modelo de autobuses de turistas. Para nosotros es importante poder transmitir algo personal y que la visita tenga calidad igual que la tiene el vino. De la recepción de visitantes se ocupa Gema, mi mujer. Ella enseña la finca, cuenta nuestra filosofía, la historia del proyecto en español o en inglés. Eso le llega a la gente.
-Ronda vende, pero hasta ahora no había seducido al turista de alto standing, y eso está cambiando. ¿Ha tenido que ver el vino?
-El vino es riqueza. Yo me he criado a 12 kilómetros de Haro, en La Rioja. No conozco un solo pueblo que esté en una zona de vinos y que sea pobre. Cuando empezó la pandemia, diez empresas de Ronda creamos la asociación 'Ronda 2030', con el objetivo de defender Ronda como marca y como territorio y trabajar para llegar a ese cliente de alto nivel. Cuatro de las diez empresas fundadoras somos bodegas, y si contamos que también están Benito Gómez con Bardal, la almazara LA Organic y el chef Miguel Herrera con su grupo, se puede decir que la gastronomía está siendo el motor del cambio en la comarca de Ronda, ya no es solo el vino.
-La asociación se creó durante la pandemia, que en Ronda fue durísima.
-De hecho, lo que nos unió a todos fue el susto. Dijimos: bueno, señores, ¿qué hacemos? Aquí era particularmente terrible la situación, porque a Ronda, si le quitas la gente que sube a diario, le quitas la vida. Hay comercio interior en la comarca, pero la gente de la comarca no podía salir de casa, los turistas no podían subir y no hay fábricas. Esto daba miedo.
-¿Qué propone Ronda 2030?
-Nosotros, respetando todo tipo de turismo, pensamos que en Ronda hay hueco para un cliente premium. No hablo de la ciudad, sino de toda la comarca, de la Serranía. Nosotros, como empresarios, vendemos la marca Ronda, y queremos que se asocie a la calidad. Hay mucho que hacer para lograr el objetivo, por las administraciones y por las empresas, y pretendemos trabajar en esa línea. Es un recorrido que viene de atrás. Se están haciendo cosas interesantes, y el resultado se está notando. Es un ejemplo, pero el otro día me preguntaba mi mujer dónde podía mandar a un cliente que venía en helicóptero, porque en la bodega no podía aterrizar. Eso le pasa también a Descalzos Viejos, al circuito Ascari, a toda la gente que está trabajando con un cierto nivel.
-Tienen ustedes cerca Marbella, Sotogrande, Gibraltar...
-Sí, y tenemos algo que verdaderamente es un lujo. Además de la ciudad de Ronda, tenemos la Serranía. Y existe un cliente premium más concienciado, que no quiere solo champán, coches de lujo y hoteles de cinco estrellas. Porque eso realmente lo tiene y lo tiene en cualquier sitio. Lo que busca es una experiencia, busca una historia, y por eso valora los lugares que tienen algo que contar. La Serranía tiene posibilidades por eso.
-Es una oferta que hay que organizar y transmitir.
-En efecto, es un turismo al que no resulta fácil acceder, y hay que poner sobre la mesa la oferta que tenemos. Hay que decirlo, hay que contactar. Ahora hay más gente que conoce esa oferta, que ha venido, y mucha más que quiere venir, y que de mi bodega se va a Descalzos, come en Bardal y por la tarde se baja a Marbella. Si hubiera un hotel de cinco estrellas, pues igual también pernoctaban aquí. Seguimos siendo más una ciudad de visita que de estancia, pero yo me quedo con que tenemos mucho bueno y con eso tenemos que construir.
-Aparte del turismo, la gastronomía aporta actividad en el campo y en la industria.
-Incluso si no te dedicas de forma directa a él, el vino en un territorio es prosperidad. Pero eso todavía en Ronda no ha calado. Yo tengo dificultades para encontrar gente para trabajar en la viña y en la bodega.
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