Helados Cremades estrena la temporada con nueva imagen y un local renovado

El establecimiento de Helados Cremades se ha sometido a una reforma integral que ha durado cuatro meses para mejorar la experiencia de los consumidores y hacer más atractivos sus ya famosos productos. Aunque manteniendo su estética tradicional, se ha ampliado el obrador y hecho visible a los visitantes, para que todo el mundo pueda conocer cómo se elaboran los productos. También se ha mejorado el acceso desde el callejón trasero, con gran tipismo dentro del barrio.

La propietaria del establecimiento, Paloma Cremades, explica que el objetivo es «poner en valor el producto, que se vea cómo se hacen los helados y las tartas de forma artesanal». Para esta nueva etapa también han modernizado el logo para hacerlo más llamativo y acorde al estilo que hay en la zona. «Hemos cuidado cada detalle del proceso y cada piedra está colocada por algo», asegura.

Desde este miércoles abrirán todos los días de la semana de 11 a 23 horas la heladería ubicada en Pedregalejo (la que se ha reformado), y a partir del viernes abrirán también la que se localiza en la zona de El Palo. Este horario inicial lo ampliarán cuando llegue el cambio horario y la temporada alta de helados.

Sobre la carta que ofrecerán a los clientes, afirma que se mantendrá de forma inicial igual que la temporada pasada, con 32 sabores diferentes. Entre ellos destaca el kinder, el turrón, el chocolate y la vainilla, que son los más demandados. A partir de la próxima semana, y coincidiendo con la Semana Santa, también prepararán helado de torrija.

Respecto al proceso de elaboración de los helados, Paloma Cremades destaca la utilización de ingredientes naturales y de máxima calidad. Por ejemplo, para hacer la crema tostada ellos preparan el caramelo desde la base o para la vainilla sólo utilizan la yema de los huevos (utilizan 120 huevos para hacer 20 litros de helado).

¿Y su sabor favorito? «El de leche merengada, que se realiza con la misma receta que utilizaba mi padre y me transporta a los sabores de la infancia». Resume que se elabora en caldera de diez litros, poco a poco, y aunque se trata de un producto muy básico y simple, «es el mejor producto que hay en heladería».

La historia de la heladería Cremades se remonta a principios de los años 70, cuando el padre de los actuales propietarios, Luis Cremades, abrió su primer local en el barrio de la Cruz del Molinillo, en 1972.

La tradición heladera familiar, sin embargo, se remonta mucho tiempo atrás, cuando Timotea, la bisabuela de los actuales propietarios, abrió su primera heladería en Valencia en los años 30. En la actualidad cuentan con dos heladerías: la referida de la calle Cenacheros número 34, en Pedregalejo, y otra en la avenida Salvador Allende número 256, en El Palo.