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Sergio Barce y Pablo Barce, padre e hijo, escritor y cineasta, respectivamente, a las puertas de la biblioteca de Palma-Palmilla, donde se proyectó 'Moro', un corto basado en la vida de su familia. Salvador Salas

Cuando los españoles también fueron 'moros'

La familia de Sergio y Pablo Barce, escritor uno y cineasta el otro, emigró a Marruecos a principios del siglo XX y volvió a Málaga en los años 70 por la 'marroquinización', la política nacionalista, de Hassan II

Domingo, 14 de septiembre 2025, 00:13

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Un martes de septiembre, un día de mucho calor y con la tentación de la playa a poca distancia, son las doce de la mañana y el salón de actos de la biblioteca municipal Alberto Jiménez Fraud de Palma-Palmilla está lleno para un videofórum alrededor de un cortometraje, 'Moro', dirigido por Pablo Barce e inspirado en un relato escrito por su padre, Sergio Barce. Ese 'moro' protagonista de la cinta y de la obra literaria de los Barce es real, un migrante de verdad, que, pese al apelativo, no es marroquí, sino español. O ni una cosa ni la otra. O las dos a un tiempo.

Se trata, en todo caso, de una persona cuya vida está atravesada por la Historia con mayúsculas, aunque en este caso el episodio es bastante desconocido o simplemente ha sido víctima de la desmemoria: los españoles que emigraron a Marruecos en busca de un futuro mejor, el Protectorado, la independencia del país norteafricano y lo que luego sucedió con esos ciudadanos procedentes de la antigua potencia colonial.

El 'moro' de la película es Leo. Pero el de verdad al que retrata es el propio Sergio Barce. La cinta cuenta su último día en Larache (Marruecos) antes de volver a España. Aunque aquí ese verbo, «volver», es un impostor, porque ese niño que entonces tenía once años había nacido en Marruecos y no había vivido nunca a este lado del estrecho de Gibraltar. Pero ese «volver» es correcto si a la que nos referimos es a su familia, que ponía fin a una migración que se había iniciado a principios del siglo XX.

1912 Protectorado

Es el año del que data el Protectorado español sobre Marruecos. Tenía su capital en Tetuán. Otra parte del país norteafricano estaba en manos de Francia.

Por aquellos años, miles de españoles emigraron a Marruecos en busca de una vida mejor, rememora Barce. Este viaje coincidió en el tiempo con el inicio del Protectorado de España sobre el norte de África, que data de 1912. Aunque las relaciones entre los dos países se remontaban a siglos atrás: las incursiones españolas en territorio norteafricano habían sido frecuentes y culminaron con el dominio de ese territorio compartido con Francia. Pero la familia de Sergio y Pablo Barce sólo cruzó el estrecho para buscarse la vida.

El bisabuelo materno de Sergio fue a Marruecos porque escuchó que había trabajo en el despliegue del ferrocarril entre Larache y Alcazarquivir. Y, tiempo después, su abuelo paterno, que se había arruinado en Cádiz, decidió buscar mejor fortuna en el país vecino, donde fue empleado en una tienda de confección. Los dos se casaron con españolas. Eran raros los matrimonios mixtos. Aunque las relaciones entre las diferentes culturas que poblaban el territorio eran amistosas. Porque si bien los primeros años del siglo XX fueron cruentos y enfrentaron a España con Marruecos, los conflictos sólo involucraban al estamento militar. Los civiles, los vecinos, se llevaban bien, al margen de su nacionalidad o de la religión que profesaran. La buena vecindad reinaba en Larache entre españoles y marroquíes; entre cristianos, musulmanes y hebreos. Daba igual que en los años veinte tuviera lugar el Desastre de Annual, con los miles de soldados españoles poco preparados y mal armados enviados como carne de cañón al campo de batalla –como retrató Ramón J. Sender en 'Imán'– y que fueron muertos a manos de los marroquíes, episodio que luego en España conduciría a la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

1956 Independencia marroquí

Marruecos declaró su independencia en la primavera de 1956.

Y la buena convivencia entre pueblos continuó una vez acabó el Protectorado y Marruecos ganó su soberanía en 1956. Porque el Estado español desapareció del país, pero los ciudadanos españoles en su mayoría se quedaron. Con excepciones. El hijo de quien emigró para ser ferroviario se hizo motorista de tráfico; era una especie de funcionario, puesto que había de ocupar un marroquí tras la independencia, así que sí se tuvo que ir y recaló en Málaga. Pero su hija ya estaba ennoviada con el hijo del empleado de la tienda de confección que trabajaba en el Banco Hispanoamericano, de manera que pronto abandonó España para volverse a Marruecos y formar la familia en la que nacería Sergio Barce.

Fotograma de 'Moro': Leo y sus amigos contemplan el mar.

«Marroquinización»

A partir de los setenta, el rey Hassan II inició una política nacionalista, la 'marroquinización', en virtud de la que cualquier empresa tenía que tener un socio local. Pero muchos de los españoles que tenían pequeños negocios no se podían permitir dar entrada a un marroquí porque la actividad no daba beneficios suficientes. Así que se tuvieron que ir. La familia de Sergio Barce no se encontraba en esa tesitura, pero veía cómo cada vez más de sus amigos dejaban Marruecos y se iban a España. Además, el entonces niño Sergio Barce estaba en una edad en la que ya tendría que abandonar Larache para irse al instituto a Tánger, quizás interno, idea que no gustaba a la familia, y luego, para sus estudios universitarios, se tendría que ir a la Península. A ello se sumaba que la madre de Sergio tenía a sus padres –quien fuera motorista de tráfico en Marruecos y su esposa– ya en Málaga y éstos se iban haciendo mayores. Este cúmulo de circunstancias llevaron a que en 1973 la familia recogiera sus enseres, hiciera las maletas y dejara Marruecos. No fue la ilusión de que Europa fuera más próspera, porque ya en el norte de África tenían una vida dichosa. Y además de ese último día en Larache, el corto, 'Moro', también narra su primera experiencia en España: llegar a los Maristas de Málaga (en Marruecos estudió en un colegio de la misma congregación) y recibir ese «¡Moro!» por parte de uno de sus maestros. El chico era español, pero no lo era, venía del otro lado del estrecho.

«Cuando llegamos a España, aunque éramos españoles, cuando íbamos a la compra nos decían eso de que ya venían los 'moros' a quitarnos el trabajo»

Nostalgia de Larache

Pablo Barce, el hijo, el cineasta, desde que era pequeño ha escuchado toda esta historia y ha sido testigo de la nostalgia que mostraba su familia por Marruecos. «Sentimos una gran pena por dejar Larache, porque era un paraíso; teníamos amigos españoles, hebreos, marroquíes, estudiábamos juntos y celebrábamos todas las fiestas», recuerda Barce. «Cuando llegamos a España, aunque éramos españoles, cuando íbamos a la compra nos decían eso de que ya venían los 'moros' a quitarnos el trabajo», continúa el escritor. «Fue un trauma ese 'moro' que me lanzó el maestro. Yo tenía un acento diferente, insultaba en árabe… pero también les contaba a mis compañeros que en Marruecos por entonces había más libertad que en España: los españoles que querían ver según qué películas tenían que cruzar los Pirineos; pero yo ya las había visto en Larache. Yo podía contarles a mis amigos de España cómo era una mujer desnuda».

España sufría un régimen dictatorial urdido por oficiales que sirvieron en Marruecos, los militares africanistas. La misma dictadura que usaba a la guardia mora despreciaba a los marroquíes.

La de esta familia es una experiencia que cuenta episodios de la historia de España: Sergio Barce compara la migración de sus ancestros a Marruecos con la que ahora protagonizan los magrebíes o todos los africanos con destino a Europa: unos y otros sólo querían o quieren una vida mejor, más próspera, trabajar.

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