Jimmy Giménez-Arnau: las memorias de un vividor

madrid. «Golfo. Crápula. Niño mal de casa bien. Canalla. Mujeriego. Drogadicto. Vividor. Play boy. Gamberro y desalmado», así arranca el prólogo que Pilar Eyre ha hecho de 'La vida jugada' (Arzalia), el último libro de Jimmy Giménez-Arnau. Unas memorias que el propio protagonista, de 75 años, describe como «memorias insólitas». En ellas habla de su matrimonio con Merry Martínez Bordiú, la nieta de Franco, la inexistente relación con su hija, la verdad de su detención por drogas en las puertas de un canal de televisión, cómo afecto eso a su carrera, y sus amores y desamores.

Y es que, aunque el público crea saber todo de él porque sale en televisión y ha sido carne del papel couché, Jimmy tiene una biografía tan apasionante que aún es capaz de sorprendernos. Dice Eyre que «durante cincuenta años, la leyenda en torno a él no ha hecho más que acrecentarse en un caso único de supervivencia: ¡ser golfo en los años setenta y seguir pareciéndolo en 2020 es algo digno de estudio!», asegura en su prólogo. Reniega de haber formado parte de la familia Franco.

«Contraje la enfermedad del matrimonio con total inconsciencia en la treintena y ello me emparentó, durante poco tiempo afortunadamente, con una tribu histórica de la que ya no guardo ni el recuerdo», confiesa en sus memorias. Dice que cuando terminó aquel cuento de hadas, en 1980, sintió una profunda liberación. «Me vendió que era libre y libertaria. Yo nunca me he portado mal con las mujeres, casi siempre me han dejado a mí. Menos a Merry que la dejé yo, porque tenía prisa en irme. Merry era una soberbia como todos los de su familia», relata al hablar de su matrimonio con la nieta del dictador. Justo unos días después de la salida del libro, Arnau, fue demandado por su exmujer. Y no precisamente por lo que ha escrito de ella, sino por unas declaraciones hechas en un programa de televisión en las que dijo que los Franco habían robado mucho. Lleva años sin ver a Merry y menos aún a su hija Leticia. «Ni ella me quiere, ni yo la quiero a ella. Me contaron que se casó y que fue madre, pero si no he podido ejercer como padre, menos de abuelo», reconoce. Afortunadamente en un plató de televisión hace 14 años conoció a la que es hoy su mujer, Sandra, 35 años más joven. Desde ese momento no se han separado ni un minuto y a ella le dedica algunas de las líneas más románticas del libro.

Pero Jimmy Giménez-Arnau es algo más que un personaje de televisión y en sus memorias reivindica su carrera como periodista: «Di a la imprenta 14 libros, viajé por el mundo y me empeñé también en cuanta exploración capaz de abrir la mente se me puso a tiro. Ejercí el periodismo en modalidades diversas, pero siempre con la condición de divertirme, que el humor es, sin duda, lo más notable de mi carácter». Su coqueteo con las drogas le llevó a ser detenido en 1994 por la Sección de Estupefacientes de la Brigada de la Policía Judicial de Madrid a la salida de Telecinco por tráfico de cocaína. Cuando fue registrado, se le decomisaron 10 gramos y le inspeccionaron su vehículo por indicios de que pudiera manejar más cantidad. Aunque su debilidad por la cocaína venía de antes e incluso llegó a rodar una película en los años 80 que tituló 'Cocaína'. Arnau ha reconocido siempre públicamente haber probado más de 10 drogas diferentes.

Sus polémicas preguntas y sus verdades incómodas le han reportado muchos enemigos en los platós de televisión. Desde Norma Duval, que le lanzo un taconazo durante el programa presentado por Luis Del Olmo 'Protagonistas', en Onda Cero, a la ya desaparecida Carmina Ordoñez, a la que llamó «golfa con clase». A enfrentamientos que han llegado a las manos con algunos personajes como el periodista deportivo, Pipi Estrada. Estas memorias tan atípicas están llenas de aventuras extravagantes y divertidas. Porque Jimmy Giménez-Arnau no era el primero de la clase, pero si ha sido mucho más feliz que él. Y aunque hace tiempo que no siente la necesidad de irse a ninguna parte, los mejores años son los que le quedan por delante.