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Uno de los edificios fantasma más conocidos a nivel nacional está en Málaga. Se trata de la hacienda Cortijo Jurado, un inmueble que sigiloso vigila ... desde una colina en Campanillas a los miles de conductores que a diario lo divisan a su paso por la autovía del Guadalhorce. Sus últimos veinte años de historia han estado marcados por un devenir casi tan oscuro como los fenómenos paranormales que se atribuyen a esta antigua casona, que fue construida por la familia Heredia a mediados del siglo XIX.
El proyecto hotelero que se anunció para esta finca en 2002 por parte del grupo Mirador no llegó a prosperar y dejó levantada una estructura en torno a la antigua construcción que la sumió en un deterioro aún mayor. Con el paso de los años, la finca pasó a manos de Promociones Pantie, a la que el Ayuntamiento obligó en 2014 a que realizara obras de urgencia para reparar el edificio y evitar su ruina. Finalmente, tras varias vicisitudes y subastas que no llegaron a culminarse, el cortijo se puso a la venta hace varios años y por fin parece que ha caído en manos de un nuevo propietario dispuesto a ponerlo en valor y culminar el desarrollo exterior.
Se trata del grupo Sinerba Holding, en el que se encuentra la constructora malagueña Bilba. En este conglomerado empresarial formado por nueve filiales independientes, cada una con su propia dirección, Bilba sigue siendo la cabecera, y también se encuentra Suba, empresa promotora que va a ser la encargada de desarrollar un proyecto para dar uso al cortijo.
Esta sociedad ha optado por descartar el hotel previsto hace veinte años y convertir la parcela en un nuevo gran complejo de oficinas, de más de 20.000 metros cuadrados construidos. Según ha podido conocer SUR, los responsables de Suba ya han iniciado los contactos con la Gerencia Municipal de Urbanismo para tramitar un cambio en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que permita el uso de oficinas, ya que actualmente solo está contemplado el hotelero.
Esa innovación en el PGOU tiene que someterse a un procedimiento de evaluación ambiental por parte de la Junta de Andalucía, un trámite que suele durar uno o dos años. Además, de forma previa al inicio de las obras, está prevista la aprobación de un estudio urbanístico para encajar el proyecto planteado, que lleva la firma del estudio de arquitectura local de Ángel Asenjo. Así, todavía quedan varios años para que pueda empezar a materializarse una actuación que, con todo, ya tiene las bases puestas.
Desde Sinerba han destacado que se trata de un proyecto de oficinas con «espacios inteligentes y multifuncionales» que supone «una propuesta revolucionaria» para atender la demanda de oficinas en Málaga que varios estudios de mercado han puesto de relieve en los últimos años. Además, han subrayado que su ubicación, a medio camino entre el Parque Tecnológico y la Universidad, hará que muchas empresas se interesen por establecer aquí un lugar para sus trabajadores.
El proyecto, que implicará una inversión superior a los 20 millones de euros, aprovechará parte de la estructura que se levantó para el hotel, si bien modificará una zona para adaptarla al nuevo concepto arquitectónico ideado por Asenjo. A modo de contraste con la construcción del siglo XIX, este arquitecto ha planteado un edificio de forma orgánica destinado a un espacio central de salón de actos y conferencias con capacidad para unas 200 personas.
La antigua casona albergará las oficinas centrales de Sinerba y en torno a ella, en forma de 'U', se habilitarán las construcciones para oficinas, que dispondrán de varias cafeterías y de un espacio con pérgolas sobre la cubierta para que los trabajadores puedan estar con sus ordenadores o mantener reuniones en los días de buen tiempo. Todo ello se asentará sobre un sótano con capacidad para unas 400 plazas de aparcamiento para cumplir con el nivel de estacionamientos requerido en un complejo de oficinas como el que se quiere desarrollar aquí.
Bartolomé Inglés, director general de Suba, ha destacado que «desde la compañía estamos muy ilusionados con el desarrollo de este proyecto». «Éramos conscientes de la necesidad de adaptar espacios de trabajo a los nuevos hábitos de la vida laboral, y a raíz de la pandemia consolidamos la idea de crear un espacio multifuncional», ha explicado. «Mientras antes, el 60% de la superficie se destinaba a puestos individuales y el 40% a zonas comunes, ahora es al contrario. Somos conscientes de las empresas reclaman lugares polivalentes», han señalado desde Suba. «La conectividad para que convivan empleados en remoto y de forma presencial; el protagonismo de las zonas colaborativas y sociales, con diferentes tipologías de espacios; la flexibilidad y versatilidad de los espacios y su equipamiento; y la humanización del entorno laboral han sido conceptos sobre los que se ha basado la propuesta», han agregado.
No obstante, todavía quedan varios años por delante para que se recaben todos los permisos para las obras de una actuación cuya puesta de largo se ha hecho coincidir con la inauguración del Salón Inmobiliario del Mediterráneo, que se celebra desde este jueves en el Palacio de Ferias de Málaga. En su presentación se ha resaltado igualmente que el proyecto nace como «una isla ecológica» en la que las zonas abiertas, con protagonismo del agua, sumarán más de 43.000 metros cuadrados y que buscará reducir el consumo energético y ser autosuficiente. Para ello, se han previsto fachadas que regularán la entrada de luz natural en función de las necesidades de cada franja horaria, luminarias con tecnología 'led', paneles fotovoltaicos, y sistemas de control de la temperatura y la calidad del aire.
Conocida sobre todo por los fenómenos paranormales que se le atribuyen, la mansión de Cortijo Jurado fue construida a mediados del siglo XIX como villa de recreo y explotación agraria y ganadera por la saga de los Heredia, que en 1925 vendieron el cortijo a los Larios por su situación de bancarrota. Más adelante, la propiedad pasó a manos de la familia Quesada y, posteriormente, a un médico adinerado de Valladolid. En 1975, fue adquirida por la familia Vega Jurado, de la que procede su nombre actual.
Con protección arquitectónica de grado 1, que obliga a conservar el edificio y recuperar en lo posible su estado primitivo, fue construido con un estilo ecléctico y neogótico que se aprecia en su patio central, con capilla y torre mirador.
No obstante, este inmueble es conocido sobre todo por leyendas y sucesos paranormales, que lo han convertido en lugar de peregrinaje de los investigadores de ese tipo de fenómenos. Se dice que de sus sótanos partían pasadizos secretos que comunicaban la hacienda con el Cortijo Colmenares (actual Club de Golf Guadalhorce), propiedad por aquel entonces de los Larios, grandes amigos de los Heredia. Sin embargo, las distintas obras que se han ejecutado en el entorno de Campanillas no los han sacado a la luz, con lo que siguen formando parte de una leyenda popular que no para de crecer porque ni se confirma ni se desmiente con el paso de los años.
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