Mola Bassa ha sido uno de los últimos en abrir SUR

Pedregalejo acentúa su pérdida de identidad con el cambio de tres nuevos negocios

Mola Bassa, Frida Pahlo y un renovado El Cabra ofrecerán una carta alejada del tradicional pescaíto frito típico en la zona Este

Juan Soto

Málaga

Sábado, 30 de marzo 2019, 01:49

El paseo marítimo del Pedregal ya no es lo que era. La franja litoral junto al barrio de Pedregalejo continúa poco a poco perdiendo su identidad con la apertura de nuevos negocios que poco o nada tienen que ver con sus orígenes. El histórico barrio de pescadores y cuna del pescaíto frito se ha reconvertido en un espacio más pensado para los jóvenes y en donde los boquerones y sardinas han sido sustituidos por ensaladas, pokés o cócteles.

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En el último año la pérdida de identidad ha sido constante y tras cierres sonados como el del Lirio llegan ahora nuevas aperturas y cambios de propiedad en algunos de los negocios más singulares del entorno, como Mola Bassa, Frida Pahlo o El Cabra (que reabrió sus puertas con un nuevo propietario y ahora pretende meter una carta más moderna).

De los tres más recientes, el restaurante-bardecopas Mola Bassa ha sido el primer en abrir sus puertas. Tras ocho meses de actividad, recientemente ha sido cogido por el empresario Pedro Marín (grupo Liceo) y su hijo Adrián, que quieren renovarlo con un concepto más moderno. Asesorados por el cocinero Adolfo, adelantan que van a poner una carta de pokés (ensalada típica hawaiana) y realizarán comida fusión, aunque también han solicitado una barca para hacer espetos y mantener en parte la esencia del entorno. «La zona ha cambiado mucho y hay que adaptarse a los nuevos tiempos», apuntan.

Junto a este negocio se va a ubicar antes del verano Frida Pahlo, un restaurante que abrirá sus puertas en un edificio que lleva varios años en el esqueleto junto a La Paloma. Impulsado por el empresario Pedro Trillo (Canela Fina, entre otros), el negocio ofrecerá comida más moderna y algo de fusión, con una carta en la que destacarán las carnes y un diseño muy moderno. «Vamos a tener dos terrazas, una de ellas en la primera planta que será la más importante de toda la zona», avanza. Su nombre hará referencia a la pintora mexicana Frida aunque con un guiño al Palo porque espera ser también un espacio en el que tendrá cabida la cultura.

Edificio en donde abrirá Frida Pahlo SUR

El tercer negocio ya está abierto y es un viejo conocido de la zona. El Cabra, que cerró en mayo del año pasado por la jubilación de sus propietarias, reabrió el verano pasado de la mano de unos empresarios madrileños que ahora van a renovar tanto la carta como el local. Aitor Samperio, uno de los responsables, explica que quieren renovar el negocio aunque sin renunciar a su historia. «Vamos a mantener la esencia, pero evolucionando hacia un local más moderno». Este empresario entiende que en esta zona ha pasado lo mismo que ocurrió en Madrid con las tabernas, que antes eran muy antiguas y ahora se han renovado. «El público ha cambiado, es ahora más joven y hay que evolucionar a su misma velocidad», entiende.

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Más fácil de trabajar

Sobre este constante cambio de identidad, los empresarios también reconocen que el pescaíto frito más tradicional es muy esclavo, ofrece menos rentabilidad que otros productos y hay que saber trabajarlo bien. «No es lo mismo tener que ir todas las mañanas a la lonja y que el pescado se te ponga malo de un día para otro, que trabajar una pieza de carne o una ensalada», reconoce un empresario que ha trabajado en los dos sectores.

De entre los históricos en este primer tramo de paseo marítimo apenas quedan en pie El Morata y Maricuchi, ya el Lirio cerró sus puertas para dar paso a una hamburguesería de la cadena malagueña La Calle Burguer o El Caleño, que bajó la persiana tras 30 años de actividad (pese a un nuevo intento por reflotar el negocio el verano pasado).

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