La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer. JEFF KOWALSKY / AFP

Diecinueve años de cárcel por planear el secuestro de la gobernadora de Michigan

Un grupo de extremistas pretendía capturar a Gretchen Whitmer en su residencia de vacaciones con la intención de desencadenar una guerra civil previa a las elecciones presidenciales de 2020

Caroline Conejero

Nueva York

Miércoles, 28 de diciembre 2022, 22:28

Los dos organizadores del intento de secuestro fallido de la gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer en 2020, recibieron las sentencias más largas por terrorismo ... doméstico hasta el momento en el caso de más alto perfil de los últimos años. Los extremistas Adam Fox, de 39 años y Barry Croft Jr., de 47 años, miembros de la milicia armada de ultraderecha Three Percenters, fueron sentenciados a 16 y 19 años de prisión respectivamente, además de cinco años de libertad supervisada para Fox, en el proceso de atribución de sentencias que se lleva a cabo esta semana.

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Una aterradora trama en la que un grupo de extremistas pretendían secuestrar a la gobernadora Gretchen Whitmer en su residencia de vacaciones con la intención de desencadenar una guerra civil previa a las elecciones presidenciales de 2020. La conspiración contemplaba también la destrucción con bomba de un puente próximo que obstaculizaría la respuesta policial en el momento de la huida por el norte de Michigan. Fox y Croft planeaban irrumpir en la casa de vacaciones de Whitmer, donde la gobernadora estaría con su familia, y secuestrarla a punta de pistola para someterla a un «juicio» por traición, y eventualmente proceder a su ejecución.

La gobernadora Whitmer nunca estuvo expuesta al peligro porque el FBI, que vigilaba a los extremistas y se había infiltrado en el grupo en secreto, disolvió la operación a tiempo con el arresto de 14 individuos. Croft, sentenciado el miércoles, fue el cuarto y último imputado en conocer su destino en el caso federal de terrorismo doméstico. Ambos fueron condenados culpables en un segundo juicio en agosto por dos cargos de conspiración por un jurado federal de Grand Rapids, Michigan. Croft fue también declarado culpable de posesión de un explosivo de destrucción masiva no registrado.

Adam Fox. AFP

En un primer juicio la primavera pasada, un jurado diferente no logró alcanzar un veredicto sobre los dos acusados y absolvió a otros dos imputados. La Fiscalía había pedido cadena perpetua para Fox, pero el juez del tribunal federal de distrito, Richard Jonker, terminó favoreciendo el argumento de la defensa de que la infiltración del FBI debería amortiguar la severidad de la pena. Jonker, que señaló que una sentencia de cadena perpetua no era apropiada, dictaminó que los delitos requerían una «sentencia significativa».

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Los conspiradores estaban enfurecidos por las firmes restricciones contra la covid-19 que Whitmer y los funcionarios de otros estados habían implementado durante los primeros meses de la pandemia, así como por la percepción de amenaza a la posesión de armas en el Estado bajo su administración. El objetivo del plan era empujar al país a un conflicto armado en un momento de gran volatilidad política ante la proximidad de las cruciales elecciones presidenciales de noviembre de 2020.

Una «segunda revolución»

Fox y Croft reunieron a un grupo de extremistas antigubernamentales en una cumbre en Ohio donde planearon la trama de secuestro y llevaron a cabo entrenamientos con armas en los estados de Wisconsin y Michigan. Además, realizaron operaciones de vigilancia en la residencia de vacaciones de la gobernadora que observaban con gafas de visión nocturna.

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Croft y Fox fueron detenidos por el FBI junto a sus colaboradores en octubre de 2020, acusados de conspirar para desencadenar «una segunda revolución estadounidense» con el secuestro de la gobernadora Whitmer. La demócrata, que ese año era copresidenta de la campaña presidencial de Joe Biden, había criticado públicamente al entonces presidente Trump por su ineficiente gestión de la pandemia, que pasaba por su momento más letal.

Whitmer acusó a Trump de fomentar el extremismo político con una continua retórica violenta que provocaba incidentes como el de un mitin de campaña en Michigan en el que algunos grupos en la multitud gritaban airadamente «¡enciérrenla!». Tras la detención de la conspiración, Whitmer responsabilizó a Trump de «amparar a los que propagan el miedo, el odio y la división». En agosto, 19 meses después de dejar el cargo, Trump calificó el plan de secuestro de «conspiración falsa».

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La defensa trató de suavizar el papel de Croft objetando que el camionero de Delaware carecía de autoridad sobre el grupo ya que fumaba casi 60 gramos de marihuana a la semana. Pero la Fiscalía desbarató el argumento al presentar grabaciones secretas durante los entrenamientos en las que el acusado hacía llamamientos a disturbios generalizados a base de «quemar» a funcionarios de gobierno mientras dormían para desencadenar un «efecto dominó» de violencia a través del país. «Tampoco a mí me gusta ver que maten a nadie. Pero no se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos, ¿me entiendes?», decía Croft en las grabaciones.

Otros dos imputados que se declararon culpables y testificaron contra Fox y Croft se beneficiaron de considerables reducciones en sus sentencias: Ty Garbin ya está libre después de una pena de prisión de 2 años y medio, mientras que Kaleb Franks fue sentenciado a cuatro años de cárcel. Otros tres acusados recibieron largas sentencias en un tribunal estatal por ayudar a Fox a principios del verano de 2020, y cinco más están en espera de juicio en Antrim, el condado en el que se encuentra la residencia de vacaciones de la gobernadora del estado.

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