Adiós a otro histórico del Centro: Deportes La Trucha cierra tras 49 años en la calle Carretería

Los apasionados a los deportes de aventura y la pesca están a punto de quedarse huérfanos de un local de referencia en la ciudad por el próximo cierre de Deportes La Trucha, negocio especializado que está a punto de cerrar sus puertas por la jubilación de su propietario. Abierto en 1973, el comercio ubicado en la calle Carretería ha comenzado a liquidar todos sus productos justo cuando estaba a punto de cumplir medio siglo de vida.

El negocio, que forma parte del imaginario del comercio histórico de la ciudad, fue abierto por Francisco Maqueda, padre del actual propietario. A punto de cumplir 67 años, Gustavo, su hijo, explica que en la tienda comenzaron vendiendo prácticamente todo tipo de artículos deportivos, como era habitual en aquella época, y que la especialización llegó bastantes años después.

Cuando su padre abrió el local, Gustavo tenía 18 años y recuerda que ofrecían un poco de todo, desde pelotas hinchables de playa hasta equipaciones de judo o arreos de pesca. En aquella época había bastantes negocios similares, como Zulaica, Aguirre o El Coto. «Era lo que se estilaba, ya que los deportes no eran tan especializados como ahora», resume.

El gran cambio del negocio se vivió en 1982, cuando el propio Gustavo decidió ponerse al frente del establecimiento y dar el relevo a su padre. Recuerda hacerlo en un momento muy delicado, ya que su el fundador de la marca se estaba planteando cerrarla porque las cosas no iban del todo bien. Entonces se le ocurrió la idea de especializarse y enfocarse a un tipo de productos que apenas podían conseguirse en Málaga.

Junto a su mujer, Mariana Sotomayor, comenzó a introducir más artículos de montaña y submarinismo, que es en lo que ahora están especializados. «Fuimos los primeros de Málaga en ofrecer cintas de escalada y pies de gato», señala Paula Maqueda, hija de Gustavo y tercera generación al frente del negocio familiar. En la actualidad trabajan todos los deportes de aventura: escalada, alpinismo, alta montaña, barranquismo, espeleología, ferratas, senderismo o acampada; además de todo lo relacionado con trabajos verticales y rescate. En el apartado del submarinismo cubrimos todos los niveles, desde el snorquel a pesca submarina, buceo con escafandra o buceo técnico.

El segundo gran cambio lo vivieron en el año 2000, cuando adquirieron el local de al lado y ampliaron el negocio hasta los 200 metros actuales. De hecho, en su tienda atienden a todo tipo de profesionales de toda la geografía nacional, que se desplazan en exclusiva por su gran conocimiento del sector y trato profesional.

Aunque aún no han puesto fecha al cierre, adelantan que será en los próximos meses, cuando logren liquidar toda la mercancía que tienen disponible. Y aunque no tienen prisa, tampoco pretenden prolongarlo demasiado en el tiempo, ya que Gustavo está deseando comenzar la nueva vida que se le abre por delante después de la jubilación. «El comercio es muy sacrificado y ahora tendré tiempo para dedicarlo a mis hobbies».

De hecho, cuestionado sobre los motivos por los que el negocio no llegará a cumplir 50 años, afirma tajante que «cada día que trabajemos de más es un día de menos que disfrutas de otra vida». A pesar de todo, asegura que actualmente se encuentra con sentimientos encontrados y una sensación agridulce por la cantidad de clientes que han acudido a la tienda para felicitarlo y desearle una buena jubilación. «Nos dicen que ahora no tendrán dónde comprar determinadas cosas».

Algo similar opina su hija Paula, que ha decidido no seguir con el negocio. «Se juntan varios factores y es complicado encontrar a personal especializado que conozca bien todos los deportes que ofrecemos y que pueda asesorar al cliente tal y como hacíamos nosotros». Por eso, cree que es mejor poner punto y final a esta aventura que ha durado casi medio siglo.

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