Un amargo empate cierra el año del Málaga en casa

Era un día idílico para regalar una sonrisa a la afición. Buena temperatura, sol, una grada con más de 300 personas en la vuelta del Málaga femenino al campo de la Federación y una fecha señalada, porque el duelo ante el Juan Grande canario era el encargado de cerrar el 2019 en casa. Perodesaprovechó la oportunidad el conjunto local, que volvió a empatar sin goles (0-0). Un triste punto que adquirió sabor a derrota. Y es que el principal escollo del conjunto blanquiazul no fue el rival que tuvo delante y que apenas realizó un tiro a puerta en todo el partido; el mayor obstáculo del conjunto volvió a ser su visible falta de puntería.

Hubo luces y sombras durante la primera parte, algo más acertada. Por un lado, el conjunto local dominó el esférico en todo momento y el rival no hizo más que intentar luchar por cazar un balón para intentar alguna contra, principalmente desde el centro del campo, porque no fue hasta casi llegado el descanso cuando el Juan Grande realizó su único tiro a puerta, de Carla. Sin embargo, el conjunto no supo mantener la intensidad ofensiva para mantenerla durante el encuentro y concentró su energía en momento puntuales. Sin suerte, sin definición, sin contundencia.

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Las mejores ocasiones locales fueron obra de los arranques de velocidad de María Ruiz, a caballo entre el extremo izquierdo y la delantera. La malagueña repartió dos asistencias y tuvo uno de las ocasiones más sonadas, con un trallazo desde fuera del área que rebotó en una rival y se marchó rozando el primer palo. Esta fue sólo una de las tres llegadas que tuvo el conjunto blanquiazul en escasos cinco minutos; las otras dos las crearon Adriana, con uno de sus potentes y característicos tiros y Carol, que remató desde el área pequeña un buen pase de María Ruiz pero lo salvó in extremis una defensa rival.

Saltó el Málaga al césped sin cambios en la segunda parte, pero Herrera apostó por trasladar a María Ruiz de banda y colocar a Carol más en punta, probando a ver si podía recibir más balones así; ella y Arantxa, que tuvo poca actividad durante la primera parte. Precisamente fue esta última la que tuvo la primera (y prácticamente única) ocasión tras el descanso, un balón rumbo al segundo palo que se desvió unos centímetros.

El Málaga se frustró intentando crear ocasiones, se precipitó varias veces con jugadoras como Adriana o Arantxa realizando tiros demasiado lejanos, que no llegaron a nada. El conjunto blanquiazul debía sacar su faceta más ofensiva pero esta no apareció. Por «suerte» para el conjunto, su rival tampoco hizo méritos por marcar. La única que pudo poner nervioso al conjunto malaguista fue su capitana Mar, rápida y enérgica, difícil de cubrir.

Recuperó aire el cuadro de Herrera en los compases finales, impulsado por entradas como la de Edna o Lorena, que aportaron frescura, pero tampoco estas encontraron la solución a la falta de gol. Y no se puede clamar a la suerte si no es capaz de generar peligro. El partido ya estaba estancado, el equipo frustrado y las estrategias desestructuradas. Los minutos corrieron pero nada cambió en el marcador. Un nuevo empate sin goles para el Málaga, una forma amarga de cerrar el año en casa y una necesidad palpable por romper ya con esta dinámica. Su último partido de este 2019 será el próximo fin de semana en casa del Spar Gran Canaria, que derrotó ayer al Córdoba (0-1) permitiendo que el cuadro costasoleño se mantenga una jornada más en quinta posición.