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Miguel Cabello en el despacho de su empresa en Málaga.
Miguel Cabello: «Mi empresa es un gran proyecto que va despacio, pero con paso firme»

Miguel Cabello: «Mi empresa es un gran proyecto que va despacio, pero con paso firme»

El fundador de Servilimpsa y presidente de Grupo Cabello habla de sus comienzos, situación actual y futuro

JOSÉ VICENTE ASTORGA

Sábado, 11 de abril 2015, 00:38

Sin familia de posibles y huérfano de padre a los 11, el colegio fue sólo un accidente camino de la adolescencia a destajo. Con 17 limpiaba escaparates después de pasar por bares y tiendas de recambios. El origen de Servilimpsa (1984), primera empresa y palanca del emporio, fue un cubo y un ciclomotor. Con la limpieza de tiendas Inditex, dio el salto. En 2015 espera facturar 20 millones, un 14% más. Suma más de 1.300 trabajadores y, desde hace tres años, Grupo Cabello abarca otras actividades, como venta de motos y equipamiento (Servihonda y Dainese), ropa deportiva (Caberty), gestión de residuos sanitarios (Nantia), ocio infantil (Bikipark), es agente exclusivo en Málaga de Libery Seguros y próximamente tendrá para Andalucía la representación de Electric Motor, división de movilidad eléctrica de la asiática Kymco. «Allí donde veo una oportunidad, me lanzo», asegura.

Un empresario de primera generación y de mucho éxito.

Sí. He empezado de la nada, sólo trabajando.

-¿Qué objetivo se propuso cuando empezó?

Desde siempre me ha gustado estar por mi cuenta, crecer y abarcar más clientes. No me conformaba y no sólo por dinero, y la forma era cumplir con ellos para poder ir ampliando.

¿A qué edad empezó con el cubo y la 'motillo'?

Me puse a limpiar cristales a los 17 años. Lo único que he hecho en mi vida es echarme obligaciones encima, mientras mis amigos se divertían y jugaban. Lo mío era cumplir con los clientes.

¿Y la relación con la escuela?

Mi padre murió en un accidente cuando yo tenía 11 años y dejé de ir al colegio.

¿Por qué tenía que ayudar en casa?

No. Aquello fue un palo muy gordo. Dejé de estudiar y poco después me puse a trabajar. Yo soy el segundo de tres hermanos. Desde esa edad trabajé primero en un restaurante, en tiendas de recambios y después limpiar.

¿Cuál cree que es su gran cualidad?

La capacidad de trabajo, de conocer gente siempre y que vean cómo respondo, la seriedad.

¿Cómo empezó en la limpieza?

Compré un cubo y me puse a limpiar en comercios. Primero los cristales, gratis, y luego empecé a cobrar, cuando veían que cumplía y fui contratando cada vez a más personas.

A la vista del resultados, lo de estudiar para usted no ha sido determinante par el éxito. ¿Echa de menos más formación?

Claro que sí. Me hubiera gustado, pero también ahora estudio, me preparo, aunque tengo que decir que en la calle he aprendido mucho.

Desde luego, inteligente es.

Pues sí. Me lo dicen.

¿Hay cosas que ha aplicado sin saber que son básicas para quienes estudian dirección de empresas?

Sí. A hacer equipo, a que la gente cobre a final de mes, a que se paguen todos los impuestos y a buscar a los mejores jugadores para mejorar. Lo de delegar es fundamental para que el negocio funcione sin Miguel Cabello y eso para mí es lo importante.

¿Cuántas personas tiene en su equipo directivo?

Tres. Cuando se jubiló Pepe Serrano, director financiero, coge el área mi hija Laura, licenciada en Económicas; también está Francisco de la Torre, que lleva el departamento jurídico e Isa, encargada de recursos humanos y nóminas.

Servilimpsa se basa en actividades que externalizan empresas. ¿Aplica también esa receta en su propio grupo?

No. Lo llevamos todo.

¿Qué es lo más agradable y lo que menos le gusta de su trabajo?

Lo que más, ir a los centros propios y ver a la gente con la cara contenta, bien uniformados, y si hay clientes, pues más me llena.

Lo habrá pasado mal, entonces cuando este año decidió cerrar algunos negocios. ¿Es la primera vez que lo hace?

Sí. Es la primera vez que tengo que dejar varias sociedades porque no llevaban la política que yo quería, las relaciones con los proveedores.

¿Más que por la crisis, la falta de ventas?

No han sido tanto causas de fuera. No seguían mi modelo de trabajar, de cumplir con los empleados y con los clientes. La exigencia de calidad aconmigo es a rajatabla. Es mi forma de trabajar día a día y no tengo otra.

¿Esa responsabilidad incluye la total disponibilidad de su gente?

El que no me conoce se extraña.

¿Es el que más trabaja?

Creo que sí. Lo que he hecho en mi vida es trabajar y echarme obligaciones y es algo que veo como algo normal. No conozco otra forma.

Pero hará más cosas además de trabajar.

Pues claro. Me encanta la familia, los niños, el campo, la playa...

¿Es de los que apaga el móvil?

La verdad es que no. Siempre va conmigo y no puedo evitarlo.

¿Fue un niño hiperactivo?

Sí, sin diagnosticar. Siempre muy inquieto.

El gran salto de Servilimpsa fueron las tiendas de Inditex. ¿Cómo empezó esa relación?

El tema Inditex tuvo mucha importancia. Yo vi una empresa bastante seria, cómo trataba a los proveedores. Me gustaba estar pegado a ellos.

Pero llegar hasta cerca de Amancio Ortega no debió ser nada fácil.

Ya en Málaga limpiaba la primera tienda en la calle Liborio García, después la segunda y otras más. Vi que confiaban en mí y entonces decidí ir a La Coruña y pedí una cita con el directivo que se ocupaba de estos asuntos. A mi me gusta conocer siempre al responsable de las cuestiones.

¿Tardó mucho en que lo recibiera?

Seis meses. Cuando me conocieron verían algo en mí y me han seguido dando trabajo.

¿Conoce a Amacio Ortega?

¿Es tan cercano como se dice?

Es una persona muy sencilla y cercana a todos, a sus trabajadores y disfruta mucho con lo que hace. Lo respeto mucho. No quisiera...

¿Cuántas tiendas del grupo Inditex limpian actualmente?

Limpiamos toda la parte de Galicia, la sede central de Arteixo. Más de cien instalaciones. Lo importante es que cuenta con nosotros. En Galicia, hacemos desde limpieza a mantenimiento, y lo que es limpieza, aquí y también en Ceuta, Melilla, Córdoba, Sevilla, Jerez, Canarias, Barcelona

¿Es la mayor parte del negocio de Servilimpsa?

No. Un 30 por ciento de nuestra actividad es Inditex, que es un gran cliente y le tengo especial cariño.

¿Qué piensa cuando escucha sobre la necesidad de las empresas de salir a otros países a buscar negocio?

Que en España hay todavía mucho mercado y muchas oportunidades.

Y mucha competencia.

Sí, pero lo importante es ofrecer un buen servicio a precio razonable.

¿Se suma a la queja de los empresarios de que la Administración es un cliente que paga mal y tarde?

Trabajo con el Ayuntamiento y es un cliente interesante, una parte importante de nuestro mercado, aunque hay ajustes y hay que afinar mucho los precios. Hemos limpiado el Palacio de Ferias o el Martín Carpena...Estamos estudiando concursos.

Ahora se habla mucho sobre cómo será el futuro del servicio de limpieza de la ciudad cuando acabe el contrato con Limasa. ¿Es un campo que le interesa?

Quieren dividirlo por zonas, por lo visto. Veo muy interesante que las empresas privadas puedan entrar en ese negocio. Nosotros sabemos hacerlo.

¿Se ve entonces con capacidad? De limpieza parece claro que no le pueden dar lecciones.

Es un sector que conozco muy bien.

¿Vivió algún momento como empresario que pensara en parar?

Nunca he tenido ese miedo.

Cuando le aconsejan: Miguel no te metas en esto, ¿Cómo reacciona?

Reacciono casi con enfado. Tengo claro que mi empresa es un gran proyecto que va despacio, pero con paso firme. Cuando me dicen: no crezcas más, yo sigo para adelante. Soy positivo por naturaleza, y aunque haya baches, siempre se sale.

Hay quien defiende, también en los negocios, centrarse en una cosa, hacer muy bien algo y no intentar abarcar demasiado. ¿Piensa mucho cada actividad nueva?

Veo la oportunidad del proyecto, y si veo hueco, me lanzo. El proyecto de Honda, por ejemplo, lo vi superclaro.

Con la crisis, también las ventas de motos han caído.

Pues somos el tercer concesionario Honda que más vende en España y el número uno en satisfacción al cliente. Lo importante es el servicio. Vendemos motos, sí, pero sobre todo damos un buen servicio. En 2014, hemos vendido 1.100 y pensamos en 850.

¿Piensa en más actividades en este sector?

Pues sí. Vamos a convertirnos en distribuidores del grupo Kymco para motos eléctricas. Electric Motor tiene ya presencia en España y la exclusiva en Andalucía la tendría Grupo Cabello. Queremos abrir una tienda propia y también tener tiendas asociadas.

¿Quién llamó a la puerta de quién?

Ellos han llamado a través de unos conocidos.

No es usted de los empresarios que buscan protagonismo

Prefiero mi terreno.

¿Qué hay en Servilimpsa de la forma de trabajar suya?

Mirar bien los costes del personal y que el cliente lo aprecie. La experiencia no es limpiar solo. Mi personal en Zara, por ejemplo, aunque no entra en el contrato, sabe que si ven una bombilla fundida en la tienda, avisan. No es limpiar y ya está.

¿Quién forma en esa forma de trabajar?

Yo a los encargados, y los encargados a las limpiadoras.

Decía que le gusta ver a su gente contenta ¿Qué política laboral sigue? ¿Qué media llevan con usted?

Por lo menos un 30 por ciento de la gente que trabaja conmigo lleva de 15 a 20 años tanto en administración de delegaciones como en personal de limpieza. Ha habido contratos en cnetros públicos en que los empleados estaban bajo el paraguas nuestro y nos echan de menos por el trato, los horarios, la flexibilidad y la nómina.

La limpieza es un sector feminizado. ¿Las bajas maternales son para usted un problema?

El 90 por ciento de nuestros empleados son mujeres.

Suena a machismo, pero la mujer es mejor que la mayoría de hombres en este trabajo.

El cliente quiere mujer, que siempre lo hará mejor. Otra cosa es el exterior o el abrillantado de suelos. Eso lo realizan mejor los hombres.

Es usted casi el amo catastral de esta calle.

Pues sí. Casi tengo una manzana. Habrá unos 8.000 metros.

¿No le dió por el ladrillo?

Siempre he estado en lo mío. Es un sector que no me ha llenado y se podía ganar mucho dinero y también perder. En 2015 tenemos idea de unir los seguros de Liberty más el tema de la movilidad de vehículos eléctricos y en 2016 trasladarnos a una instalación nueva, centralizar las tiendas en 2.200 metros en Ortega y Gasset.

¿Cómo han resistido la crisis?

Estamos en crecimiento, después de estar estancados. Lo bueno es que con sectores tan diferentes, unos sirven de flotador a otros. Estamos en economía de guerra, sí, pero muy sanos, y con el gran pilar de Servilimpsa.

¿Qué le queda por hacer a nivel empresarial?

Ampliar con más tiendas todas las empresas: Caberty, Daines, Servihonda, Electric Motor...

De jubilarse, ni hablamos

No. Estoy a gusto. Mis hijos llevarán adelante todo esto.

Todo el mundo tiene recetas para arreglar el mundo. Arregle sólo una parte del paro.

Cómo se podría avanzar bastante creo yo es bonificando por contratar personas pero a partir de 30 y 50 años, personas paradas pero con experiencia. No veo que aunque la cotización sea cero me interese un taller lleno de jóvenes en prácticas. ¿Como vas a meter a 25 aprendices en un taller?

¿Este será un buen año?

Va a serlo. Se nota, empieza a haber construcción y lo noto porque me piden servicios.

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