Cuando la robótica se pone detrás de la barra

Kime, tiene morfología humana porque «es la mejor forma» para que pueda desarrollar diferentes tareas. Actualmente hace las mismas funciones que un camarero detrás de la barra: preparar y servir todo tipo de líquidos: cócteles, cervezas, cafés... «Tiene un sistema de inteligencia artificial para ver la cantidad de líquido que está tirando», aclara Martínez, quien asegura que no es tan rápido como una persona. «Servir un refresco no aporta ningún valor. Si lo hace un robot, el camarero se puede dedicar a otras acciones como atender a los clientes o preparar otro tipo de cosas más elaboradas y complejas», explica el fundador de Macco Robotics.

El robot como complemento del camarero es el primer concepto, pero hay otro. Kime también se puede usar para integrar en un kiosko, donde sí está totalmente automatizado y no hay intervención del hombre. «Puede preparar cualquier tipo de bebida o helado hasta servir y dispensar cualquier alimento empaquetado», señala el experto en robótica industrial. Además, cuenta que están en proceso de enseñar a los robots a cocinar. «La idea es que para el verano que viene el mismo robot que te pone una cerveza pueda preparar una paella, una hamburguesa o una pizza», puntualiza.

Hacerse con los servicios de Kime cuesta 90.000 euros. Sin embargo, ahora han lanzado una campaña de marketing a través del sistema de 'renting'. Desde 1.500 euros al mes se puede tener acceso a esta tecnología con mantenimiento y actualizaciones incluidos durante cinco años, momento en el que se le cambia el robot por uno nuevo. Además, tiene una vida útil de doce años y van conectados directamente a la red, por lo que pueden trabajar durante 24 horas toda la semana.

Macco Robotics inició su aventura en Sevilla, pero se trasladó a raíz de la pandemia a Málaga, donde tienen el departamento de I+D y buscan ubicación para una fábrica. «Queremos fabricar diez robots a la semana, pero el objetivo dentro de dos años es 100 robots al día», asegura Martín. Ahora, subcontratan parte de la fabricación y ensamblan ellos. «Queremos mantener un proceso de calidad y reducir costes», reconoce.

Actualmente, en la empresa son doce trabajadores técnicos, y dos dedicados a la administración. Además, en enero quieren ampliar plantilla con un equipo comercial, de marketing y ventas. «Somos pioneros en el mundo. Estamos en el top ten de los diez mayor fabricantes de robots humanoides junto a empresas como Tesla. Sólo hay una empresa de Estados Unidos que hace exactamente lo mismo que nosotros, pero va un nivel por debajo», asegura el fundador de Macco Robotics.

Los clientes de la empresa se concentran en países como Portugal, Holanda, Francia, Inglaterra y Estados Unidos. «En España no tenemos clientes. Hemos hecho un proyecto para Mahou-San Miguel y otro para Cervezas Guadalquivir. Queremos reforzar eso», añade Martínez, quien considera que la hostelería española es «muy conservadora», pero está en proceso «de apertura» gracias a la gente joven que está detrás de nuevos negocios que están viendo «el valor que aportan» estos robots humanoides.