Los cuatro kilómetros de Lucía

Casi cuatro kilómetros sobre las vías, de noche. Frente a la hipótesis oficial, un pueblo, el de Pizarra, que insiste en que ese recorrido es impracticable para una niña de tres años. La Guardia Civil mantiene abierta todas las vías de investigación, pero la muerte accidental sigue siendo la versión que prevalece. Fue la primera hipótesis que se dio el 27 de julio y la única que sigue en pie una semana después: la pequeña Lucía Vivar jugaba con sus primos. Por algún motivo, la menor se separó de ellos dejando su chupete atrás, junto a un banco de la estación, y echó a andar por las vías de tren en dirección a Álora. Sobre las 23.20, la familia se percató de su ausencia y comenzó a buscarla.

Siempre según la hipótesis oficial, la menor avanzó a lo largo de la noche por la vía del tren, en sandalias, hasta que se cansó y se tumbó junto a las vías. El cercanías de las 6.35, el primero de la mañana, le dio en la cabeza. Un golpe que le provocó un traumatismo craneoencefálico severo, según la autopsia, que no encontró ninguna otra lesión. El pasado martes, la Guardia Civil informaba de la existencia de una grabación realizada por una cámara de Adif en la que se ve a la pequeña Lucía Vivar avanzando sola, a 50 metros de la estación donde estaban sus padres.

La postura de los vecinos de Pizarra sigue invariable: insisten en que es imposible que una niña realizara ese trayecto a oscuras, por su complejidad y peligrosidad.

De noche, con un foco y con botas de montaña, un periodista de SUR realiza el mismo recorrido, en el que invierte dos horas.