Un grupo inversor madrileño compra un edificio en la calle Larios para convertirlo en hotel

Una nueva operación inmobiliaria pone de relieve el dinamismo y la altísima deseabilidad de la calle Larios. El edificio que ocupa el número 10 de la céntrica vía ha sido vendido a un grupo inversor de Madrid, que lo convertirá en un hotel boutique de cuatro estrellas. Lo reveló ayer la consultora Aguirre Newman, que ha sido la encargada de asesorar a la parte vendedora.

El edificio de Larios 10 tiene una superficie de 3.500 metros cuadrados distribuidos en siete plantas. Perteneciente hasta ahora a la familia Gómez Raggio, su construcción data del año 1821 y es claro reflejo de la prosperidad reinante en la Málaga burguesa de comienzos del siglo XIX. El edificio da a tres calles: Marqués de Larios, Mesón de Vélez y Marín de García. La superficie de la parcela es de 687 metros cuadrados aproximadamente. A principios del siglo XX se establecieron allí los famosos almacenes Gómez Raggio, que fueron uno de los primeros grandes almacenes que tuvo la ciudad, junto a Félix Sáenz, en la plaza del mismo nombre, y Álvarez Fonseca, en la calle Nueva.

La cuantía de la operación no ha sido desvelada, aunque a juzgar por la cotización que alcanzan actualmente los locales comerciales de la calle Larios, ha debido de ser muy importante. Tampoco se conoce por el momento la identidad del grupo inversor madrileño que se ha hecho con el inmueble. Lo que sí especifican desde Aguirre Newman es que los locales comerciales ubicados en su planta baja entre cuyos inquilinos están Banco Popular, Azulay, Farggi, Movistar, Centro Moda, Purificación García o Javier Simorra permanecen ajenos a la operación.

La calle Larios contará, pues, con un segundo hotel, que se suma al que regenta la cadena Room Mate en la esquina con la plaza de la Constitución. En el caso de Larios 10, la nueva propiedad está buscando una empresa con experiencia y prestigio en la gestión hotelera con el fin de llegar a un acuerdo para la explotación del establecimiento.

Esta importante operación se produce en un contexto de numerosos cambios en la principal calle comercial de la ciudad. Algunos de sus locales más amplios y cotizados, como el que ocupaba Pinsapo o el del banco Santander, están en proceso de negociación o a la espera de ser ocupados por sus nuevos inquilinos. Y, según avanzan desde Aguirre Newman, otros establecimientos van a cambiar de rótulo en los próximos meses. Todo ello es fruto de la altísima demanda que ejercen las grandes cadenas comerciales empezando por Inditex sobre la calle Larios. Los precios de los alquileres están disparados; de hecho, ya alcanzan niveles propios de la calle Preciados de Madrid o Portal del Ángel de Barcelona.