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Alvaro Frías
Martes, 5 de abril 2016, 13:20
El barrio ha cambiado, no tiene nada que ver con lo que era hace 40 años, cuando Eleuterio Sánchez, el Lute, acabó en Mangas Verdes en una de sus incontables huidas de la Guardia Civil. Desde entonces no había vuelto a pisarlo, sin embargo, en el paseo que daba ayer por la mañana por la zona, tardó en reconocer la casa en la que se ocultó.
Sus recuerdos del barrio son difusos, pero esa casa la tiene grabada a fuego en la memoria. "Tenía una sola planta y hasta un pozo de agua", ha asegurado.
El Lute explicó que, tras fugarse de la prisión en la que se encontraba en San Fernando, se refugió en Málaga. Llegó a la zona de Camino de Antequera, donde pasó la mayor parte del tiempo en la capital. "A Mangas Verdes llegué después de que me pegaran dos tiros", ha indicado. El Lute contó que fue a cambiar divisa a la Estación de Cártama, "porque era un pueblo pequeño y pensé que allí pasaría inadvertido".
Eleuterio Sánchez Rodríguez (Salamanca, 1942) ingresó por primera vez en prisión por el robo de varias gallinas, aunque la mayor condena le llegó en 1965 tras relacionársele con el atraco a una joyería madrileña, en la que murió un guardia de seguridad. Durante su estancia en la cárcel aprendió a leer y a escribir y llegó a estudiar Derecho, pero su gran objetivo fue siempre fugarse. Lo hizo hasta en dos ocasiones y de ahí le llegaría su fama mediática y los libros autobiográficos que posteriormente escribiría, como el conocido por todos como El Lute camina o revienta, que en los años 80 fue llevada al cine y que tuvo su secuela, El Lute II
Pero no lo consiguió. El trabajador del banco le reconoció y mandó a un niño a avisar a la Guardia Civil: "Cuando me di cuenta, tenía dos pistolas encañonándome". Al final le dispararon y malherido, acabó en Mangas Verdes, en la casa en la que vivía su hermana. Allí paso una temporada, entre vecinos que sabían perfectamente quien era, pero nadie lo decía. "Yo me diafrazaba para pasar inadvertido", ha indicado el Lute. Los vecinos del barrio se reían escuchando esto, ya que todos sabían quien era.
Finalmente la Guardia Civil acabó localizándole y organizaron un gran dispositivo que los más mayores del barrio aún recuerdan. Pero el Lute, una vez más, consiguió escapar de los agentes.
"Me fui de allí saltando por los tejados. Yo y mis hermanos nos ocultamos en el monte y, aunque era de noche, vi perfectamente como sacaban de la casa a mis hijos y a mi mujer apuntándoles con una metralleta", señaló.
Era el verano de 1972. Y tras ocultarse un breve periodo de tiempo en la Colonia de Santa Inés, el Lute se marchó a Sevilla, donde finalmente fue detenido.
Este martes recordó de nuevo toda esta historia, arropado por unos vecinos que se hicieron cómplices de "un buen hombre". Así es como lo definen algunos de los que le conocieron en la temporada en la que se ocultó en Mangas Verdes.
Un reencuentro después de 40 años en el que el cariño y la emoción arroparon el paseo de el Lute por el barrio. Esta vez, sin temor a ser capturado por la Guardia Civil.
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