¿Dónde estabas cuando marcó Antoñito?
Los hay que vieron el partido en el Nou Estadi con aficionados del 'Nástic', que perdieron el móvil o que ni siquiera vieron el gol de Cordero
Como cuando ocurre un acontecimiento de magnitud mundial como la caída del Muro de Berlín o las Torres Gemelas, el malaguismo vivió hace justo un año uno de esos eventos que hacen que, en días como este, sea frecuente la pregunta de: ¿Dónde estabas cuando marcó Antoñito?
La parroquia blanquiazul vivió el ascenso del Málaga frente al 'Nástic' en Tarragona desde muchos lugares y bajo circunstancias distintas. Los hay que estuvieron en el campo en la grada visitante con otros malaguistas; en el estadio, mezclados con aficionados del conjunto tarraconense; en el Auditorio Cortijo de Torres con los 12.000 malaguistas; en sus casas en Málaga con sus familiares y amigos o en otra ciudad fuera de la provincia. Este periódico preguntó a varios aficionados del Málaga en busca de alguna anécdota especial sobre aquel día.
Verlo con gente del 'Nástic'
Fran Sánchez vio el partido en el Nou Estadi, aunque le tocó verlo rodeado de aficionados del Gimnástic, siendo el único malaguista en esa zona del estadio. «No pude ir al partido de ida en La Rosaleda y tampoco conseguí una entrada para la grada visitante, pero yo sabía que tenía que ir sí o sí porque estaba seguro de que pasarían cosas, que iba a pasar algo histórico. Fue entonces cuando decidí echar mano de un amigo mío del 'Nástic', que me consiguió una entrada. Pero claro, era ver el partido con él y su familia, todos del 'Nástic'. Encima, yo era el único malaguista de la grada en la que estaba sentado, porque había muchos otros aficionados del Málaga en el campo, pero estaban debajo de la los 500 de la zona visitante. Me pasé gran parte del partido llorando a moco tendido pensando que perdíamos, porque hasta el gol de Dioni era impensable que pudiéramos ascender. Después seguí llorando como una magdalena pero esta vez de felicidad con el gol de Antoñito. Era imposible contener mi alegría, mi amigo del 'Nástic' estaba destrozado pero me entendía...», declara Sánchez.
Unión entre Málaga y Córdoba
Hay un vínculo muy fuerte entre Málaga y Córdoba, especialmente desde la temporada 2023-24. El desenlace para ambos equipos fue positivo, ya que los dos ascendieron de categoría. El cuadro blanquiazul jugaba en Tarragona el 22 y el blanquiverde el 23 ante el Barça B. «Yo vivo en Córdoba y el partido del ascenso del Málaga me pilló allí, y además iba a ir a ver el partido al día siguiente. Lo vi con un grupo de amigos de allí, que son muy aficionados del Córdoba. El que tenía una camiseta del Málaga ese día se la puso, uno sacó la bufanda y la puso encima de la mesa... iban a muerte con el Málaga aquel día. Y cuando marcó Antoñito, ellos sabían que yo soy del Málaga, se pusieron a gritar y a celebrar casi igual de intensamente que con un gol del Córdoba, hasta se rompió un vaso porque nos pusimos a saltar todos. Ellos, evidentemente, no son tan 'fans' del Málaga como lo son del Córdoba, pero es que la emoción era tan contagiosa que todos nos pusimos como locos. Lo que más me sorprendió es que, estando en una comunidad de vecinos allí en Córdoba, se escuchó en muchas otras casas a gente celebrando con el gol de Cordero. Mis amigos me dijeron que les recordó mucho a la manera en la que ascendió el Córdoba a Primera en Las Palmas en 2014, porque también se tuvo que parar el partido y marcaron 'in extremis'», explica Juan Palma.
«No vi el gol de Antoñito»
Laura Ortega no vio siquiera el agónico gol de Cordero: «Fui con mis amigos al Cortijo de Torres a ver el partido. Después del primer gol de Dioni me puse a llorar porque pensaba que no marcaríamos otro, encima se paró el partido porque se pusieron a lanzar balones... Así que estuve tirada en el suelo llorando durante un buen rato. Cuando todo el mundo se puso a celebrar yo celebré con todos pero yo no vi el gol de Antoñito», relata Ortega. «A los dos minutos de que acabara el partido, fui a pedir una cerveza, y no pude beber ni una gota porque me la tiró alguien celebrando» añade.
Desarmar el sofá
Ignacio Grana y sus amigos, con los que habitualmente va a La Rosaleda a ver los partidos del Málaga, quedaron para verlo en la casa de uno de ellos. «El partido en sí fue una auténtica montaña rusa de emociones, estábamos todos que nos quedábamos sin uñas de los nervios. Al final del partido muchos estábamos ya que no queríamos ni mirar, rezando... hasta el gol de Antoñito. Aquello fue una auténtica explosión de felicidad. Nos volvimos locos en el salón, tanto que desarmamos el sofá de nuestro amigo. Nos tiramos al suelo uno encima de otro, gritando desde el balcón celebrando, la gente que paseaba por la calle nos miraba raro. Los padres de nuestro amigo entraron al salón asustados por el ruido que estábamos haciendo. Se me sigue poniendo la piel de gallina cada vez que recuerdo ese momento», dice Grana.
«Perdí el móvil»
El éxtasis que supuso el gol de Antoñito provocó que muchos aficionados, fruto de la emoción, comenzaran a saltar, gritar o abrazarse con otros malaguistas, lo que provocó que se cayeran objetos de las manos o los bolsillos al celebrar. Fue lo que le pasó a Jesús Sepúlveda, que «por la euforia del gol de Antoñito me caí al suelo encima de uno de mis mejores amigos. Ya tras el pitido final, me toco el bolsillo y no encuentro mi móvil, había desaparecido. Sinceramente, en ese momento me dio exactamente igual, no le di demasiada importancia. Pasado un rato, muchísima gente se puso a reclamar que habían perdido las llaves, la cartera... Por lo menos unas 400 personas. Desde el escenario principal y después por la megafonía del Auditorio fueron diciendo: 'Hay una cartera a nombre de', 'Unas llaves que tienen un llavero que es de esta manera'. La cola que había en objetos perdidos en el Auditorio era enorme, pero al final yo creo que todo el mundo recuperó sus pertenencias, yo recuperé mi móvil».
«Iba por Oviedo con la camiseta del Málaga y la gente me felicitaba»
Javier Rueda se encontraba en Oviedo cursando el MIR. Se enfundó su camiseta blanquiazul (la de la 2021-22, que le acompañó en los días importantes de aquellos 'play-off') de la suerte para ver el partido solo en su habitación. «Estaba agobiado, nervioso como no había estado nunca, pero marcó Antoñito. Nunca he gritado tanto un gol en mi vida. Justo ese día era una de las fiestas importantes de Asturias, y salí por allí con la camiseta del Málaga, y la gente me felicitaba, me abrazaba. Fue increíble. Ahí ves el poder de unión que tiene el fútbol», argumenta Rueda.
Con toda la familia
Loli Ramírez, de 84 años, es una malaguista de las que ya no quedan. «Estábamos en mi casa viéndolo con mi hija y mis cuatro nietos. En vista de que íbamos perdiendo, mi hija se fue a una cena. Aguantó hasta que nos marcaron el 2-0, estaba nerviosísima. El gol de Antoñito ya le pilló en la cena, le dio muchísima rabia perdérselo. Después del gol, mis nietos salieron a celebrarlo por la calle», recuerda. Sobre el tanto de Antoñito y lo que ha ocurrido después con el jerezano dice que «tuvo el don de la oportunidad, había que estar ahí para meterlo. Es una lástima que no hayamos podido retenerlo».
Historias del entorno de los jugadores del Málaga
Los propios futbolistas del Málaga han contado anécdotas del ascenso. En una entrevista reciente en el canal de YouTube 'Proyecto Malaguista', Manu Molina explica que «mi mujer estaba en el Auditorio, y cuando el Nástic nos marcar el primero coge el coche y se va. Se quería ir al Cautivo a pedirle, estaba cerrado. Durante el trayecto en el coche nos marcan el segundo, y ella llorando. Y cuando ya habíamos marcado el primero, ella va hablando con su madre por teléfono y se sube al ascensor, y dice que cuando marcamos escuchó Málaga retumbar. Cuando sale del ascensor la llama su madre y le confirma que habíamos marcado el segundo».
El ascenso del Málaga en Tarragona será uno de los más recordados por la afición blanquiazul. Ha habido otros a lo largo de la historia del club, pero este, por la forma en la que se produjo, quedará por siempre en la memoria de los malaguistas, y que dio lugar a un sinfín de anécdotas sobre cómo vivieron aquel momento para la historia. Y, sobre todo, nadie olvida dónde estaba.
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