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Rafa Sánchez ultima los detalles de uno de sus platos
El informático que te cocina en casa

El informático que te cocina en casa

Rafa Sánchez compagina su trabajo en una empresa del PTA con su pasión por los fogones como chef privado y ofreciendo cursos y showcookings bajo su nuevo proyecto, Konün

Marina Martínez

Domingo, 23 de abril 2017, 00:37

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Arrimarse a los fogones de niño. Hacer las croquetas con la abuela. O la tortilla de patatas con la madre. Es la historia típica del cocinillas. También de muchos cocineros. Pero nada es típico en Rafa Sánchez. Estudió Ingeniería Informática. Y trabaja en ello, concretamente en la empresa Piksel, ubicada en el PTA. Lo disfruta. Pero, además, tiene una pasión, no precisamente oculta. Todo lo contrario. Para este cordobés afincado en Málaga, la cocina es un aderezo más en su vida. Tanto que se lo ha tomado muy en serio y ha creado su propio proyecto gastronómico: Konün.

Le interesará quedarse con el nombre, especialmente si no se defiende muy bien en la cocina. Sólo tiene que entrar en la web, decidir menú y Rafa Sánchez va a su casa y se lo hace. De ahí la marca. En idioma mapuche, 'entrar'. Lo mismo que hace él: entrar en su cocina y servirle sus especialidades. Es lo habitual. Para eso se ha formado (estudió en la Escuela de Hostelería de Sevilla), observa y lee todo lo que puede. De ahí salen sus platos. Y de sus viajes. La influencia de su paso por Japón, Corea o China se nota. Pero siempre teniendo en cuenta los productos de temporada y su base mediterránea. Entre sus propuestas, las hay para todos los gustos: desde paquetitos de salmón y calabacín con salsa de miso y naranja y tataki de atún sobre cuscús de gazpacho de sandía hasta carrillada ibéríca al moscatel sobre tierra de remolacha y hierbabuena o rodaballo a baja temperatura con microverduras salteadas y cuscús de jugo de almejas con avellanas y sésamo. Tartar de naranja y aove sobre sopa de chocolate negro y pimienta rosa y bizcocho esponja de chocolate y cerveza negra sobre sopa de chocolate blanco y aire de cardamomo son sus sugerencias para el postre.

Veo la idea en mi cabeza y luego la llevo al plato, pero algunas veces no consigo darle forma y la aparco, no pasa nada, ya la retomo en otro momento, o surgirá otra. Dice moverse por sensaciones Rafa Sánchez. Perfeccionista y con ganas de aprender día a día, también está abierto a sugerencias. Se adapta incluso a caprichos, como alguna que otra receta salida de 'Masterchef'. Y es que no son pocas las anécdotas con las que se ha encontrado. Desde un horno al que le hacía falta algo de limpieza hasta un cliente que le contrató en Francia una semana exclusivamente para cocinar desayunos, almuerzos y cenas. Eso sí, donde más trabaja es en Marbella. Tanto para parejas como para familias o amigos. Comodidad y servicio personalizado son algunos de los alicientes para contratarle.

Pero no sólo de chef privado vive Konün. Bajo este paraguas, Rafa Sánchez también ofrece showcookings (lo más demandado), catering y cursos. Con grupo D-Oliva hace buen tándem. Llevan ya algunos talleres a sus espaldas. La gente viene sobre todo a pasarlo bien, pero también hacen amistades, se crea muy buen ambiente, advierte Rafa Sánchez, al que además se le ha podido ver por Laboratorio de Sabores descubriendo a más de uno la cocina creativa. En ella se mueve como pez en el agua. Desde que allá por 2011 fuera premiado por Canal Cocina como el mejor blog de cocina de aquel año. Entonces, como Cucharón y Paso Atrás, que creó en 2009 para satisfacer esa pasión y por el que muchos le conocen hoy en día. De ahí surgió #experienciacucharon y, de él, Konün, proyecto que recientemente presentaba con una cena en Kilómetro Cero.

Curiosamente, en torno a la misma fecha que en su estreno en el mismo lugar en 2013. Ahora echa la vista atrás y se sorprende: Cuando veo lo que preparé entonces me pregunto cómo se me ocurrió aquel menú, recuerda con una sonrisa, consciente, y satisfecho, de su evolución. Y así aspira a continuar, creciendo. He conseguido el equilibrio que actualmente deseo entre mi trabajo de informático y el de cocinero, y lo quiero seguir manteniendo. Ahí ha encontrado su sitio. Vino desde Córdoba a Málaga para estudiar la carrera y no se arrepiente. Al contrario. Lejos quedan aquellos peroles que le tocaba hacer en las reuniones de amigos con apenas 18 años. Y él tan feliz. Ya entonces parecía que tenía en mente su lema: Lo que se siente, se transmite.

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