Trasladar La Rosaleda a la parcela prevista en Puerto de la Torre, ahora una segunda opción
El Plan General contempla cambiar el estadio de ubicación, pero las instituciones estudian mantenerlo en Martiricos para el Mundial 2030
La posibilidad de que La Rosaleda o Málaga entre en una candidatura para disponer de una sede para un Mundial, al margen de la conocida ... celebración de partidos en la edición de 1982, no es nueva. Igual que ocurre en este momento, la misma candidatura Ibérica, compuesta por España y Portugal, lo intentó en una anterior ocasión, que era a su vez doble, para 2018 (la sede elegida fue Rusia) o para este año (Catar). Entonces ocurrió lo mismo y una de las sedes estaba prevista para el campo blanquiazul, pero en aquella oportunidad se decidió que el campo de Martiricos se trasladaría hasta una parcela de Puerto de la Torre, algo que sigue recogido en el Plan General de Urbanismo. Pero pasó a un segundo plano tras quedar rechazada la candidatura y el campo se mantuvo en el mismo sitio. En la nueva oportunidad, para 2030, esta opción no es la prioritaria, sino que todo está centrado ahora en la posibilidad de ampliar el campo de actual.
El compromiso de las administraciones para construir el estadio en Puerto de la Torre coincidió con la llegada del jeque Al-Thani al Málaga (en 2010), que a su vez pretendía levantar un estadio de lujo en cualquier punto de la ciudad y, de hecho, sus colaboradores disponían ya de una parcela muy cercana a Arraijanal, al norte de donde se está construyendo La Academia malaguista, para poner en marcha este ambicioso proyecto, cuyo coste entonces era de unos 3.000 euros por asiento (finalmente se olvidó este asunto). Al final no fue elegida la candidatura Ibérica, pero el Plan General mantiene abierta esta posibilidad y contempla la desaparición de La Rosaleda de su emplazamiento actual.
Nueva estrategia
Ante el nuevo intento mundialista, sin embargo, la estrategia parece haber cambiado. Más de una década después, los conceptos van cambiando de una forma destacada. Ahora se pretende rentabilizar los estadios, conseguir ingresos extras, y para ello es necesario que se ubique lo más cerca posible del centro de las ciudades. De ahí que se esté reconstruyendo y modernizando algunos de los campos emblemáticos, como el Santiago Bernabéu (están ahora en marcha las obras) y el Camp Nou (tiene previsto acometer una renovación en el futuro). Y algo así es lo que piensan las instituciones propietarios del campo de Martiricos (Junta de Andalucía, Diputación Provincial y Ayuntamiento de Málaga).
Según las consultadas realizadas por este periódico y atendiendo a las declaraciones de los representantes de las tres instituciones, la prioridad de todos se centra ahora en ampliar el campo de Martiricos y convertir la zona en la que se encuentra en un centro de servicios que convierta una instalación tan importante en viable, además de revitalizar sus inmediaciones. La celebración de un partido cada dos semanas ofrece de entrada poco atractivo para un estadio situado fuera de las ciudades, excepto algunas excepciones en las que ha conseguido generar un espacio nuevo que se ha convertido en un reclamo importante.
Lo más sobresaliente de los antiguos proyectos, que se mantiene en el Plan General, abarca un cambio completo de los usos de los terrenos afectados. Como en su momento se informó, el campo se marcharía hasta Puerto de la Torre (al norte, en San Cayetano), pero ¿qué ocurriría con el campo actual de La Rosaleda? Sería recalificada, junto con el Anexo, y se construirían pisos. Serían unas 400 viviendas, además de jardines y otros espacios distribuidos en una importante parcela formada por los dos campos de fútbol. Las actuaciones en la dos zonas mencionadas, de esta forma, es previsible que no se lleven a cabo.
En cualquier caso, el nuevo estadio de La Rosaleda que se había programado para Puerto de la Torre estaba ya adaptado a las exigencias de la FIFA para la celebración de partidos de un Mundial. Disponía de capacidad para 45.000 espectadores, además del resto de espacio para la ubicación del personal habitual y esencial en estos compromisos del máximo nivel. La instalación hubiera sido moderna y atractiva, algo que deberán conseguir en el estadio actual si finalmente se pone en marcha la ampliación del campo hasta llegar a los mínimos exigidos en todas las materias. La Rosaleda actual cuenta con una capacidad de poco más de 30.000 asientos, lo que obliga a poner en marcha una reforma importante.
A la espera de las primeras reuniones de los propietarios
A falta de algo más de dos años para que se decida dónde se celebrará el Mundial 2030, los propietarios de La Rosaleda (Junta, Diputación y Ayuntamiento de Málaga) deberán analizar lo antes posible el proyecto por el que apostarán y si lo ponen en marcha de una forma inmediata, antes, incluso, de conocer si es elegida España y Portugal como sedes para este acontecimiento de primer nivel. De ahí que ahora se esté a la espera de que estas instituciones celebren las primeras reuniones para poner en marcha esta iniciativa encaminada a disponer de un estadio que cumpla con los requisitos para la disputa de partidos internacionales de esta competición. Quedarían exentos en este caso los compromisos de inauguración, semifinales y la final, para los que se necesitarían estadios todavía más grandes.
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