Ramón Franquelo se recompone

La céntrica y a su vez maltratada calle Ramón Franquelo, una perpendicular de calle Álamos que desemboca en calle Beatas, estaba siendo ayer reparada tras los destrozos que presentaba en su pavimento, asunto del que le hablábamos días pasados. Ya era hora, pensará más de un vecino y muchos ciudadanos, algunos de los cuales se han llegado a lesionar al pasar por esta calle, pues muchos de sus adoquines se encontraban resquebrajados debido al paso de camiones a las obras que se realizan por aquella zona. «Al pisar los trozos del pavimento fragmentados, éstos se movían y, además del riesgo de caer, cosa que ya ha sucedido al menos en el caso de una señora que yo sepa, también ocurría que en los días de lluvia como hoy (por ayer), al moverse el bloque, salta el agua y te manchas», comentaba un vecino que seguía con curiosidad los trabajos de reposición de los bloques de pavimento partidos.

Ya decimos que el deterioro del suelo en esta céntrica calle, donde se ubica el Museo de Arte Flamenco de la Peña Juan Breva, y cuya remodelación y nuevo pavimentos apenas tiene tres años, es achacado por los vecinos al paso de camiones que se dirigen a unas obras en la misma calle y a otras que se realizan en calle Beatas, por lo que entienden que deben ser las empresas constructoras de estas obras las que deberían hacerse cargo de los daños, y no el Ayuntamiento, «pues sino el arreglo lo estamos pagando entre todos y no quien causa el daño».

Aunque habría que decir que no son solo camiones de las obras los que circulan por Ramón Franquelo y calle Beatas, pues por allí también pasan vehículos de Limasa para recoger los contenedores que hay instalados en la zona, y el pavimento es el mismo en una calle y en otra. ¿Falta de previsión?