
JOSÉ ALBERTO CALLEJO (#GASTROADICTO)
Sábado, 19 de junio 2021, 11:00
Pisé mi primer bar en el verano de 1982, con 19 años, en el pueblo donde nació mi abuelo paterno, Pie de Concha (Cantabria). Era ... el Bar de Josefina, que ya desapareció; me llevó mi primo Enrique, que conocía todos los bares, tabernas y lugares donde se comía bien en kilómetros a la redonda; actualmente sigue siendo un gran guía gastronómico de lugares perfectamente inusuales y desconocidos. Fue una visita rápida; conocí el calimocho, que no me gustó tanto, y unas anchoas de Santoña buenísimas. Al día siguiente, una taberna: El Carloto, en la Población de Yuso, también en Cantabria; que sigue existiendo. Probé por primera vez el jamón serrano de jabalí, que fue una gran sorpresa, acompañado de un buen Rioja.
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Me enamoré de los bares y las tabernas, eran lo más parecido a las cantinas mexicanas. Y hablo en pasado, porque hoy en día las cantinas se han modernizado bastante, algunas parecen restaurantes aunque tengan menú de cantina.
Una semana después llegamos a Málaga, comíamos con frecuencia en bares o tabernas. Afortunadamente llegué a conocer algunos sitios que ya no existen, en ese viaje y en otros posteriores, como La Campana de Puerta del Mar, donde probé los mariscos acompañados con vino de Málaga por primera vez. Casa Flores, en el Perchel, que tenía los mejores pinchitos morunos de cordero, unas peregrinas con salsita picante extraordinarias, y preparaban un trago de la casa que llamaban florestel; era vino dulce de Málaga con gaseosa que ellos mismos embotellaban. También estaba el Boquerón de Plata, en el centro, un bar moderno con enormes barras de acero inoxidable y carta de chiringuito. La Alegría, en calle Mesón de Vélez, donde servían los boquerones en manojitos, difíciles de encontrar hoy en día (como los de la foto, que son de la Marisquería El Cateto). En el Rocinante, que estaba detrás de El Corte Inglés; la fritura malagueña y la presa ibérica con pimientos asados eran un espectáculo. El bar La Espuela, en calle Trinidad Grund, donde comí por primera vez el Rabo de Toro; era famoso por ese plato. Tristemente todos desaparecieron. (Continuará).
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