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Rossel Aparicio
Viernes, 28 de noviembre 2014, 15:44
Un día después, las huellas del tornado siguen siendo más que evidentes y llamativas. Veinticuatro horas después, los afectados por la tromba marina un tornado que se forma en el mar- que dejó un reguero de desperfectos por la zona del aeropuerto, Churriana y Playamar; continúan con las labores de limpieza, retirada de escombros y tasando los daños con las aseguradoras. Queda mucho trabajo por delante para recuperar la normalidad.
En el Chiringuito Copacabana, en la zona de Playamar (Torremolinos), Salvador García está algo más tranquilo que ayer. El propietario de este local que quedó literalmente destrozado por la fuerza del tornado empieza a digerir lo ocurrido y a buscar soluciones. La imagen de hoy dista mucho de la ayer: Hemos retirado los escombros (han llenado unos 6 ó 7 cubas), la madera... ordenado las hamacas. Hemos recogido todo lo que hemos podido. Ahora García está a la espera de que una empresa se encargue de demoler la estructura para levantarla de nuevo y empezar de cero. No podemos hacer otra cosa. El local está muy dañado", asegura. Y, aunque aún no han contabilizado los dañoscausados por la tromba marina, esperan que su seguro se haga cargo de todo. Por ahora parece que sí, dice confiado. (Vea el vídeo de los daños causados).
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Mientras tanto, en la empresa de Caravanas Cardona, varios trabajadores arriman el hombro para retirar el amasijo de escombros, el lodo y el material de oficina destrozado. El tornado se llevó por el aire dos caravanas de unos 1.300 kilos de peso valoradas en unos 16.500 euros- sacándolas incluso del recinto y derribando uno de sus muros. La fuerza del viento también se cebó con su oficina. Quedó destrozada. Hemos retirado el techo de uralita y pedido a un amigo que nos ayude a remolcar con un torito las caravanas. Estamos también guardando los enseres que se han salvado, explica a SUR.es el encargado, Jaime Mena. El propietario, Ángel Cardona, prefiere ser optimista: Tenemos que pensar que, afortunadamente, no había nadie a las siete de la mañana cuando pasó el tornado. En esta empresa también están pendientes de contabilizar la cuantía de los desperfectos causados por el remolino.
En la gasolinera situada cerca del aeropuerto, una de las más perjudicadas, también hoy seguían trabajando sin respiro. Las cámaras de seguridad de este recinto captaron la virulencia del viento que se llevó por delante todo lo que se encontró a su paso. El espacio del lavado de coches y los surtidores de gasolina se encontraban cerrados por motivos de seguridad.
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