Las rotaciones, el gran dilema de Pellicer
Los obligados cambios en las alineaciones por la acumulación de partidos están frenando el avance del equipo en estas jornadas entresemana
Era lo previsible y lo más lógico. Al Málaga se le están atragantando las rotaciones, como se puede ver cuando los partidos se suceden. Los buenos resultados de esta primera fase no entraban en los planes de casi nadie, pero el frenazo al avance se puede convertir ahora en un primer problema. Con una plantilla corta estaba cantado que la acumulación de partidos haría mella de alguna manera. Pese a todo, el equipo blanquiazul goza de una gran salud deportiva, situado en la zona que permite acceder a los 'play off' de ascenso a Primera. Estos cambios para refrescar al equipo se están consolidando como el gran dilema de Sergio Pellicer.
¿Qué hace el entrenador en este caso? Las soluciones son muy escasas, casi inexistentes. El técnico tiene que buscar alternativas en su plantilla cuando se disputan dos encuentros en una semana, ya que afronta en estos casos una doble complicación: por una parte, como todos los equipos, debe encontrar la mejor forma de todos los participantes, sin que aparezca el cansancio, y, por otro lado, tiene su 'handicap' particular por encontrarse el equipo en plena construcción por la tardía llegada de algunos jugadores, algunos de ellos tras una larga inactividad.
Las soluciones, de esta forma, pueden ser peores que la enfermedad en algunas ocasiones. Pellicer debe encontrar el equilibrio entre las dos opciones posibles: castigar en exceso a un bloque fijo y ofrecer opciones a jugadores que todavía van a ofrecer menos rendimiento que los otros. Ahí está la clave. Y el técnico sabía que esto iba a ocurrir, ya que no puede ofrecerle demasiados minutos a un once, ya que corre el riesgo de que aparezcan las lesiones, algo que no se puede permitir con dieciocho profesionales (ahora tiene a tres de baja).
En estas jornadas con partidos entresemana se están poniendo de manifiesto las deficiencias de la plantilla, que ya se conocían. La primera gran rotación llegó en el encuentro contra el Mirandés, y el equipo llegó a empatar al final un partido complicado en el que fue de más a menos. A continuación, en Mallorca, recuperó a gran parte de los 'titulares', pero la armonía del bloque ya no fue la misma. A todo ello hay que añadir, sin duda, que los rivales están progresando a medida que avanza el campeonato.
Es probable que el cuadro de Pellicer se esté topando ya con la temida realidad de la que el propio entrenador había hablado ya. La gestión de la plantilla por parte del preparador castellonense estaba siendo modélica, y sigue igual. Ahora deberá buscar la fórmula que le permita alcanzar el mayor equilibrio posible cuando se acumulan los partidos. En este momento, además, hay que añadir la dificultad del calendario, con rivales de los que luchan por el ascenso. El de mañana será otro hueso duro, El Espanyol, en La Rosaleda a partir de las 21.00 horas.
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