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Este lunes confluyen dos fechas señaladas en materia de aguas. Por un lado termina un año hidrológico que ha sido incluso peor que el anterior por la escasez de lluvias. Por otro, decaen las excepciones que se habían dado para permitir el rellenado de piscinas y algunos riegos controlados de jardines, un cierto desahogo que fue posible por las lluvias del mes de marzo, especialmente en Semana Santa. Quedan por lo tanto prohibidos estos usos a la espera de que esta misma semana los comités de sequía se reúnan de nuevo para evaluar la situación en todas las cuencas andaluzas. Fuentes autonómicas dan por seguro que habrá que endurecer las restricciones.
Uno de las entidades más implicadas en esta cuestión, el Colegio de Administradores de Fincas (CAF), se ha apresurado a enviar una circular a sus integrantes para recordarles el contexto normativo. Cabe recordar que la incertidumbre antes del verano sobre estos servicios puso en pie de guerra a empresas de mantenimiento de piscinas, jardinería, etc. hasta que finalmente quedó aclarada la cuestión.
En la misiva, el ente colegial recoge el siguiente textual alusivo a los diferentes decretos autonómicos: «Se prohíbe la utilización de los recursos hídricos aptos para el consumo humano para los siguientes usos: baldeo de calles, llenado de piscinas privadas, riego de jardines, parques públicos y privados, campos de golf, lavado de coches fuera de establecimientos autorizados, fuentes ornamentales que no dispongan de circuito cerrado de agua, fuentes y surtidores públicos».
El CAF añade a sus colegiados que estén a la espera de nuevos marcos autonómicos y bandos municipales.
Las excepciones en toda la provincia entraron en vigor el 1 de junio. Y permitían el rellenado de piscinas privadas (tanto comunitarias como individuales), el riego de supervivencia de zonas verdes públicas y privadas una vez por semana. Además, se permitía la puesta en servicio de duchas de playa en el caso de las adaptadas a personas con movilidad reducida, así como las de piscinas.
La autorización por parte de la Junta de Andalucía estaba condicionada a que se siga cumpliendo la dotación máxima de 200 litros por habitante y día para uso urbano. Esta dotación será revisada a la baja, con casi toda seguridad esta semana, si bien no es descartable que haya diferencias entre la Costa del Sol, Málaga y la Axarquía por la diferencia de garantías con las que afronta cada una el otoño.
Entre los antecedentes, encontramos limitaciones a 180 litros por habitante y día e, incluso, 160. Esta cantidad resulta de una media entre caudal y población y se mide cuando el agua entra en cada sistema de abastecimiento urbano, cuando pasa de alta a baja. No es el consumo diario de una familia tipo, que es muy inferior, normalmente por debajo de los 130 litros.
Y es que los embalses de la provincia han vuelto a asomarse a un umbral muy preocupante, por debajo de los 100 hectómetros cúbicos en total. Cabe recordar que en el peor momento de esta sequía llegaron a 97 y que, tras las borrascas Nelson y Mónica, superaron los 170. Ahora mismo, la provincia, embalsa 30 hectómetros cúbicos menos que el año pasado por estas fechas y las reservas en superficie están al 16%.
En términos de garantías, Málaga capital y el Guadalhorce apenas pueden contar con diez meses de tranquilidad. Los riegos agrícolas siguen absolutamente limitados a la mínima expresión (9 hm3 este verano como auxilio), algo que también ocurre en la Axarquía, que cuenta con el alivio de que ha empezado a recibir agua regenerada desde la depuradora del Peñón del Cuervo en Málaga y algunas de la zona. Pero ese agua sólo llega a parte de la margen derecha del Plan Guaro, a menos de la mitad de los agricultores de la zona. La comarca tiene agua para abastecimiento urbano para un año.
En la Costa del Sol, que sumará 20 hm3 anuales tras las dos ampliaciones de la desaladora de Marbella, la holgura es algo superior, pero no caben confianzas dado el tamaño del embalse de La Concepción.
El embalse del Guadalhorce ofrece un desolador ejemplo de los efectos de una sequía que persigue a la provincia desde hace seis años. Va a bajar de los 10 hectómetros cúbicos almacenados y está a apenas al 8% de su nivel. Este pantano es, junto al Guadalteba y Conde (que llegó a vaciarse por completo en la sequía del 95), las tres principales fuentes de abastecimiento a Málaga, apenas suman 44 hm3.
También podrían suministrar algún recurso los pantanos defensivos de El Limonero y Casasola, pero son reservas que casi no se utilizan. Además, el primero no llega a 4 hm3 de llenado y el segundo, a 5.
Por su parte, la Concepción, entre Marbella e Istán, embalsa 24 hm3 y La Viñuela, en la Axarquía, 23 hectómetros cúbicos.
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