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Los golpes de calor son una de las principales dolencias relacionadas con las altas temperaturas, y culpable de muchos de los fallecimientos que se producen en los días más complicados del verano. Saber reconocerlos es esencial para acudir rápidamente a un médico o para reducir los riesgos de que sea más grave, aunque siempre hay que intentar la prevención.
Es una dolencia que incide más en los días con altas temperaturas
Es importante beber sin tener sed. La sed es una llamada del cuerpo, que avisa de que está faltando líquido.
Las cefaleas en un entorno de calor también puede ser un síntoma del golpe de calor.
Si el dolor de cabeza viene ligado al mareo y a inestabilidad, la situación puede ser más grave. En este caso hay que tomar medidas de inmediato.
La fiebre y la excesiva sudoración también pueden aparecer en un golpe de calor ante la imposibilidad del cuerpo de bajar la temperatura corporal.
Suele venir acompañada del mareo, pero en este caso con un punto más de gravedad.
Si desde fuera empiezan a ver que hablamos más lento o nos comportamos de forma torpe.
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