Parauta, el secreto mejor guardado
El pequeño y encantador pueblo serrano de Parauta ha conquistado, por méritos propios, a numerosas personalidades que han establecido allí su refugio en un entorno idílico, tranquilo y poco conocido.
José Gómez Zotano (Catedrático de Geografía de la Universidad de Granada)
Miércoles, 16 de diciembre 2020, 01:40
La villa de Parauta, con apenas 250 habitantes, se sitúa en el corazón de la Serranía de Ronda, en la cabecera del valle del Genal, a medio camino entre la exclusiva y bulliciosa ciudad costera de Marbella, y la afamada ciudad del Tajo, Ronda; Una situación privilegiada a tan sólo 35 y 15 minutos de una y otra respectivamente. De blanco y cuidado caserío e intrincado trazado morisco, el pueblo ha sabido conservar su esencia a la vez que se ha dotado con modernas infraestructuras y equipamientos básicos, destacando una extensa red de fibra óptica, un renovado colegio, la consulta médica, la farmacia, la gasolinera o unas completas instalaciones deportivas con gimnasio, campo de fútbol y piscina municipal, siendo además el pueblo más cercano al nuevo hospital comarcal de la Serranía. Por otra parte, Parauta presume de ser el primer pueblo ecológico de la provincia de Málaga, por haber obtenido el certificado Aenor (Asociación Española de Normalización y Certificación) a la gestión medioambiental; No podía ser de otra manera, ya que este municipio presenta valores eco-culturales y paisajísticos sobresalientes repartidos entre cuatro espacios naturales bien diferenciados: La Sierra del Oreganal, la Sierra de las Nieves, Sierra Bermeja y el valle del Genal. Con el emblema del pinsapo por bandera, los Montes de Parauta se enorgullecen de ser el principal refugio de este abeto endémico de la Serranía de Ronda, un árbol relicto del Terciario que se encuentra en peligro de extinción. Los bellos y singulares bosques de pinsapos se enriquecen con quejigos, encinas y pinares resineros que ascienden hasta las principales cumbres de la provincia, mientras que los centenarios bosques de castaños tiñen de ocre el paisaje otoñal de las profundidades del Havaral (Alto Genal).
Con una ubicación tan estratégica, unas dotaciones municipales modernas y accesibles, y un entorno natural sin parangón, la sencilla pero privilegiada Parauta no ha pasado desapercibida para quienes buscan pasar desapercibidos y en anonimato, acogiendo así a una nutrida élite poco común entre los pueblos de la Serranía: miembros de la realeza y de la nobleza española, alemana o coreana, altos cargos de la administración pública, distinguidos académicos, exitosos empresarios internacionales, prestigiosos arquitectos, doctores y abogados, o reconocidos artistas, completan un selecto grupo de personas que aprecian la calidad de vida que ofrece este municipio slow por naturaleza.
No se trata de un fenómeno reciente. Por Parauta han pasado destacados personajes de la historia de España, como los antiguos propietarios de la Finca La Ventilla, el Conde de Montelirios, Mariano Atienza Ramírez-Tello de Valladares Huertos y Martínez de Carvajal Coronado, y su hermano el Marqués de Salvatierra, Rafael de Atienza y Medina, casado con María Soledad BecerrilBustamante (exministra de Cultura y exalcaldesa de Sevilla).
Más reciente y mediático fue el matrimonio formado por el magnate libanés Reymond Nakachian y la princesa Kim Hong-Hee perteneciente a la dinastía coreana Simla (la extravagante cantante de ópera Kimera), conocidos por el secuestro de su hija Melodie, quienes adquirieron en 1991 la Finca Conejeras, de 325 ha., con la intención de desarrollar un proyecto inmobiliario que contemplaba un hotel y un campo de golf en la entrada del Parque Natural Sierra de las Nieves. Sin embargo, la Agencia de Medio Ambiente ejerció su derecho de retracto —ya que en el momento de la venta no pudo llevar a cabo el derecho de tanteo al no ser informada de la operación—, y finalmente adquirió la finca por 35 millones de pesetas, cantidad que oficialmente pagó por ella el empresario libanés.
Y es que las adquisiciones de fincas y viviendas en Parauta han sido continuas desde el siglo pasado, disparándose en los últimos años, al igual que los precios. El precio medio de la vivienda ha mantenido un ascenso gradual hasta llegar a los 1.650 euros/m2 en agosto de 2020, superando los 2.000 euros/m2 en algunos casos; La propiedad urbana más cara asciende a los 2 millones de euros de un complejo hotelero de lujo, pero hay casas a la venta desde 481.000 hasta 29.000 euros según los portales inmobiliarios. Los predios rústicos, por su parte, son más inaccesibles en todos los sentidos, subiendo el precio hasta los 7 millones de euros en el caso de la fincamás extensa que se encuentra a la venta, con 1.300 ha y ocho cortijos por rehabilitar.
Esta posición en el mercado inmobiliario es muy superior a la de otros municipios vecinos de la comarca como Cartajima (991 euros/m2) o Ronda (1.135 euros/m2), equiparable a la de las turísticas Gaucín (1.751 euros/m2) y Casares (1.798 euros/m2), y sólo inferior a la de los grandes núcleos poblacionales de la costa como Estepona (2.236 euros/m2), Istán (2.482 euros/m2), Marbella (3.037 euros/m2) y Benahavís (3.177 euros/m2). A diferencia de todos estos municipios, Parauta no ha sucumbido a la especulación urbanística y carece de urbanizaciones que aumenten el precio de la vivienda, pero por proximidad geográfica a los mercados más exclusivos de Andalucía (Benahavís y Marbella), el pequeño pueblo de Parauta se ha convertido en la extensión más verde y sostenible de la nueva «Milla Esmeralda» que se está articulando en torno a la A-397 (carretera de Ronda a San Pedro de Alcántara), y que está conformada por las urbanizaciones y fincas más exclusivas de Europa: La Zagaleta, El Madroñal, La Reserva de Alcuzcuz, La Heredia, Las Colinas de Marbella, Los Arqueros, Monte Halcones, La Resinera o La Máquina.
Parauta se ha convertido así en un lujo ecológico al alcance de muy pocos afortunados. En las concurridas ventas del municipio —El Navasillo, La Laja o La Ventilla—, la población local confluye con senderistas, camioneros, motoristas, cazadores, guardas forestales y turistas neorrománticos con vehículos de alta gama, una «fauna» variopinta que frecuenta la zona y a la que suelen advertirle que «Parauta es un pueblo de gente acogedora, pero tú no eliges a Parauta, Parauta te elige a ti».
Todo apunta a que la futura declaración de la Sierra de las Nieves como parque nacional, cuya principal puerta de entrada se encuentra en Parauta, conllevará un aumento considerable de la demanda de viviendas y fincas, y el consiguiente repunte de los precios en el mercado inmobiliario local y del entorno inmediato. A ello se suma la actual coyuntura en tiempos de pandemia, que ha fomentado, de manera urgente e inesperada, la necesidad de la vuelta al mundo rural por parte de los confinados habitantes de las grandes aglomeraciones urbanas. Pero son pocos los pueblos de España que ofrecen las ventajas de vivir en el campo y contemplar el paso de las estaciones de la manera más intensa y sublime sin renunciar a pasar un día en la playa, a ir de compras a los centros comerciales más exclusivos o a disfrutar de la noche en Puerto Banús.
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