Inmersiones en el mundo de la trufa

Si ha habido un manjar rodeado de secretismo, ese es la trufa. Pero todo cambia, y en los últimos años el desarrollo de la truficultura ... y el interés del público por conocer los productos gastronómicos en origen ha llevado a que incluso el otrora impenetrable mundo de la trufa blanca italiana se abra al mundo. Ha sido el nacimiento del llamado 'trufiturismo', que en zonas de Aragón y Castilla, en España, o del Piamonte y Emilia Romagna, en Italia, cobra auge rápidamente. La temporada del tartufo ('Tuber magnatum pico') en Italia va de mediados de octubre a finales de diciembre. La trufa negra ('Tuber melanosporum') empieza en noviembre y puede prolongarse hasta marzo. Hay dos tipos de experiencias: la recolección en el bosque y las visitas a plantaciones en fincas. La segunda modalidad es la más frecuente en España, y tiene a su favor la seguridad de que el perro encontrará trufas en abundancia, y la posibilidad de completar la experiencia con una degustación 'in situ'. En la recolección en bosque, opción más extendida en Italia, el turista trufero puede acompañar a recolectores autorizados a las 'tartufaie', zonas de bosque que reúnen las condiciones para la proliferación del hongo, y que el productor alquila con autorización de las administraciones y cuida durante todo el año, además de pagar las tasas correspondientes. La experiencia es más incierta y la degustación, más improbable, porque la normativa de venta es muy estricta, pero en los pueblos ricos en trufa suele haber restaurantes donde degustarlas.