Pasaje Virgen de Belén: unos problemas no resueltos

Ni se han acabado las filtraciones de agua a las plazas de aparcamiento, ni están satisfechos con la respuesta ofrecida por Endesa e Industria al problema que aseguran tener a causa de las conducciones eléctricas que pasan por todo el parking y que atraviesan por sus propias plazas de garaje. Ese es el panorama que dibuja José Cortés, presidente de la comunidad de propietarios de los aparcamientos del Pasaje Virgen de Belén, en el distrito de la Carretera de Cádiz, quien espera una solución que hasta ahora no le ofrecen ni las empresas que realizaron las obras, ni el Ayuntamiento, ni Endesa y tampoco Industria. Y es que tras años de lucha para acabar con las filtraciones que se producían en los garajes bajo los bloques del Pasaje de Belén, en 2015 se acometió la obra, que fue financiada por los vecinos y por el Ayuntamiento, que sufragó más del cincuenta por ciento de la actuación. Pero apenas transcurridos dos años desde su finalización, y tras varias intervenciones para tratar de corregir lo mal realizado sin ningún éxito, el agua de la lluvia se sigue filtrando a los aparcamientos y el seguro se exime de toda responsabilidad al entender que se trata de un defecto de obra. Cortés no entiende tampoco que Industria haya cerrado el expediente abierto por la falta de mantenimiento de las bandejas de conducción eléctrica que pasan por los aparcamientos, algunas oxidadas y en malas condiciones, al considerar que no han sustituido todas las que debían de haber cambiado. «Han dado por terminado un trabajo que no está concluido, porque han dejado bandejas que están igual o en peor estado que las que han quitado», indica.

Es un misterio que no alcanzan a adivinar los vecinos que a diario se encuentran con esos palés de cristales que parecen ser blindados y que llevan días en la calle Orson Welles, en el distrito de Teatinos. «Son unos cristales que nadie se hace cargo de ellos y llevan una semana allí cortando la calle, y hay que cruzar a la otra acera», dice Pedro Quero, un vecino extrañado porque asegura que se trata de unos cristales blindados nuevos y señala que allí no hay locales donde puedan montarse. «Ahí están abandonados en medio de la acera», señala. Sin duda, un misterio por resolver.